San Esteban de la Nueva TLaxcala

Jorge Eduardo Muñiz Jimenes

Tierra de nadie. Tierra de todos

A 427 años de la fundación de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.

Este escrito trata sobre la fundación del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, su relación con los habitantes de la Villa de Santiago del Saltillo, como fue que los tlaxcaltecas ayudaron a la sociedad saltillense a integrarse al estilo occidental de la colonización, cómo fue que cambiaron su entorno y sobre todo sus primeros años de existencia, dando un salto hasta el momento de su fusión con la villa para formar lo que hoy día conocemos como Saltillo.

Palabras Clave

Saltillo, Tlaxcala, Nueva España, Nueva Vizcaya, pueblo, villa, indios, colonización.

En el año de 1591 y bajo el mandato del rey Felipe II de España y del virrey Don Luis de Velasco, aun costado de la Villa del Santiago del Saltillo, se fundó un pueblo de indios Tlaxcaltecas, bajo el nombre de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, con el fin de ser un “fundente” entre los españoles que habitaban la villa y los indios chichimecas, buscando que estos dejaran su naturaleza “bárbara” y se volviesen sedentarios y pacíficos, se integrasen a la fe católica, a la vida agrícola y a la obediencia al entrar en contacto con los tlaxcaltecas, sin embargo, esto no dio resultado alguno. El pueblo fue establecido a partir de lo que hoy día es la calle de Allende, extendiéndose hacia el oeste de la ciudad.

Si bien el asentamiento de los tlaxcaltecas no cumplió con el objetivo con el que fue fundado, trajo bastantes beneficios, tanto para la villa como para la región que poblaron. Los beneficios para los habitantes de la villa del Saltillo empezaron desde la llegada de los tlaxcaltecas, pues eran casi 100, mientras que los vecinos españoles eran solamente 16. Para el terreno, los beneficios vinieron en cuanto los pobladores de San Esteban se dedicaron a su actividad por excelencia, la agricultura, haciendo un vergel lleno de sombre fresca, césped tierno y árboles frutales de un sitio semidesértico donde antiguamente sólo ramoneaban las cabras.  Otro de los grandes beneficios de la llegada de los tlaxcaltecas fue que de este nuevo pueblo mucho otros nacieron gracias a la migración de los habitantes de San Esteban por todo el noreste novohispano.

Para la parte nativa no hubo partes buenas, más bien, la situación solamente fue a peor, pues los enfrentamientos entre los nativos chichimecas y los habitantes de, no sólo la villa del Saltillo sino ahora también con los vecinos de San Esteban, se hicieron cada vez más frecuentes (sobre todo gracias a el concepto de la “Guerra Justa”), haciendo que la población huachichil descendiera drásticamente. Aunque esto no representaba ningún problema para los españoles, si se intentaron tomar medidas contra la baja de la población nativa, una de estas medidas fue el pacto entre el gobernador de la Nueva Vizcaya, Don Francisco de Urdiñola y un capitán Mestizo de madre huachichil. Este acuerdo de paz fue solamente una paz temporal a cambio de ropas, ganado y asientos.

Los tlaxcaltecas por su parte, también se vieron beneficiados al aliarse con los españoles, eran considerados hidalgos y heredaban esa condición a sus descendientes, montaban a caballo, podían portar armas de fuego, eran exonerados de todo tributo, alcabala, pecho, servicio personal y el hecho de tener un gobierno autónomo organizado como protectorado virreinal. Por no mencionar que los tlaxcaltecas impusieron casi inmediatamente su superioridad en estas tierras.

Para explicar la relación entre los vecinos de la villa del Saltillo y los habitantes de San Esteban, podemos servirnos de la expresión “juntos, pero no revueltos”. Si bien las poblaciones estaban separadas en españoles y tlaxcaltecas, no significa que se llevasen mal ni mucho menos. A la llegada de sus aliados, los que ya estaban establecidos decidieron compartir el agua de sus manantiales y dividir el ojo de agua común para así surtir a ambas poblaciones, dado a que los habitantes de San Esteban eran más numerosos, obtuvieron control sobre tres cuartas partes de este. Aun así, las diferencias entre los españoles y los recién llegados tlaxcaltecas eran bastante notables, pues ningún chichimeca o español no podía tener propiedades o vivir en los limites del poblado tlaxcalteca y viceversa. Los únicos pobladores no tlaxcaltecas que había en el pueblo eran los llamados “productores de indios”.

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