TEORÍA DEL DELITO “EL SECUESTRO”

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INSTITUTO SUPERIOR CONCORDIA

LICENCIATURA EN DERECHO

TEORÍA DEL DELITO

“EL SECUESTRO”

MARÍA CONCEPCIÓN ESTRADA TORRES

PRIMER CUATRIMESTRE

3 DE FEBRERO DE 2017

VESPERTINO

INTRODUCCIÓN

Resulta importante saber que en México ha aumentado de manera considerable el secuestro, adoptando como nuevas modalidades, el secuestro exprés y el virtual, dejando a un lado si la familia de la víctima cuenta o no con un nivel socioeconómico alto, medio o bajo, siendo este aspecto cada vez menos importante para los secuestradores; no se debe pasar por alto que esta problemática se ha magnificado en los últimos años, con las diversas maneras en que se ejecuta.

 En este ensayo no sólo se está enfocando el secuestro como tal, se tratará de ir más allá de ese tema en concreto, ya que también se presentarán temas derivados del secuestro, como lo son las consecuencias de éste, los daños emocionales que se sufren como resultado del mismo; así como las condiciones sociales, culturales y políticas que han contribuido en gran medida al aumento de este problema, además del surgimiento de nuevas formas de delincuencia.

Raúl Villani, analiza el proceso sobre la problemática de la psicopatía y la psicosis, así como el proceso subjetivo en el que las víctimas del secuestro se sumergen.

Para el autor José Luis Cisneros, la violencia criminal urbana y la violencia estructural, son las causas que originan que un individuo comenta el atroz e imperdonable delito del secuestro, comenta que el secuestro es uno de los trastornos sociales que más afectan y preocupan a la sociedad en los últimos.

Por otro lado Christian Herreman, opina que violencia y agresión son dos síntomas diferentes, desde el punto de vista neuropsicológico, acentuando que los seres humanos tenemos la capacidad de realizar los actos más nobles, pero también irnos al otro extremos, reflejándolo en la violencia.

El estudio del secuestro, aunque surge de una problemática social y por tal motivo es un proceso muy complejo; ha sido estudiado principalmente en el derecho penal, dejando a un lado los procesos sociales.

 Cada vez es más inhumana y grotesca la forma en que los secuestradores tratan de obtener lo que piden, olvidando que las víctimas son personas, y no cosas u objetos, las lastiman de forma física y emocional, quedando marcadas psicológicamente de por vida.

EL SECUESTRO, LA ADMINISTRACIÓN DE LAS AUSENCIAS

Ante un secuestro, lo primero que llega es la desolación, el estar consciente de la ausencia de la víctima, y que cabría la posibilidad de no volver a verla, se desencadenan las fantasías más viles, llega la incertidumbre de saber si está bien, si en realidad la tienen cautiva o si estará viva, o en último de los casos donde encontrarán su cuerpo, y se implora porque no le hagan daño, no la mutilen, que simplemente esa pesadilla pase.

Los secuestradores quieren amedrentar a los familiares usando un vocablo humillante y lleno de palabras altisonantes y lastimosas para quien está del otro lado de la línea; piden una cantidad, pero al comprobar que no contarán con ella, los secuestradores van bajando el costo del rescate, ya que éste depende de la situación socioeconómica de la familia de la víctima y lo que realmente les interesa es obtener cualquier suma, lo que sea.

Es evidente que el perfil de los secuestradores se va formando desde la familia, en algunas ocasiones por maltrato familiar dentro de la misma, porque el padre está ausente, por el propio ambiente en el que se desarrolla; va influyendo también, los episodios trágicos que ha vivido nuestro país, como el caso del 68, que llenó de resentimientos la vida de las personas que sufrieron ese acontecimiento, así como la corrupción con la que se manejan los gobernantes; ensuciando el ambiente con malas energías, todo lo anterior, va marcando al secuestrador, llenándolo de resentimientos.

La forma de tortura de los secuestrados no es una invención de ellos, son métodos que los propios gobernantes usaban para reprimir y asesinar a miles de mexicanos en algún momento de la historia, pero no siempre sucede así, ya que en algunos casos algunas personas del propio gobierno están involucrados en los propios secuestros, siendo éstos los más redituables, por los que piden rescates multimillonarios; en cambio los secuestros con rescates bajos, lo hace las personas que tienen pocos conocimientos culturales y de escasos o nulos recursos económicos.

Al estudiar la sociopatía del secuestrador se descubre que se encuentra alterada la conducta social del individuo, y que no pueden empatizar ni sentir culpa, por eso interactúan con las demás personas como si fueran un objeto, y sólo por conveniencia y para obtener algún beneficio propio en algunas ocasiones llegan a realizar alguna causa aparentemente altruista; ya que su personalidad puede ser simpática y de expresiones sensatas, sin embargo, no duda en cometer un crimen cuanto le convienen, sin sentir la menor culpa; aunque la mayoría de los psicópatas  no los comenten, si pueden ser personas mentirosas, manipuladoras, engañan para obtener algún beneficio.  

Por desgracia la psicopatía es incorregible, aunque se puede controlar por medio de medicamentos; pero afortunadamente la tecnología y la medicina está avanzando a pasos agigantados y se ha desarrollado un escáner que lee el cerebro y con éste se puede saber anticipadamente la intención del psicópata antes de realizarla.

Sin embargo lo más aterrador de esto, es que el victimario ya no siente culpa y en algunos casos ya no le interesa la recompensa ni el dinero, lo hacen por la adrenalina que siente en todo el proceso del delito; y en muchos de los casos son delitos familiares, ya que toda o casi toda la familia está involucrada, siendo ésta una familia con poca o nula educación, pero eso sí con sus propias creencias religiosas, ya que se encomiendan a imágenes y rituales para garantizar su seguridad, mientras por otra parte maltratan a sus secuestrados.

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