SELECCIONES DE ROMAIN ROLLAND

Conceptos cordiales de aliento, y de guía: “Mi primera palabra a los jóvenes es: ACTUAR. Y el primer enemigo que combato, es el ¿PARA QUE?; unos lo dicen por orgullo; otros por debilidad. Y los dos son impotencia. Pero el más pernicioso es el primero, porque su vicio se envanece. En la enfermedad de una casta intelectual que se niega a la acción de los hombres y a sus leyes, porque le parecen atentar contra sus privilegios, porque limitan sus derechos y la humillan. Esta falsa ELITE desconoce, o deforma, las palabras del gran Goethe: ‘El hombre alcanza la certeza de su propio

Ser, en cuanto que reconoce al ser ajeno a él como su propio semejante, y como sujeto a las mismas leyes’. Se aísla y se encierra en lo que llama a su LIBERTAD. Esa jaula suspendida entre cielo y tierra, donde se pavonea esterilizado el PENSAMIENTO PURO. ¿Es acaso posible encerrarse, aislarse de la época poderosa que nos rodea, del torrente de vida que abre la brecha de una nueva era? ¡Qué miserable orgullo! ¡Y que vergüenza! El otro ¿PARA QUE? es el vicio contrario: la humildad, a base de un complejo de inferioridad. Esos jóvenes, cansados antes de vivir, han contemplado con

Mirada inquieta el campo de batalla contemporáneo y las masas inermes que en él chocan de continuo; se espantan de su debilidad y se desprecian: ¿Qué podemos hacer? ¿Qué podemos realizar? Muy poco, en efecto, si cada uno de nosotros permanece aislado. Pero el gran hecho nuevo esta hora del mundo es que ya nadie está aislado, salvo el que quiera estarlo (y aun los que quieren se engañan, pues a su pesar con arrastrados por la corriente)… cada uno de nosotros, compañeros, es un millón, es un pueblo en marcha; y con

Esos millones, con esos pueblos en marcha, van nuestros dioses, nuestros ideales, los más altos que jamás hayan guiado a la multitudes humanas.”

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