Reina El Absurdo III

Acerca del asesinato de Walter Oyarce

Tengo los sentimientos encontrados entre mi fanatismo y mi criterio. Es una mezcla difícil de equilibrar: un poco de voluntad por aquí, menos subjetividad por allá y una pizca de discernimiento. Esta no es la primera vez que sucede algo que me conmueve y al mismo tiempo me llena de indignación. Hace casi dos años, la muerte de la contadora María Paola Vargas a manos del barrista apodado Bolón, motivó sin mucho éxito un movimiento social impulsado por una opinión pública indignada, con la finalidad de parar la violencia que se vive antes, durante y después de un encuentro deportivo, no solo de futbol, sino de cualquier disciplina donde las más bajas pasiones se funden con nuestras escazas características de civilización y terminan con todo lo que se ha logrado de sociedad desde el principio de los tiempos hasta el momento en el que se pierde una vida de la manera más absurda.

Una vida como la del estudiante de ingeniería Walter Oyarce Dominguez, joven de veintitrés años que fue asesinado la noche del sábado 24 de setiembre en el estadio Monumental por delincuentes disfrazados de hinchas que, aprovechando su mayoría numérica, lo arrojaron desde el palco numero 128, cerca de diez metros de caída libre, hasta el cemento del corredor de la tribuna sur del coloso de Ate, provocándole severas contusiones en el cráneo, hemorragias y traumatismos en diferentes partes del cuerpo, golpes que le ocasionaron la muerte en el camino al hospital a pesar de la atención que los paramédicos le brindaron denodadamente.

Walter peleaba por defender su banderola e impedir el avance de David Sánchez-Manrique Pancorvo (alias Loco David) y de José Luis Roque Alejos (alias Cholo Payet) hacía donde se encontraba una familia con niños y, al ver que lo superaban en número, que la banderola ya estaba a salvo y que los niños ya habían entrado, intentó retroceder hacia el palco anterior levantando su pierna derecha sobre el muro de cemento que divide los palcos, sujetándose en el escaso margen que la baranda de vidrio templado. Momento en el cual el Cholo Payet aprovechó en levantar la pierna izquierda de Walter y el Loco David en empujarlo al vacío. Versión final a la que habría llegado la Tercera Fiscalía Provincial Penal Distrital Descentralizada de Santa Anita.

Una vez más la maldita violencia irracional e incomprensible desatada por inadaptados bestias que demuestran con sus actos lo poco a o nada que están comprometidos con el desarrollo de una sociedad pacífica y tolerante. Otra vez matamos y morimos como si la vida tuviera precio, como si fuéramos dueños del mundo, como si la realidad fuera un juego de video. Qué pensamientos rondan por la cabeza de alguien que cree que alentar a un equipo significa agredir al rival de turno, golpearlo, pintarle la camiseta, insultarlo, robarle. Bajo qué lógica estos actos ayudan con el desempeño del equipo al que estás yendo a alentar, cuál es el vínculo que une la voluntad por ganar de un jugador con el daño que puedas causarle

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