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Sociologia


Enviado por   •  7 de Mayo de 2015  •  1.550 Palabras (7 Páginas)  •  147 Visitas

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LA SOCIABILIDAD EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS Y LA INSERCIÓN DE LOS INMIGRANTES

Francisco Torres Pérez INTRODUCCIÓN La creciente presencia de vecinos inmigrantes está transformando los espacios públicos de nuestras ciudades. La coincidencia en el parque, la parada del autobús o la puerta del colegio, constituye una experiencia cotidiana para una gran mayoría de ciudadanos. Además, se han conformado algunos espacios más o menos etnificados. Así, el espacio público constituye uno de los espacios principales de socialización en la diferencia y de relación con extraños. Si, como recuerda Germain, “el trato con el diferente es la esencia misma de la sociabilidad pública” (Germain,1997: 246), hoy el diferente es el inmigrante y, por ello, los espacios públicos ofrecen un buen ámbito de observación de las dinámicas de inserción de los inmigrantes. El espacio público es un espacio importante, complejo y delicado, donde se desarrollan dinámicas de inclusión o, por el contrario de tensión y exclusión. Para profundizar en estas dinámicas se analizan dos situaciones distintas en Valencia: una concentración que genera un uso exclusivo en un caso, y una utilización compartida que conforma una convivencia pacífica pero distante entre los diferentes usuarios, en otro. Los resultados de este análisis se comparan con la situación en otras ciudades y se confrontan críticamente con el “sentido común” que identifica concentración espacial con problemas y tensiones, y, correlativamente, cohabitación espacial con buena inserción. El texto, por último, aboga por un pensamiento más complejo a la hora de abordar la diversidad de espacios públicos que conforman la ciudad multicultural. 1. CONCENTRACIÓN ÉTNICA, “SENTIDO COMÚN” Y PROCESO DE INSERCIÓN DE LOS INMIGRANTES Por “sentido común” entenderemos una serie de representaciones sobre el proceso de inserción de los inmigrantes en los espacios públicos, de presunciones sobre las dinámicas socio-espaciales que se generan, y de opciones valorativas sobre los fenómenos de concentración y dispersión espacial. Este sentido común se puede sintetizar en la idea que las concentraciones étnicas territoriales tienen un carácter negativo. Los fenómenos de concentraciones étnicas en un parque, una trama de calles en un barrio u otro espacio público, FRANCISCO TORRES PÉREZ 242 se consideran como expresión de la escasa voluntad del grupo para integrarse, se asocian a zonas empobrecidas o degradadas y se identifican como ámbito privilegiado para el surgimiento de tensiones y conflictos entre autóctonos e inmigrantes. Es evidente que hay concentraciones étnicas que tienen estas características negativas y situaciones donde la propia concentración constituye un factor más que retroalimenta el proceso de estigmatización y marginación de determinados grupos. La cuestión relevante es que el sentido común generaliza estas características a cualquier fenómeno de concentración étnica. Esta visión sobre la sociabilidad pública de los inmigrantes forma parte de una concepción más amplia sobre la inserción urbana de los nuevos vecinos. Si se desarrolla adecuadamente, afirma esta concepción, la inserción urbana supone un proceso, a la vez espacial y social, desde los centros urbanos empobrecidos a los barrios semi-centrales o periféricos más acomodados, y desde situaciones de mayor concentración espacial y donde las relaciones in-group constituyen una referencia básica a otras caracterizadas por una mayor dispersión espacial y una mayor diversificación, in-group y out-group, de las relaciones sociales significativas. Frente a la “mala” inserción urbana, la concentrada, que suscita recelo y preocupación, la dispersión residencial aparece como el desarrollo “normal” y deseable del proceso de inserción. Como he desarrollado en otro texto, Torres (2005), esta concepción se basa en la popularización simplificada de los postulados de la Escuela de Chicago. Park y Burgess concebían el crecimiento y ordenación de la ciudad como una sucesión de círculos concéntricos que constituían otras tantas áreas de la ciudad y en las que se da un proceso de sustitución y cambio de vecinos. Al ascenso socio-económico de los inmigrantes, o de sus hijos, correspondía un cambio del área residencial de la ciudad y una mayor dispersión. Este proceso es correlativo con el “ciclo de relaciones étnicas” de Park que establecía una secuencia de cuatro etapas (competencia, conflicto, acomodación y asimilación) en el proceso de inserción de los inmigrantes. La relación entre distribución residencial y proceso de inserción social, entendido como asimilación, se interpreta como una fuerte correlación entre dispersión espacial e integración social. Algunas de estas ideas son reforzadas desde otras perspectivas, como los estudios de segregación espacial. Además de la aplicación de índices cuantitativos y estadísticos, en la década de los 50 Duncan introdujo el concepto de “umbral crítico” para referirse al número de vecinos “extraños” o “poco deseables” (negros, inmigrantes o blancos pobres) a partir del cual se desencadena una dinámica de movilidad social descendente y degradación

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