¿Quien consume a quien?
Enviado por Julio Espinoza • 21 de Mayo de 2017 • Ensayo • 1.737 Palabras (7 Páginas) • 335 Visitas
UNIVERSIDAD DE SONORA
DIVISIÓN ECONÓMICO – ADMINISTRATIVO
DEPARTAMENTO DE CONTABILIDAD
LICENCIATURA EN CONTADURÍA PÚBLICA
TU LO ‘’DISFRUTAS’’, TODOS PAGAMOS LAS CONSECUENCIAS.
JULIO ALFONSO ROMO ESPINOZA
HERMOSILLO, SONORA, MÉXICO A 11 DE MAYO DEL 2017
Tú lo ‘’disfrutas’’, todos pagamos las consecuencias.
El consumo de tabaco es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud, sus consecuencias están más que claras si se abusa de su uso. La adolescencia es por infinidad de motivos la etapa donde comienza esta problemática, ya sea desde el deseo de experimentar cosas nuevas, hasta como una posible forma de ‘’solucionar’’ problemas o en si, por ser aceptado. No cabe duda de que todos siendo jóvenes buscamos atención o sentido de pertenencia, por ello hacemos lo que sea necesario para poder lograrlo. Sin embargo, no todo resulta en beneficio, ya que los actos cargan consigo consecuencias. Y una de ellas es el consumo de tabaco, que al comenzar su uso desde tempranas edades carga con si las mayores consecuencias. El objetivo de este ensayo de la materia ‘’Estrategias para aprender a aprender’’ es presentar este fenómeno en una relación causa-efecto del mismo, para definir los escenarios que se presentan y que incitan a los jóvenes a comenzar con el consumo de esta droga y las consecuencias que causa, tanto a sí mismo, como a terceros.
‘’Los adolescentes componen el colectivo más vulnerable en lo que a tabaquismo se refiere, ya que en estas edades cuando se inicia la adicción al consumo de tabaco (Ruiz, 2008; 75)’’. Durante esta etapa de la vida somos más persuasibles por otras personas, ya sean amigos, conocidos o familiares para probar cosas nuevas. Una de ellas es el tabaco, droga que puede parecer inofensiva o perfecta para el ocio con compañeros. Sin embargo, ese pequeño hábito es mucho más peligroso de lo que puede parecer, y sus riesgos aumentan cuando se inicia su consumo en tempranas edades. En cuanto a la edad de inicio, se advierte que el consumo de tabaco comienza a una edad cada vez más temprana. Al considerar la proporción de fumadores que iniciaron el consumo de tabaco antes de los 18 años, se reconoce una tendencia creciente. Datos de las clínicas de tabaco del SISVEA señalan que, en 2003, 55% de los individuos que acudieron comenzaron el hábito entre los 10 y 14 años de edad; para el 2004 el 80% inició el consumo antes de los 18 años (Morales, 2006). Casi un millón de adolescentes de 12 a 17 años en área urbana son fumadores, los cuales consumen de 1 a 5 unidades por día, donde la curiosidad y presión por amigos juegan un papel importante en el inicio del consumo del tabaco. El pertenecer a un grupo social es objetivo de todo adolescente, muchas veces se accede a consumir tabaco solo porque los otros lo hacen y así obtener la aceptación que tanto buscamos. Pero no es la única entrada al mundo del tabaquismo, en muchos de los casos los jóvenes comienzan su uso por que los mismos familiares lo hacen, crecemos viendo ese comportamiento y nos parece normal, e intentamos imitar a nuestros familiares. Otro causal relacionado también directamente al ambiente familiar es por la falta de atención, un joven que comienza a fumar en muchos casos lo hace para ser atendido por sus padres. Además, el anterior punto también está meramente relacionado al ambiente escolar.
La facilidad de acceso al tabaco por los menores de edad se refleja en México en la información disponible de consumo de tabaco en adolescentes, a pesar de la legislación vigente (Morales, 2006). La abundancia del producto lo vuelve de fácil acceso, ya sea desde venta de contrabando a menores, o que terceros lo adquieran por ellos para después entregárselo. Estos actos no dejan de ser ilegales, sin embargo, son muy comunes y se consideran como uno de los causales principales hacia la adicción del tabaco por parte de menores de edad. Este fácil acceso promueve su consumo, así como la publicidad llamativa que pueden emitir las compañías productoras de tabaco.
Esta conducta conduce a muchos problemas de salud, siendo físicos y psicológicos. Entre los psicológicos destacan la adicción y la dependencia, las cuales surgen cuando se consume sin límite y por tiempo indefinido. Consisten en que el cuerpo se acostumbra a recibir cierta dosis diaria de los químicos que componen un cigarro, además de que estos mismos resultan adictivos. Uno de ellos es la nicotina, una sustancia que es un componente fundamental de un cigarrillo, esta crea dependencia a corto o largo plazo, y es de las que causan más daño a nuestro organismo. Una persona que ya es adicta al tabaco, busca conseguirlo sin importar el precio, tal como ocurre con todas las drogas, esto representa un gasto enorme para la economía de un joven, comienzan a gastar más en tabaco que en productos que de verdad son necesarios, independientemente de que cosas se trate. También se puede llegar a los extremos de robar para poder conseguirlo.
Entre las problemáticas físicas se encuentran las enfermedades que se adquieren a corto o largo plazo como consecuencia del consumo del tabaco. La más común y consecuentemente la más peligrosa es que promueve la aparición de neoplasias en los órganos del cuerpo, principalmente en garganta y pulmones, órganos vitales para la supervivencia. Los cánceres son sin duda una consecuencia común en cuanto a tabaquismo se refiere, pero esto no parece detener a los jóvenes para que paren con el consumo de este, por el contrario, parecen ignorarlo y solo seguir con sus momentos de ‘’placer’’. El índice de casos de cáncer durante la juventud se ha incrementado en los últimos años (Rodríguez, 2007). Esto quiere decir que los efectos pueden comenzar a verse a muy corto plazo y no a largo plazo como se cree comúnmente.
...