Sociologia De La Educacion 1
Enviado por 8332598167 • 20 de Febrero de 2014 • 18.488 Palabras (74 Páginas) • 307 Visitas
Sociología de la educación
Bloque 1
SOCIEDAD Y EDUCACIÓN
Conceptos y Relación entre Sociedad y Educación
SOCIEDAD:
Sociedad (del latín societas) es un concepto polisémico, que designa a un tipo particular de agrupación de individuos que se produce tanto entre los humanos (sociedad humana -o sociedades humanas, en plural-) como entre algunos animales (sociedades animales). En ambos casos, la relación que se establece entre los individuos supera la mera transmisión genética e implica cierto grado de comunicación y cooperación, que en un nivel superior (cuando se produce la persistencia y transmisión generacional de conocimientos y comportamientos por el aprendizaje) puede calificarse de cultura.
La educación
La educación, (del latín educere 'sacar, extraer' o educare 'formar, instruir') puede definirse como:
• El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
• El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.
• Proceso de socialización formal de los individuos de una sociedad
Relación Sociedad-Escuela
La relación sociedad-educación en los últimos años, ha sido una respuesta a las condiciones sociales y a las necesidades de los individuos, es hora de replantear la relación en función de la sociedad que estamos construyendo. No existen dudas acerca del papel que tiene la sociedad y la familia en la educación, pero la cuestión es, cómo se vincula el entorno social y cultural del y la estudiante con la escuela para lograr una formación que armonice con la sociedad.
La prevalencia de la sociedad educadora en el marco de la educación capitalista-neoliberal nos ha afectado profundamente por los valores del mercado, el egoísmo y el oportunismo, en una concepción de la educación que privilegia el individualismo, lo lucrativo, por encima de los valores de solidaridad social y de lo colectivo. En este enfoque la educación no es un derecho social sino individual que se transfiere al área del mercado; se define en atención al destino que cada individuo tiene en la sociedad (de acuerdo a su procedencia familiar-social), o sea la que impone el capitalismo, por ejemplo educar para ser intelectual, profesional, empleado asalariado, propietario o no propietario, obrero, mano de obra especializada o no especializada; esta es una educación promotora de que sólo unos pocos se convierten en los que dominan, en los patronos, en los que mandan y controlan el aspecto económico del país, mientras que la mayoría está sujeto a lo que decida esa minoría.
Y ¿Cuál es el papel de la escuela en este modelo? Como un efecto perverso la escuela debe funcionar como una “empresa” cualquiera que presta “servicios” educativos que produce “beneficiarios” que es la población estudiantil, todo en respuesta al mercado. De esta forma la función social de la escuela es definida en una perspectiva empresarial, la formación de ciertas competencias necesarias para que en la sociedad, los individuos estén suficientemente capacitados para desempeñarse de una forma competitiva en un mercado de trabajo que es altamente selectivo y cada vez más exigente, obviando el papel que le toca desempeñar a los/las estudiantes y profesionales como personas y sujetos.
Por otra parte el estado docente está sustentado en la afirmación de que todo sistema educativo obedece a una concepción acerca del ciudadano o ciudadana que desea formar de acuerdo a la sociedad que se aspira. Si estamos en un momento de construcción y consolidación de una sociedad más justa y equitativa, que busca romper con los esquemas neoliberales y se dirija más hacia una práctica social liberadora en la búsqueda de una identidad venezolana y latinoamericana, se evidencia la necesidad del estado docente que tiene como centro al ser humano como individuo y ser social, capaz de responder y participar activamente en la transformación de la sociedad en la que vive y se desarrolla. Todo ello en el marco de una educación inclusiva que llegue a todos y todas, garantizando que cada ciudadano(a) reciba una formación integral de calidad en forma continua, en igualdad de condiciones y oportunidades.
Es así que se justifica un estado docente que tenga como misión revolucionaria formar a ciudadanos(as) que traten de transformar la sociedad a la que aspiramos. Siguiendo el pensamiento de Paulo Freire, podemos decir que el proceso educativo no es neutral, la educación o sirve para formar ciudadanos(as) que se integren a la sociedad actual y sean conformistas a la misma, o se convierte en “la práctica de la libertad”, que significa formar personas críticas y creativas en relación con su realidad y que participan en la transformación social
Cultura y educación
La cultura evidentemente es un producto de la interacción humana, sin embargo, los contenidos y significados culturales se diversifican y enriquecen con base en el contexto histórico-geográfico que les da sustento. En los orígenes de la humanidad podemos imaginar un panorama paradójico y contradictorio, es decir, la humanidad se encuentra con una madre naturaleza prodiga en recursos naturales, benévola y generosa, pero por la otra, salvaje, caótica y mortal. Estas condiciones iniciales de la vida humana en su hábitat terrestre, en principio dieron las pautas para la aparición de una incipiente cultura que de manera recursiva y diacrónica se configuraba y establecía los parámetros socioeconómicos, éticos y morales, de forma gradual y consistente con su momento histórico.
La cultura vista desde una perspectiva simbólica se gestaba, empezaba por reconocer formas de comunicación con signos y símbolos que significaban y resignificaban la expresión de necesidades básicas y de socialización en ciernes. Sí a partir de ese momento hubiéramos tenido la capacidad de registrar nuestra memoria colectiva, seguramente hoy nuestra perspectiva de interpretación y comprensión de la cultura sería más consistente y congruente con la realidad.
Con esto quiero decir, que no existen normas o leyes universales a partir de las cuales demos una interpretación más o menos precisa y específica
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