Sociologia
Enviado por joskariz • 16 de Enero de 2015 • 4.203 Palabras (17 Páginas) • 155 Visitas
sociologia
de la figura del sacerdote.
Nunca olvidó la pregunta que entre los amigos del campamento se hacían con relación a lo que harían
cuando fueran mayores, su respuesta siempre fue la mism
a “quiero ser sacerdote”.
En el año 1941 ingresa al
Seminario con la certeza de haber recibido el llamado de
Dios para formar parte de las filas de seminaristas que
con vocación y coraje se entregaban para el servicio de lo
s más necesitados, convencidos de los ideales cristianos.
Culminada la Licenciatura de Filosofía, Retórica y T
eología se ordenó como sacerdote el 28 de julio de 1946 en
Malinas, Bélgica.
Cumplido su deseo de ser sacerdote, se inicia co
mo Vicario Cooperador de una Parroquia en Bruselas
en medio de turbulencias y conflictos como consecuencia de las guerras que habían desolado varios países de
Europa y al poco tiempo de estar prestando este servicio,
recibe una alegría: la visita de su querido padre, quien en
ese encuentro le dice: “así que tú eres cura ahora” y él
le contestó: “Sí papá eso soy”, el padre expresó: ¡Bien!
¡Bien!, “quiero decirte que estoy orgulloso de ti”.
Durante sus estudios en el Seminario manifestó su
aspiración de venir a América Latina y de hecho
estudió en el Colegio Pro América Latina. Este deseo se ve
cristalizado providencialment
e por la solicitud expresa
que realizó Mons. Rafael Arias Blanco al Cardenal Van Roey
de Bélgica, en el año 1950, con el objeto de conseguir
sacerdotes para Venezuela. El Padre Emilio recibió la conv
ocatoria y por obediencia y disposición de apóstol, se
alistó a prestar sus servicios pastorales en tierras venezolanas.
Llegó a La Guaira el 16 de diciembre de 1955, en compañía de Emilio Van de Velde, también Sacerdote
belga, para ser misionero en América, ¡misionero en las
tierras venezolanas! El Arzobispo de Caracas, Mons.
Rafael Arias Blanco, lo nombró Vicario Cooperador en la
Capilla “Nuestra Señora del Carmen” ubicada en Catia,
Parroquia Sucre de la ciudad de Caracas y aún sin pr
onunciar muy bien el español comenzó sus actividades
pastorales, a pesar de las dificultades políticas de la
época como consecuencia de la dictadura imperante para el
momento, situación arduamente cuestionada por Mons. Aria
s, defensor de las libertades y derechos del pueblo
venezolano. Sin embargo, el Padre Emilio desarrolló una fructífera labor apostólica con las comunidades de Blandín
y Plan de Manzano, sectores pertenecientes a la Parroquia Sucre de Caracas.
En 1956 es nombrado Párroco en la Iglesia “San Francisco Javier” ubicada en Lídice, parroquia la Pastora
de Caracas, sector popular del oeste de la ciudad, en su
stitución del Padre Marcial Ramírez Ponce, donde culmina
la construcción de la Capilla del Santísimo e inic
ia su trabajo haciendo énfasis en el aspecto educativo.
En muchísimas oportunidades, oímos al Padre Em
ilio responder preguntas sobre sus inicios como
sacerdote y contar anécdotas sobre su llegada a V
enezuela; aquí reseñamos una de ellas, donde podremos
comenzar a vislumbrar su “Disposición de apóstol y temp
le de acero”... ¡Siempre por Venezuela! De esta época,
cargada de anécdotas jocosas y originales, el Padre
Emilio entresaca una, contagiándonos con sus alegres
remembranzas:
Bien, no nací en Bélgica, como se cree... nací en Trieste, Italia. Llegué por los años 50 a Caracas, en
ese entonces era una ciudad muy sana, una primavera perman
ente, un clima maravilloso, aire muy puro ... bien,
una mañana había ido a celebrar la Santa Misa en una parroquia llamada Lídice ... al llegar y ver la Iglesia, casi me
regreso... ¡fue tal la impresión que recibí! ... aquella
casa bien podría tomarse por una construcción abandonada,
sin frisar... Al instante formulé un deseo mentalmente: “Ojalá que no sea aquí donde me manden!”.
Y... he aquí la gran sorpresa: Cuando me encuentro con el Mons., lo que me dice primero es: “¡Lo felicito Padre, ha
sido destinado a la Parroquia de Lídice!” (Risas a granel ante
el divertido chasco, traído de nuevo a la memoria, pero
no queda ahí todo...).
... ¡Siguen fluyendo los recuerdos... gratos, jocosos!...
El Padre ríe de buena gana, cuando de pronto se transporta
de nuevo y recomienza...
- Bien, en Lídice, a diario, solía observar los grupos de jóvenes ociosos, en la plaza, en las esquinas; siempre
ociosos...
Una mañana al salir de misa, me detuve a conversar:
- A ver muchachos, ¿ninguno de ustedes estudia?
- No, Padre.
- Bien, ¿y tampoco trabajan?
- No, Padre.
- ¿No hacen nada?
- No, Padre.
- Ya me veían como a un “bicho raro”, así que deje de preguntar.
Me sorprendió todo aquello... ¡Claro! en Bélgica todo era distinto. ¡A esa edad...! En fin, me voy a casa del
Arzobispo y le cuento todo...
De pronto me mira y replica así:
- Emilio, tienes apenas ocho días en Venezuela y ya criticas todo... ¡Así que ese trabajo será para ti!
Anécdotas como ésta, retratan fielmente al Padre Emilio, en
su dimensión humana, en su amor y tesón irreductibles,
¡siempre por Venezuela! Cuando habla de su Patria
adoptiva, con fe y con pasión desbordantes, comprendemos
como ha sido posible realizar esta obra de redención soci
al, de solidaridad y amor hacia los venezolanos más
humildes.
El Padre Emilio emprende entonces su acción educadora, llevando el mensaje de Dios a la escuela y es
en el año 1957 cuando en terrenos de la Casa Parroquial, con apoyo de la comunidad y otros entes públicos y
privados; dio paso a un proceso innovador dentro de la educaci
ón venezolana. Se abrió de esta forma el Centro Pre-
Vocacional “San Francisco Javier”, atendiendo a jóvenes de la zona oeste de Caracas, en los talleres de Madera,
Dibujo y Metales, dirigidos especialmente a varones. En es
os momentos se encontraba el Dr. Pizzani como Ministro
de Educación y operaba muy eficientemente la Dirección de Educ
ación Artesanal, Industrial y Comercial (Darinco),
que cumplía funciones de asesoramiento y entrenamiento en lo referente a la Educación Técnica, lo
...