Real Academia de San Carlos

Edificio de transición.[pic 1]

De hospital a academia de artes.

El presente ensayo pretende explicar el cambio de usos y construcción del edificio ubicado en calle La Academia 22 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, edificio construido en el siglo XVI, que comenzó teniendo un uso médico como un hospital atendiendo enfermos que eran rechazados de otros hospitales por tener enfermedades  venéreas, posteriormente se consolidó una escuela de artes para hoy llegar a conocerse como la Antigua Academia de San Carlos.

Antecedentes.

Este edificio cuenta con una gran historia, comenzó estableciéndose una cárcel del arzobispado que con el tiempo se expandió absorbiendo el terreno de la escuela de indias colindante, donde posteriormente con el objetivo de recoger enfermos de males venéreos, como la sífilis, en el año de 1539 se fundó uno de los primeros hospitales en México que llevó por nombre Hospital del Amor de Dios formado por parte del Fray Juan de Zumárraga. Comenzó siendo sostenido por tributos del pueblo, posteriormente, quedó a cargo del obispo y sus sucesores, fue un hospital con funciones  muy importantes, dado que muchos conquistadores españoles enfermaron gravemente. También fue conocido como Hospital Real, concesión dada por Carlos V. Fue entonces que el arzobispado tomó la administración de este establecimiento, bajo constituciones formadas por los virreyes. [pic 2][pic 3]

Para finales del siglo XVIII, el hospital cayó en decadencia a tal manera que bajo las órdenes del arzobispo Alfonso Núñez, se trasladó a los enfermos de sífilis al hospital de San Andrés, cerrando las puertas del Hospital del Amor de Dios, inmueble que quedó abandonado por tres años y debido a la falta de recursos económicos, se terminó instalando la Academia de San Carlos, la cual comenzó a partir del trabajo de  Antonio Gil, principal tallador de moneda, se pretendía mejorar el tipo de moneda usada, se inició con una escuela provisional, se pensó en su formalización, pero al no dar los resultados esperados, se optó por crear una academia de tres nobles artes, idea del superintendente de la Casa de Moneda Fernando Mangino, una escuela de artes como las europeas adaptada a reglamentos mexicanos, la Corona Española aprobó el proyecto, envió los profesores y recursos necesarios para de esta manera en noviembre de 1791, se diera la gran apertura.

Pasando los años, pese a las dificultades que presentó la academia, para 1910, al crearse la Universidad Nacional, la Escuela de Artes formó parte de la dependencia; posteriormente al crearse la SEP (1921), compartió edificio con la Escuela Nacional de Bellas Artes, sin embargo para 1929, dada la autonomía de la universidad, se separó en la Facultad de Arquitectura y Escuela de Pintura y Artes, dejando la galerías a cargo de la SEP, las cuales al crearse el INBA fueron nombradas Museo de San Carlos, y quedaron bajo su resguardo. Al ser insuficiente el espacio para el acervo, se optó por una reestructuración del Museo, inaugurando oficialmente al actual Museo de San Carlos en noviembre de 1968. Otro de sus usos actuales, es albergar la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

        Construcción[pic 4]

El edificio es una construcción de dos niveles con una fachada impresionante por sus relieves. Era muy común manejar muros de mampostería, ladrillo o cantera, en esta edificación por ejemplo se usó cantera, destacan la gran cantidad de arcos de medio punto que hay como accesos y vanos, además de los pisos “enmaderados” o revestidos de piedra, además de losas planas, sobre todo para hospitales que este fue el primer uso que tuvo el inmueble, ya que podían llegarse a ocupar los techos.

        El trabajo de las fachadas va hacia los paños con relieve almohadillado, que provoca un juego de luz y sombra rondando hacia el estilo neoclásico; las ventanas de arco de medio punto son adinteladas con jambas de cantera, son grandes vanos que permitían la mayor entrada de la luz a las aulas, además de ventanas hacia la biblioteca que no permiten el paso de luz directa, más bien una luz cenital que evita la degradación del acervo; otro elemento notable es el antepecho ciego con relieves diferentes  a los muros con ángeles y vegetación renacentista, la fachada remata a todo lo largo con cantera, además cabe destacar los medallones intercalados de los bustos de importantes artistas.[pic 5]

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