TEMA DE EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
Enviado por giovannaAZ • 26 de Mayo de 2017 • Documentos de Investigación • 3.652 Palabras (15 Páginas) • 241 Visitas
DAVID AUSUBEL Y EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
1. Generalidades
A continuación expondremos algunas de las ideas de Ausubel (2000), por ser considerado como uno de los autores más importantes y representativos de las teorías del aprendizaje contemporáneas. Resulta valioso su estudio porque es una teoría utilizada en el campo de la enseñanza de las ciencias, y puede servir de fundamento para los desarrollos con nuevas tecnologías, siendo además, una propuesta en la que el trabajo escolar está diseñado para superar el memorismo tradicional de las aulas y lograr un aprendizaje más integrador, comprensivo y autónomo.
La principal noción que postula Ausubel es la de aprendizaje significativo, que se define como un proceso a través del cual la tarea de aprendizaje puede relacionarse de manera no arbitraria y sustantiva con la estructura cognitiva de la persona que aprende. La no arbitrariedad significa que la relación de la nueva información con la estructura cognitiva es específica, se realiza con conocimientos previos preexistentes, ya sean ideas, conceptos o proposiciones denominados subsumidores que funcionan como anclaje para los nuevos conocimientos. Traduciendo esto a las actividades que se proponen con las TIC podemos hablar de las relaciones que se establecen entre los contenidos y los conocimientos previos de los alumnos. Con respecto a la sustantividad nos indica que lo que se incorpora es la sustancia del nuevo conocimiento y no las palabras o elementos utilizados para ello.
De acuerdo con este planteamiento, se ha hecho célebre la frase de Ausubel que el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. El maestro debe averiguarlo y enseñar en consecuencia de lo que descubra. En los avances de enseñanza con nuevas tecnologías, la propuesta es partir siempre de lo que el alumno tiene, conoce, respecto de aquello que se pretende que se aprenda. Como ejemplo podemos tomar un concepto ampliamente estudiado en Biología que es la célula. Cuando se desarrolla el estudio de esta estructura desde el punto de vista morfofisiológico, se comienza "anclando" las estructuras celulares en las formas geométricas previamente reconocidas por el alumno. Con respecto a las funciones más simple de los orgánulos celulares también acudimos a conceptos que funcionan como subsumidores, tal es el caso de la mitocondria como orgánulo de respiración celular; pero si comenzamos por la explicación química de la respiración seguramente los alumnos no tendrán cómo aferrar estos conocimientos si no han profundizado previamente el estudio de la química. Este es el caso de muchos curricula que pretenden enseñar los procesos celulares sin tener conocimientos elementales de la química. Este ejemplo nos ilustra que los subsumidores deben ser específicos, estar claros, relevantes y disponibles en la estructura cognitiva del sujeto.
Puede darse el caso de que no existan los conceptos o ideas que sirvan de anclaje para que se produzca el aprendizaje significativo, entonces Ausubel da una solución a esto, pudiendo utilizar contenidos introductorios lo suficientemente relevantes para establecer la relación con los nuevos contenidos. Se trata de los llamados organizadores previos cuya función es servir de puente entre lo que el alumno ya sabe y lo que debe saber antes de adquirir nuevos conocimientos. No se trata de una síntesis del material a estudiar sino que deben tener un nivel más alto de generalidad y ser lo suficientemente inclusivo, como para dar cabida a los nuevos conocimientos.
En el caso de validar los organizadores, son varios los problemas que se presentan. Gutiérrez (1987) señala que una primera dificultad es definir de forma operativa este constructo; otra se refiere a lo poco consistente que se muestran los resultados de las investigaciones al respecto; y por último los organizadores son una mezcla de prerrequisitos lógicos y psicológicos. Acerca de la primera crítica, Moreira (2000) afirma que "no se puede establecer en términos absolutos si un material es o no un organizador previo, ya que depende de la naturaleza del material, la edad del alumno y el grado de familiaridad que se tenga con el objeto de estudio". Desde esta perspectiva, en el ejemplo de célula que mencionamos anteriormente, se torna difícil precisar cuáles serían los conceptos de química que habría que saber para poder aprender la función de respiración celular, sin embargo podríamos indagar las ideas de nuestros alumnos o utilizar los resultados de investigaciones realizadas al respecto, como son en este caso las de Giordan y de Vecchi (1988) y Giordan et al. (1988), que nos darían "pistas" generales acerca de cuales podrían ser los mejores organizadores. Estas investigaciones y otras muchas desarrolladas, si bien no se preocupan tanto de mostrar el efecto facilitador de los organizadores en el aprendizaje, tienen como utilidad exponer al docente ideas previas ampliamente consolidadas en los estudiantes que le sirven de base para estructurar su tarea.
A partir de lo expuesto, es importante ampliar el espectro a considerar cuando se trata de utilizar organizadores para enseñar. Se pueden elegir no sólo textos, sino también otros materiales como simulaciones, videos, audios, etc., tratando de abarcar las mayores posibilidades que brinda el material respecto de las características ideosincráticas de los estudiantes. En este sentido las TIC permiten un amplio espectro para hacer cosas con ellas. Por ejemplo, entrar en algún juego que transporta al usuario al mundo de las ciencias, figuras tridimensionales de procesos abstractos, relacionar alumnos con grupos de investigadores, usar laboratorios abiertos en la Web. La tercera crítica que se les hace a los organizadores previos es la posible mezcla entre el significado lógico y psicológico de estos prerrequisitos. En este sentido pueden formularse dos cuestiones esclarecedoras. Los materiales simbólicos poseen su propio significado lógico y los significados psicológicos se refieren a la relación del material con la estructura cognitiva individual del alumno. El aprendizaje significativo puede transformar el significado lógico en psicológico, "la emergencia del significado psicológico depende, no sólo de la presentación al aprendiz de un material lógicamente significativo, sino, también, de la disponibilidad, por parte del aprendiz, del contenido de ideas necesario" (Moreira, 2000).
Al respecto de esto último, observamos que cuando los docentes definen programas o unidades didácticas usan los criterios lógicos y psicológicos para la selección y organización de sus contenidos. Pero advertimos que, si bien los criterios pueden tener una raíz conceptual análoga, no se refieren estrictamente a los conceptos manejados al respecto por la teoría Ausubeliana,
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