Populismo

EL POPULISMO

Para los que somos de Latinoamérica hemos escuchado en más de alguna ocasión la palabra POPULISMO o POPULISTA, ya sea en las noticias, conversaciones, medios escritos, etcétera, sin muchas veces entender lo que realmente se quiere decir con esta palabra.

Lo primero que debemos entender es que el populismo no tiene un lado especifico, puede estar a la derecha o a la izquierda y en algunos casos en una mixtura de ambos y sus líderes saben perfectamente lo que hacen (o quiero creer eso) lo cual consiste en dividir al país en dos facciones, “el pueblo” y la “elite malvada” tal como el Emperador romano Julio Cesar citó en sus máximas latinas; divide et impera, divide et vinces, divide ut imperes y divide ut regnes.

Sus líderes generalmente, por no decir siempre, van a asegurar representar la unificada VOLUNTAD DEL PUEBLO buscando un enemigo en común, a veces inventándolo o lisa y llanamente culpando al sistema imperante en su país que tanta desgracia trae.

Estos “líderes”, para poder mantener su poder, buscan constantemente personas con diferentes tipos de carencias; amorosas, intelectuales, educacionales, económicas, sociales, etcétera, sin dejar a ningún estrato socio económico fuera de su máquina de promesas, y así alcanzar una mayor cantidad de población, asegurando que solo el (o ella)puede solucionar sus problemas, solo el (o ella) puede darle el reconocimiento que se merecen y que a elite nunca les dio y que además provocó su actual estado de carencia. Debido a lo anterior estos líderes se ven forzados y obligados a estar en constante campaña de que ellos no son, ni nunca serán, la elite a la que tanto reniegan (aunque sus billeteras digan lo contrario) demostrándolo en muchas ocasiones de forma grosera y vergonzosa a través de medios de comunicación masiva, TV, Radio o Internet.

Muchos populistas, por no decir todos, están ligados a movimientos totalitarios o bien los reivindican, lavando sus imágenes ya que su falta de confianza en los sistemas establecidos podría, eventualmente, permitir el surgimiento de “nuevos” lideres más fuertes que puedan ocupar su lugar en el poder, lo cual lleva, generalmente, a la toma decisiones en que en una democracia tradicional serían imposibles, como por ejemplo perpetuarse en el poder.

El mayor riesgo de tener este tipo de personajes a la cabeza es que su forma de pensar los lleve a creer que son infalibles y absolutos, después de todo, si uno está en contra de él o ella está en contra del pueblo.

¿Pero como se puede combatir este riesgo?

Debemos entender que el populismo no tiene lado, puede estar a ambos lados de la balanza y entre más cargado esté para uno más riesgo de populismo hay, por lo que la primera solución es “regular la balanza” pero no para inclinarla para el otro lado sino que debe la balanza EQUILIBRARSE.

Paralelamente se debe trabajar en la educación de la población, y no me refiero a educación universitaria de postgrados o la academia en general, me refiero a la educación cívica y pensamiento critico para así evitar que se caiga en el engaño que estos “caudillos” pueden provocar en nuestra población.

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