Sociedad sistema complejo: entre la hegemonía y los poderes simbólicos
Enviado por Rosibeth1 • 5 de Junio de 2019 • Ensayo • 1.470 Palabras (6 Páginas) • 212 Visitas
Sociedad sistema complejo: entre la hegemonía y los poderes simbólicos
La sociedad es un sistema complejo, que está en constante mutación, en la que los individuos ejercen relaciones con las que configuran sus vidas y pretenden legitimar sus dominios. Dentro de este sistema complejo están permeando procesos hegemónicos y poderes simbólicos que van delimitando ciertos aspectos de la praxis social. Es por esto, que los conceptos de hegemonía y poder simbólico guardan entre sí dos semejanzas y una diferencia; las semejanzas son, primero que ambos conceptos se refieren a la legitimación en relaciones de dominio / subordinación, y esto normaliza dichas relaciones de poder; segundo que aluden a la cohesión de la sociedad; y la diferencia es que hegemonía es un proceso y poder simbólico una estructura estructurada esctructurante.
Dicho esto, para abordar la temática central de este ensayo, será necesario definir en primera instancia las diferencias existentes entre ambos conceptos. Entendiendo que, para Rymond Williams (1977) hegemonía se define como un proceso que se construye en la sociabilización cotidiana, que se configura en relaciones de dominio y subordinación, en la que se incluyen prácticas y expectativas, significados y valores, internalizados en la práctica (149). Es decir, la hegemonía como proceso, al contrario de la ideología, no se reduce a un sistema de ideas, está presente o expresada en las prácticas sociales que la reafirman, es componente de un “proceso social total” al que se conoce como cultura.
Por lo tanto, a diferencia del concepto de hegemonía, Piere Bourdieu (2005), define al poder simbólico como una estructura que está atravesada por sistemas simbólicos; estos sistemas en tanto estructuras estructurantes (arte, religión y lengua), como estructuras estructuradas (susceptibles de análisis estructural) y como instrumentos de dominación o “instrumentos de legitimación” (Bouridieu, 2005:69). En definitiva, el poder simbólico según Bourdieu (2005), es considerado como aquellos sistemas simbólicos que son conjuntos estructurados estructurantes que buscan una forma de explicar el mundo, un “poder de construcción de la realidad que tiende a establecer un orden gnoseológico: sentido inmediato del mundo” (Bourdieu, 2005:67).
Bajo estas perspectivas encontradas en ambos conceptos, se concreta la idea de que estas diferencias definen modalidades de acción y aplicación en la sociedad. Una de las diferencias que predomina se encuentra en la caracterización tanto de hegemonía como un proceso, como de poder simbólico como una estructura estructurada estructurante. A modo de cierre y para concluir con esta premisa; los procesos hegemónicos son desarrollados en la sociedad civil, implican prácticas que se expresan en la cotidianidad y que son interiorizadas, a diferencia del poder simbólico que como estructura se legitima en estructuras de poder y por la clase dominante.
Así como su diferencia es marcada, ambos conceptos guardan entre si dos semejanzas importantes, la primera semejanza; dicha anteriormente, es que ambos conceptos se refieren a la legitimación en relaciones de dominio / subordinación y esto legitima dichas relaciones de poder. Es que tanto la hegemonía como el poder simbólico, se refieren a la interiorización y aceptación, cuando describen el modo en que se legitiman socialmente. Williams (1977) dice en referencia a la hegemonía que “la verdadera condición de hegemonía es la efectiva autoidentificación” (Williams, 1977:163). Esto quiere decir, que las relaciones que se establecen entre los los procesos que llevan a cabo los individuos y las expresiones culturales, pasan en un momento determinado por un proceso de negociación.
A este proceso de negociación se articulan los aspectos culturales, que tienen particularidades independientes que las hacen susceptibles de imponerse unas a otras en relaciones de dominio / subordinación. Estas prácticas pueden devenir en procesos hegemónicos, por lo tanto es ahí donde se legitiman. Los procesos hegemónicos como anteriormente se señalan, según Williams (1977) al estar inmersos en un proceso social total; entendiendo que como en toda sociedad existen desigualdades por las condiciones de clase, están sujetos al reconocimiento de la permanencia de las relaciones de dominio subordinación (149). Es decir, que son todas las significaciones de las prácticas, las experiencias, las expectativas y los procesos, que hacen visible la permanencia de estas relaciones que legitiman la hegemonía por intermedio de una sujeción intrínseca entre las relaciones de dominio y subordinación.
Por otra parte, en el poder simbólico estas relaciones de poder están permanentes porque son legitimadas por la clase dominante. Bourdieu (2005) trata estas relaciones y las describe como un “poder subordinado, como una forma transformada –es decir, irreconocible, transfigurada y legitimada-, de las otras formas de poder” (Bourdieu, 2005:72). Por consiguiente, “el poder simbólico se define en y por una relación determinada entre los que ejercen el poder y los que los sufren” (Bourdieu, 2005:72). Quiere decir, que pasan de ser un forma ilusoria a una creencia y que dentro de estas relaciones se encuentran los sistemas simbólicos que es donde reside el poder simbólico. Estos sistemas se hacen perceptibles, “según sean producidos y al mismo tiempo apropiadas por el conjunto de un grupo o cuerpo de especialistas” (Bourdieu, 2005:70).
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