Proceso De Reorganización Nacional
Enviado por meeliiceballos • 30 de Noviembre de 2014 • 2.689 Palabras (11 Páginas) • 271 Visitas
Proceso de Reorganización Nacional
El 24 de Marzo de 1976 se produjo el golpe de Estado que derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón e inicio a la última dictadura argentina. Fue llevado a cabo por una Junta Militar integrada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas: Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, y Jorge Rafael Videla y contaron con el apoyo de varios sectores de la sociedad civil: el sector agroexportador, las empresas transnacionales y organismos económicos internacionales como el FMI (Fondo Monetario Internacional).
La Junta Militar inauguró el “Proceso de Reorganización Nacional”. El nombre trasluce los objetivos de las Fuerzas Armadas que tomaron el poder para transformar la estructura social y económica del país a través de un régimen político autoritario. Durante la dictadura se impuso el neoliberalismo como política económica y se eliminaron todas las expresiones políticas colectivas, fragmentando a la sociedad.
La Junta Militar dejo sin efecto la Constitución Nacional, así, dictó el Acta y Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional, en los cuales se establecía que el órgano supremo del gobierno sería la Junta Militar, mientras que el presidente, elegido por la Junta, sería el ejecutor. Jorge Rafael Videla ocupó ese cargo desde 1976 hasta 1981.
Al mismo tiempo disolvieron el Congreso y removieron de su cargo a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, así como también a las autoridades provinciales y nacionales que habían sido elegidas a través del voto. Los partidos políticos y muchas organizaciones estudiantiles y culturales fueron prohibidos. Finalmente se intervinieron la CGT y el CGE y se suspendió el derecho a huelga. Todos los cargos de gobierno en sus distintos niveles y modalidades quedaron en manos de integrantes de las Fuerzas Armadas.
El Mundial ‘78
En el año 1978, la Argentina fue sede del Campeonato Mundial de fútbol. El gobierno de facto tomó la organización de este evento como una oportunidad para desviar la atención hacia el ámbito deportivo, opacando los secuestros y desapariciones que se producían y, al mismo tiempo, mostrar el exterior una imagen positiva del país. Se conformó el EAM (Ente Autárquico Mundial) para llevar a cabo los preparativos que incluyeron la refacción de estadios, obras de infraestructura y publicidad.
Sin embargo, los medios internacionales se hicieron eco de las demandas de las organizaciones de derechos humanos que comenzaban a surgir y a difundir denuncias realizadas por argentinos exiliados y políticos y artistas extranjeros. Los militares argumentaron que se trataba de una “campaña antiargentina” y, para contrarrestarla, controlaron la circulación de las noticas internacionales dentro del país y desplegaron una serie de consignas en defensa del gobierno. En 1976, ante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el gobierno militar propagó la consigna “Los argentinos somos derechos y humanos”.
La política económica de Martínez de Hoz
Al poco tiempo de iniciada la dictadura militar, José Alfredo Martínez de Hoz fue nombrado ministro de economía.
Uno de sus objetivos principales fue reducir la intervención del Estado en la economía, siguiendo los preceptos del neoliberalismo. Propuso, a demás, que los sectores que no podían competir con la producción del exterior, como la industria, no fuera subsidiados sino que tenían que ser reemplazados por aquellos que sí pudieran hacerlo. Con ello, pretendía desmantelar, el Estado intervencionista y el modelo de industrialización por sustitución de importaciones comenzado en nuestro país en la década del treinta.
El ministro de Economía estableció el congelamiento de salarios, elimino el control de precios, redujo los aranceles a las importaciones e incrementó los impuestos. Una medida puso al sector financiero en una situación muy ventajosa. La Ley de Régimen de Entidades Financieras liberalizó las tasas de interés que rápidamente subieron, lo que ocasionó la inversión del dinero en actividades no productivas.
Este fenómeno condujo a la destrucción de las pequeñas y medianas industrias.
Durante este período el dólar era barato para los argentinos por el tipo de cambio bajo. Esto favorecía la compra de bienes importados y la realización de viajes al exterior.
En la década del setenta la crisis del petróleo genero una gran disponibilidad de capitales que los países centrales decidieron colocar en el Tercer Mundo en forma de créditos que, en el caso de la Argentina, fueron tomados tanto por empresas privadas como por el Estado.
Martínez de Hoz dispuso un aumento de tarifas e impuestos y la disminución de los salarios de los empleados públicos. Con estas medidas, redujo el gasto público y aumento los ingresos del Estado.
Estas medidas condujeron a una concentración del poder económico en las entidades financieras y en las grades empresas, mientras que se desmanteló a la pequeña y mediana industria.
-La reestructuración de la sociedad:
Según el investigador Juan Villarreal, los objetivos económicos habían estado estrechamente ligados a la voluntad de dividir a los sectores populares para disminuir la capacidad de acción colectiva que presentaban antes del golpe de Estado.
Este autor califica de represivo al poder dictatorial en tanto destruyó todos los tipos de organización social, particularmente en el sector obrero ya que la desocupación, particularmente en el sector obrero, ya que la desocupación y el nuevo marco legal condujeron al debilitamiento del aparato sindical. La represión, en esta nueva dictadura, fue más profunda y consistió en el asesinato, la desaparición y el encarcelamiento de trabajadores y dirigentes sindicales.
Por otra parte, el autor atribuye a la dictadura un proceso de reestructuración social a partir de las medidas económicas que condujeron a la desindustrialización y tuvieron el efecto de concentrar el poder en manos de los grandes propietarios a la vez que contribuyeron a fragmentar a las clases populares.
Durante la dictadura, la clausura de la actividad sindical anuló prácticamente la expresión políticas de los trabajadores.
El proceso de desindustrialización se enmarcaba dentro de una reestructuración global de la economía. Dentro de este marco empezó a crecer el sector terciario que surgió como alternativa para la mano de obra que había quedado disponible. De este modo, en nuestro país creció número de trabajadores en actividades tales como el comercio, las finanzas y los servicios. Por otro lado, aumentó enormemente la actividad cuentapropista, la cual, por realizarse de manera independiente, es poco propensa al accionar colectivo.
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