Seguridad
Enviado por pleitez • 2 de Mayo de 2013 • 4.350 Palabras (18 Páginas) • 227 Visitas
El viaje en bus del incógnito ministro de Seguridad
1 de Noviembre de 2012 a la(s) 6:0 - Ricardo Flores
Munguía Payés, custodiado por agentes encubiertos, hizo un pequeño recorrido para verificar el plan de seguridad en autobuses de San Salvador.
Se vistió con un pantalón de lona, una camisa celeste de mangas cortas, gafas oscuras y salió del despacho de prisa. El reloj con piezas de oro que llevaba en su muñeca derecha marcaba las 10:30 de la mañana. Su plan era estar a las 11 de la mañana frente a la fachada de un centro comercial de Soyapango. Antes de salir, David Munguía Payés, ministro de Justicia y Seguridad, explicó que viajaría de incógnito en bus hacia Soyapango. Su idea, según dijo, era comprobar el plan de seguridad en los buses que realizan militares y policías encubiertos. “Por eso llevo el Rólex para ver si alguien se anima”, agregó.
La camioneta negra en que suele transportarse lo esperaba en el parqueo del ministerio. El viaje estaba programado para que el funcionario llegara hasta la terminal de oriente en el vehículo y luego abordara el bus. Antes de subir a la camioneta, el ministro dio órdenes al personal para asegurarse de que nadie estropeara su plan de pasar de incógnito. “No vamos a llegar con el vehículo hasta la parada de buses. Busquemos un lugar separado, nos bajamos y luego caminamos. Tampoco vamos a ir todos juntos”, les dijo Munguía Payés.
Tres de sus guardaespaldas viajaban vestidos de civil dentro de dos vehículos que custodiaron el viaje del ministro en la alameda Juan Pablo II. Dentro de la camioneta, Munguía Payés quiso asegurarse de que podía pasar inadvertido ante los pasajeros del bus que escogería al azar. “¿Alguien tiene un par de lentes oscuros, de esos que trajeron aquellos de Irak?”, preguntó. El conductor hizo una llamada y arregló el asunto.
Diez minutos después, la camioneta rodeó, por órdenes del ministro, una gasolinera que se ubica cerca de la pasarela de la terminal de oriente. En ese sitio, el ministro bajó del carro, se puso las nuevas gafas sobre las que llevaba y caminó hasta la parada de buses con una moneda de $0.25 en la mano derecha.
La seguridad estaba cerca. Los tres guardias encubiertos caminaban a unos metros de él; el resto, a bordo de los vehículos polarizados, se estacionaron en las inmediaciones.
Munguía Payés abordó un bus de la ruta 29-F, pagó su pasaje y se sentó cerca de la salida. Los agentes encubiertos y un colaborador personal se dispersaron en el bus. Nadie pareció reconocerlo, pero una mujer notó algo inusual: “Cuánto hombre se subió en esta parada, me huele mal”, le dijo con desconfianza a un joven que viajaba junto a ella.
Un indigente que aseguró tener cualidades de solista cantaba en el centro del bus, mientras el ministro cruzaba un par de palabras con una joven que viajaba a su lado.
Antes de llegar al centro comercial, uno de los encubiertos alertó por celular a la seguridad que lo esperaba en Soyapango. Ahí, un ejército de camarógrafos quería hacer la toma de Munguía Payés bajando de la unidad. “Sentí un poco de confianza en la gente. Esperaba que sucediera alguna novedad, pero no la hubo”, dijo el ministro frente a las cámaras de televisión.
Destaca El salvador mejora en seguridad pública
El ministro salvadoreño de Justicia, David Munguía Payés, destacó la mejora de la seguridad en El Salvador, un año después de la tregua con las pandillas, que ha permitido reducir casi en 3.000 los homicidios en este periodo.
"Es importante que 3.000 hogares, madres salvadoreñas, no lloraron la muerte de su hijo", dijo Munguía en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Munguía expuso los resultados de la labor del Comité Técnico de Coordinación del Proceso de Reducción de la Violencia en El Salvador, tras la "tregua" entre las dos principales pandillas salvadoreñas, MS-13 y Barrio 18, que comenzó en marzo de 2012.
"Hemos encontrado una solución para disminuir la violencia, que es poco ortodoxa, pero que nos está dando muy buenos resultados", afirmó el ministro al exponer que de tener 14 homicidios al día en 2011 se ha pasado a 5 al día.
Con estas cifras el ministro señaló que "todavía tenemos un gran reto por delante, pero hemos iniciado un camino que representa una luz y una esperanza al final del túnel".
El ministro señaló el reto que fue fraguar este plan, ya que "el Gobierno salvadoreño no tiene como política sentarse a discutir con delincuentes y terroristas".
Por eso "abrimos el espacio para que la sociedad civil y la Iglesia Católica realizaran este trabajo", y se reunieran con los líderes de las pandillas para detener la guerra entre las pandillas.
El ministro agradeció el apoyo de la OEA en este proceso, del que "algunos dijeron que iba a durar una semana", pero del que ya hace más de un año y ha permitido además recuperar casi medio millar de armas, "que están fuera de las calles y no están asesinando a salvadoreños".
"Hemos seguido caminando, ya no somos el segundo país más violento del mundo, somos el 43", afirmó el ministro que señaló que en la actualidad hay ahora ciudades en Estados Unidos, como Nueva Orleans o Detroit, que son más violentas que San Salvador.
Munguía quiso dejar claro el compromiso de su Gobierno de continuar con este proceso, que ha llegado a una segunda fase con programas en los municipios "libres de violencia", para dar oportunidades a los jóvenes.
El ministro hizo un llamamiento a la comunidad internacional para participar con fondos o recursos en este proyecto en contra de la violencia que está dando resultados, "que nos ayuden a sostener este proyecto para tender un puente a esto jóvenes". Reconoció que la tasa de paro en el país es alta, y que "muchos jóvenes ingresan en las pandillas porque no encuentran otra salida".
"Ahora, en el marco de este nuevo ámbito de seguridad y tregua de pandillas, los planes sociales del gobierno, que antes no podían llegar porque las pandillas no lo permitía, están llegando, por eso es tan importante la cooperación internacional".
El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, destacó los resultados específicos de este proceso, y también hizo un llamamiento a los países para que contribuyan al mantenimiento de la paz en El Salvador. Subrayó la necesidad de "descongestionar las cárceles", de separar a los presos que no tengan delito de sangre del resto, y de ayudar a los jóvenes que abandonen las maras a buscar un empleo digno.
"Aunque sea brutal
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