Principales Regimenes Constitucionales Contemporaneos
Enviado por iaxiz • 12 de Noviembre de 2013 • 1.241 Palabras (5 Páginas) • 1.226 Visitas
INDICE
Introducción…………………………………………………. 2
Contenido…………………………………………………….3
Conclusiones………………………………………………...7
Bibliografía……………………………………………………8
INTRODUCCIÓN
En este trabajo se podrá apreciar un breve análisis de cada capítulo del libro el alma de La Toga de Ángel Ossorio. Libro que trata sobre realzar los valores de los abogados y de guiar a los nuevos jóvenes que están incursionando a la carrera de cómo debe ser un verdadero abogado.
Este libro ha sido editado en repetidas ocasiones. Y a pesar de haber sido publicado por primera vez en el año 1919, es un libro que tiene mucha vigencia en la actualidad y aún es muy utilizado como referencia por abogados.
Para empezar, el autor nos hace un llamado para definir correctamente el término de "abogado". Pues nos dice que ser abogado va más allá de haber recibido un título de Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (en nuestro caso). Afirmándonos que el verdadero abogado vendría siendo aquel que ejerce la profesión dando consejos jurídicos y pidiendo justicia.
Ahora señalare lo que señala el autor como “chicanada” .Aunque, como nos dice el autor, hay casos en los que por un buen motivo sea necesario hacer una chicanearía, queda en la conciencia de cada abogado hacerlo o no. Yo quisiera afirmar, que la chicana es algo malo, porque de cierta forma es como tergiversar la ley para nuestro beneficio, o más bien el beneficio de el cliente; pero, el sentido de el buen desempeño de la abogacía es algo que se ha ido perdiendo, donde la chicana puede que en ciertos casos no sea tan mal visto como en otros.
Por ejemplo, puede que nosotros estemos totalmente seguros que nuestro cliente es inocente que las pruebas y argumentos presentados son falsos y que la prueba primordial para ganar el caso nos esté llegando por decir el jueves al mediodía, pero la última sesión del juicio es el miércoles en la tarde. Es aquí donde queda totalmente a discreción del abogado si hace una chicanearía por una buena causa o se rige por lo ya estipulado por la ley, con posibilidades de perder el caso. Como lo mencione antes todo depende de cada criterio.
Es totalmente acertado que la abogacía es una constante lucha de pasiones, pero está en nosotros no sucumbir a ellos. Esto no quiere decir que debamos ser totalmente fríos y escépticos, sino que no podemos inclinarnos por involucrarnos mucho o no involucrarnos en lo absoluto y simplemente que sea una cuestión de ganar, por dinero, porque como nos dice el autor esto nubla nuestro buen juicio.
Y es que muchas personas esperan conectarse en algún momento con su abogado, es decir, que este pueda sentir un poco de su sufrimiento. Pero me parece que el abogado debería detenerse a analizar la situación, preocuparse por su cliente sin pasar ese límite en el que todo se vuelve personal y ampararse y hacer buen uso de lo que dicta la ley.
Según nos dice el autor, se presupone que cuando un abogado acepta un caso, es porque está defendiendo una causa justa, y éste deberá hacer todo lo moralmente y todo lo que dentro de lo justo cabe, para defenderlo. Pero me pregunto yo, ¿quién decide lo que es moralmente correcto y lo que no? Y aquí es donde entra otra cosa importante que nos menciona el autor, "Abogado que sucumba al qué dirán, debe tener manchada su hoja de servicios con la nota de cobardía". Pues para lo que muchos sea correcto, puede que para otros no lo sea; y si nos dejamos llevar por lo que dicen los demás jamás llegaremos a ser quienes en un principio soñamos que seríamos.
Si bien es cierto, el arte se desarrolla por medio de las pasiones y de los sentimientos. Y a los abogados se nos es referido el don de la palabra, como arte la oratoria y la escritura,
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