Secuestro

PRIMERA.-El delito de Secuestro tiene su origen en las figuras jurídicas del Derecho Romano llamadas Furtum y Plagium, mismas que se diferencian porque la primera se perseguía por medio de una acción civil mientras que la segunda se seguía a través de un juicio público. Además estas figuras protegían el derecho de propiedad más que el derecho a la libertad.

SEGUNDA.- Anteriormente el secuestro de un menor, era mal llamado “Robo de infante” y se equiparaba con un delito patrimonial, lo que a todas luces es un error ya que un menor no puede considerarse como un bien mueble y el tipo de Robo se tipifica como el apoderamiento de una cosa ajena, mueble…

TERCERA.- El antecedente de este delito en nuestro país se encuentra en los Códigos Penales de 1871 y 1929. El primero utiliza el término plagio mientras que el segundo utiliza el de secuestro.

CUARTA.- Existen figuras que son afines al delito de secuestro, como lo son: cárcel privada, desaparición forzada de personas, privación ilegal de la libertad, robo de infantes, robo de personas y rapto, sin embargo como se explicó durante el desarrollo del presente trabajo cada una de estas tiene su propio significado diferenciándose de las demás, por lo que tanto la doctrina como la legislación deben tener cuidado y ser más precisos con la utilización de cada término.

QUINTA.- Este delito ha evolucionado con el paso del tiempo superando a la normatividad, quienes se dedican a cometer este delito también han evolucionado a contrario sensu de cómo lo ha hecho el resto de la humanidad ya que los delitos de secuestro que se han cometido en últimas fechas se practican con una enorme brutalidad a diferencia de lo que se observa en épocas anteriores donde la integridad de la víctima se respetaba y actualmente vemos que la víctima es objeto de serios maltratos tanto psicológicos como físicos, al grado de que algunas víctimas llegan a perder la vida en cautiverio.

SEXTA.- El secuestro no sólo causa indignación e impotencia a las víctimas directas de este delito, también deja serias secuelas a los familiares y amigos de las víctimas, causa también un malestar generalizado a la sociedad, un miedo enorme al darse cuenta que todos en este país somos secuestrables, cualquiera puede ser una víctima más, por lo que es urgente que las autoridades no den cabida a la tolerancia respecto de este tipo de conductas que dañan gravemente a nuestra sociedad.

SÉPTIMA.- El incremento de este delito está íntimamente vinculado con una inmensidad de factores entre los que destacan: crisis económica, política, social, entre otras. Tenemos por un lado las cifras oficiales que declaran que la incidencia de este delito ha disminuido, pero existen también las cifras negras que hablan de una realidad totalmente diferente, dando como resultado que por cada denuncia de secuestro hay tres más que no son denunciados, esta situación obedece a la desconfianza que tiene la sociedad en nuestras autoridades.

OCTAVA.-

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