Reseña histórico-social colegas, Psic. Juan Аntonio Guerrero Cañongo, que intenta encontrar las causas por las que el mexicano se convirtió en el ser macho
Enviado por jadrianbx • 10 de Septiembre de 2014 • Reseña • 1.346 Palabras (6 Páginas) • 390 Visitas
¿YO MACHISTA?
Por: Adrián Ballesteros Xicotencatl
Es un hecho que la participación activa y productiva de la mujer en la sociedad obliga a plantearnos interrogantes del por qué muchos varones “todavía” tachamos de incapaces a las mujeres, dando pie a un fenómeno sufrido por ellas durante muchos años: el "machismo".
Actualmente los hombres en México hemos tratado de ir desechando la idea de ser machistas, incluso cuando alguien nos pregunta: “¿te consideras un hombre machista?” inmediatamente reaccionamos con los siguientes argumentos: “por supuesto que no, yo creo que la mujer es muy inteligente, incluso más que nosotros”, ó “no, yo pienso que la mujer ha demostrado su capacidad al llegar a puestos que antes eran exclusivos de hombres”, sin embargo al profundizar un poco más en nuestra vida y observar nuestro comportamiento y nuestras actitudes, seguimos creyendo que la mujer es inferior a nosotros (por lo menos a nivel inconsciente).
Difícilmente se piensa en los orígenes del machismo, solamente se acepta o se rechaza.
A continuación me gustaría compartir una breve reseña histórico-social de un colega, el Psic. Juan Antonio Guerrero Cañongo que trata de encontrar razones por las cuales el mexicano se convirtió en un ser machista
En ese artículo, se ofrecen tres razones por las que el varón mexicano considera inferior en muchas ocasiones a la mujer mexicana. Estas razones explicadas basándose en la participación histórica de las mujeres en la construcción de un México colonial.
Es punto y aparte discutir las diferencias físicas, emocionales y psicológicas entre los dos sexos, este artículo acude a la psicología profunda del mexicano, desde sus orígenes:
La primera razón: la joven Malitzin
Cuando Cortés recibió las 20 doncellas el 15 de abril de 1519, regalo de los señores de Tabasco, "entre ellas había una joven noble, bella y de buen entendimiento nombrada Tenepal, natural de Painalla, pueblo de la provincia de Coatzacualco". Hija de padres nobles, al morir su padre, la viuda se casó con otro señor noble, por acuerdo de él y para que no estorbara en las nuevas relaciones conyugales, y en un futuro reclamara el reino, fue entregada desde pequeña a un grupo de mercaderes de Xicalanco, lugar situado en los límites del señorío de Tabasco, en calidad de esclava en venta. Junto con las demás esclavas fue bautizada, recibiendo el nombre de Marina. Los mexicanos acomodaron el nombre de Marina a su lengua llamándola Malitzin, que a su vez por corrupción lingüística de los españoles se transformo en Malinche.
Esta mujer fue de gran utilidad en la conquista de México, ya que funciono como traductora, por conocer de sus padres el dialecto nahuatl y el maya que se hablaba en Tabasco, "y con poco tiempo aprendió también la (lengua) castellana" (ídem Francisco Javier Clavijero). Mujer de Cortés, con la cual tuvo un hijo, Martín Cortés, producto del choque cultural que se gestaba. Se le notó gran afecto a los españoles, avisándoles de los ataques que preparaban en su contra y sugiriéndoles los medios oportunos para enfrentarlos.
Ha figurado como una traidora a su pueblo, por lo que se han acuñado términos como malinchismo (el admirar, respetar y desear pertenecer a otra cultura), es la primera razón por las cuales el mexicano considera como inferior a las mujeres, ya que pueden traicionarlo, pueden venderlo. En esta lucha de superioridad de la mujer al aliarse con el enemigo y la inferioridad del hombre por no poder repeler a éste, se inicia una gran contradicción de la psicología del mexicano: el hombre es hijo de la mujer traidora, a la vez víctima (por haber sido violada), es un hijo no deseado, producto del enemigo. De lo anterior se origina la crisis de identidad que tiene el mexicano (¿quién soy?).
La segunda razón: el concepto femenino, traído por los españoles.
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