RESÚMEN DILE QUE HAGA LA COMIDA ÉL
Enviado por ROCIOG23 • 17 de Octubre de 2019 • Trabajo • 1.783 Palabras (8 Páginas) • 142 Visitas
RESUMEN: ¡Dile que haga la comida él! El significado de la alfabetización y la escolaridad en la vida de las mujeres pobres en la ciudad de México.
Judith Kalman
Este estudio examina el tema del proceso de alfabetización en la vida de las mujeres pobres y sin escolaridad desde el punto de vista de aquellas que están motivadas para educarse. En este trabajo presento un análisis preliminar de lo que significa para ellas concurrir o permanecer en las clases de alfabetización y educación básica. Este es el primer análisis de los datos que han sido recogidos como parte de dos años de estudios titulados: “Alfabetización en la lucha para sobrevivir: un estudio de alfabetización en un proyecto de educación comunitario para mujeres sin escolarización en la ciudad de México”. El análisis y comentario provienen desde el punto de vista de la alfabetización que concibe el leer y escribir como una práctica social que se comprende mejor en un contexto cultural específico. En las páginas que siguen argumentaré que estas mujeres se ven a sí mismas como participantes en un proceso de cambio que se centra en las relaciones familiares y como tal están redefiniendo sus lugares (y espacios) en la participación social. Para ellas decidir ir a clases de alfabetización es una parte de este contexto mayor. Este trabajo toma una perspectiva genérica en el sentido de que el “género puede expresar en sí mismo a través de factores que promueven o determinan a las mujeres a través de la participación en programas de alfabetización, los objetivos que las mujeres buscan a través de la alfabetización, los significados que ellas den en la práctica de instrucción la forma en que el conocimiento de la alfabetización contribuye a los cambios en su propia imagen y en la relación con los demás en su casa y en la comunidad” Stromquist,1997.
MARCO TEÓRICO: LA ALFABETIZACIÓN CÓMO PRÁCTICA SOCIAL.
Estos dos conceptos (la cultura como un proceso y la alfabetización como una práctica social), informan mis esfuerzos por entender cómo y por qué las mujeres en este estudio están dispuestas a permanecer en sus cursos. Señalando los procesos de definición y redefiniendo de la cultura y la práctica, su charla (Rockhill) es un ejemplo claro para entender los cambios y las variaciones culturales y en este caso, ver como la alfabetización y el deseo de ser alfabeto está íntimamente relacionado en un cuadro social más amplio. Se debería notar que mientras las mujeres en este estudio, asistieron a sus clases, ellas no adquirieron por completo su objetivo personal de escolaridad, de lectura y escritura. Sin embargo, siguieron asistiendo a sus clases durante varios meses y comenzaron a tener importantes cortes en su aprendizaje. Tienen que sortear que se les vaya el inspector voluntario, la falta de materiales para la educación y las responsabilidades familiares que temporalmente son dejadas en el camino. Pero frente a cada una de estas situaciones vuelven y continúan participando en sus clases, hacen sus tareas y muy recientemente han comenzado a leer y escribir por ellas mismas y para sus propios objetivos.
MUJERES POBRES Y DE BAJA ESCOLARIDAD: POR QUÉ ELLAS NO ASISTEN A LOS PROGRAMAS Y POR QUÉ SÍ ASISTEN.
Tanto las mujeres sin educación escolar como las de baja escolaridad expresan muchas razones por las que les gustaría ir a clases de alfabetización. Entre las más citadas están la necesidad de ayudar a sus hijos con la tarea, ser más independientes y participar en actividades fuera de la casa. La UNESCO, reporta que las mujeres que no se unen en estos programas, que van en forma irregular o los abandonan rápidamente se debe a actitudes hostiles de sus familias y comunidades, las tradiciones y creencias locales relacionados a su lugar en la sociedad, falta de tiempo debido a la familia y a las responsabilidades domésticas, embarazos frecuentes, pérdida del cuidado de los hijos y falta de motivación. Este último palidece como un factor explicativo cuando se compara con los obstáculos físicos, materiales e ideológicos a los que se enfrentan.
EL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN Y LA RECOLECCIÓN DE DATOS.
Las clases eran patrocinadas por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y los instructores voluntarios. El INEA no tiene un espacio físico propio por lo tanto depende de que los miembros de la comunidad le presten una habitación o un garaje para reunirse en las clases. Se requiere que los voluntarios tengan como mínimo 6 años de escolaridad para colaborar en las clases iniciales de alfabetización y 9 años para ejercer como instructores primarios y secundarios. Ninguno de ellos ha tenido un entrenamiento formal como educadores comunitarios por parte de la INEA. Los envían básicamente a hacer lo mejor que pueden. En una de las casas donde se llevaba a cabo la alfabetización, las paredes y las ventanas estaban sin terminar. En otro grupo, la habitación estaba terminada y pintada. En este trabajo, uso datos de tres grupos de estudios de alfabetización. Los grupos que se encontraban en Tixpan tienen cinco miembros y el Cerrito seis al igual que los de Aguazul. Las mujeres que participan en las clases tienen entre 25 y 55 años. Ellas tienen grados variables de escolaridad, pero en términos generales caen dentro de dos grupos: aquellas que no han ido nunca a la escuela o finalizaron un año de escolaridad y las otras que han estudiado algunos años de la educación básica pero no tienen certificado. Todas las mujeres, sin embargo, sin excepción tienen conocimiento de algunos usos de leer y escribir y hacen uso de la alfabetización tanto para su propio provecho, para ellas mismas, como para sus intermediarios. Para mostrar lo que significa aprender a leer y a escribir para las mujeres en este estudio, me concentré en lo que ellas tienen que decir con relación a la vida en familia y la escolaridad. Aunque el tema principal es sobre alfabetización, creo que la perseverancia de estas mujeres tiene que ver con una visión de ellas con relación a los demás, particularmente de los hombres en sus vidas y cómo esto está cambiando a través de la experiencia de generaciones previas a ellas. Por esta razón incluyo intercambios en torno a las obligaciones de esposa, sobre violencia doméstica y sobre por qué sus hijas deben ir a la escuela. En este sentido mi intención es mostrar como ciertas visiones en relación a la vida en familia están puestas en movimiento y coincidencia con la visión cambiante en relación a la escolaridad.
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