Reporte De Practica

Normal Particular Autorizada

“MARTHA CHRISTLIEB”

Mis prácticas fueron realizadas en la escuela Miguel Hidalgo y Costilla de la comunidad del Encinar en Nogales, Ver. Se me asignó el segundo grado, grupo “B” que cuenta con 28 alumnos. Entre ellos algunos de inteligencia sobresaliente (3) y otros con problemas de aprendizaje relacionados a su contexto familiar (5). La escuela no cuenta con ningún programa de apoyo o ayuda social.

El día 5 de noviembre me presenté a la escuela siendo el primer día de práctica, así que un tanto nerviosa me dirigí al salón en donde algunos niños ya estaban presentes y otros aun faltaban. Inicié la clase de español y presenté mi planeación mi maestra tutora de nombre Maribel. Que por demás amable desde el primer momento me trató de manera respetuosa.

En las observaciones debido a que tuvimos que cubrir algunos eventos fuera del salón, no pude saber con exactitud como era el grupo, pues solo pude estar con ellos un día. En un inicio tanto la maestra como la directora me comentaron que era un muy buen grupo y el mejor de los tres segundos, así que no se me dificultaría al momento de estar con ellos.

Me llevé una gran sorpresa ya estando ahí pues si bien es cierto que muchos de ellos son ordenados y saben escuchar instrucciones, un grupo de aproximadamente 5 hace que el ambiente del salón se vuelva un tanto desesperante pues gritan y no quieren cumplir órdenes de nadie.

Yo siempre traté de no gritarles pues entendía que aun son niños pequeños y no están muy acostumbrados al rigor, lo poco que noté, fue que su maestra no les gritaba y solo al final de la jornada hablaba con sus mamás, aunque en confianza me aseguró que el problema de algunos de ellos es que en sus casa no les prestan atención o están muy sobreprotegidos así que realmente no solucionaba el problema.

Para la primera semana algo que realmente se me complicó es que los niños tienden a pararse en todo momento de su lugar para abrazarte y no solo conmigo también con la maestra Maribel, no es que no me gustara simplemente que iniciaba uno y como el resto lo veía todos se paraban corriendo a hacer lo mismo, empujándose y lastimando a sus compañeros así que opté por andar entre las bancas y solo se paraban cuando habían terminado. Si tenían una duda alzaban la mano y yo me acercaba a su lugar.

Otra situación que si me pareció complicada es al momento de realizar ejercicios en el pizarrón todos querían pasar a resolverlos o al llevarles materiales o algunos objetos todos los niños querían lo mismo y si no era así se molestaban para quitárselo y no querían trabajar. La primera semana no sabía esta situación así que no estuve preparada, ya en la segunda lo entendí y preferí ponerlos en tríos o equipos de cuatro y así todos participaban y tenían cosas iguales a los del resto, provocando su interés y dejando a un lado sus actitudes egoístas.

En esta parte de los valores algo en lo que tuve que hacer mucho énfasis fue en el respeto, pues al ser productos de hogares parcial o totalmente destruidos sus modales no eran los correctos y se burlaban de todo lo que ellos consideraban que no era correcto. A su corta edad decían palabras muy fuertes a sus compañeros o escribían insultos sobre las características físicas de estos. Pero todo empeoró el día que un alumno golpeó a otro porque este no le quería prestar un lápiz.

Me enteré de esto al regresar al salón y ver que mi maestra llenaba un reporte para el alumno, pues yo había estado cubriendo otro grupo. La reacción de los padres al enterarse de esto fue negarlo y echarle la culpa al otro deslindando a su hijo de cualquier acción, mientras que los papás del afectado no se enteraron del suceso pues nunca van por el o le prestan atención.

Ante esto realicé con ellos una actividad que creí serviría para calmar las cosas

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