TRABAJO SOBRE EL SERVICIO DE ENERGIA EN COLOMBIA
Enviado por elduro2013 • 26 de Octubre de 2013 • 12.249 Palabras (49 Páginas) • 388 Visitas
En Colombia la prestación del servicio de energía eléctrica se inició a finales del Siglo XIX cuando miles de habitantes de la capital del país vieron cómo se esparcía la luz de un centenar de lámparas que iluminaban las calles de Bogotá.
Del uso inicial de la energía eléctrica para el alumbrado público y comercio se pasó al uso residencial en los estratos más adinerados de la sociedad y posteriormente llegó a talleres, fábricas y al tranvía.
Este hecho fue el resultado de la iniciativa de inversionistas privados que obtenían de los municipios concesiones para prestar el servicio en su jurisdicción, quienes constituyeron las primeras empresas que tenían como finalidad generar, distribuir y vender electricidad.
En 1889, se constituye en Bogotá la primera empresa eléctrica del país: Bogotá Electric Light Co, que no obstante su nombre extranjerizante, era propiedad de inversionistas colombianos. A ésta le siguieron, en Bucaramanga, la Compañía Eléctrica de Bucaramanga en 1891, que construyó la Planta de Chitotá, sobre el río Suratá, la primera hidroeléctrica del país; en Medellín, en 1895, la Compañía Antioqueña de Instalaciones Eléctricas, antecesora de EPM, con capital aportado en partes iguales por el Departamento, el Municipio y empresarios privados; en Cali, en 1910, la Cali Electric Light & Power Co, de la familia Eder, que construyó una planta hidroeléctrica sobre el río Cali; nuevamente en Bogotá, en 1920, laCompañía Nacional de Electricidad, remota antecesora de la Empresa de Energía de Bogotá; en 1909, la Compañía Colombiana de Electricidad, filial de la estadounidense American and Foreign Power Company, que prestaría el servicio en varios municipios de la Costa Atlántica hasta su nacionalización en 1962.
A pesar de toda la actividad desplegada por los municipios y los empresarios locales, el crecimiento del sector eléctrico fue muy lento en las tres primeras décadas del siglo XX y estuvo concentrado en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali que desarrollarían sus sistemas autónomos
La reforma constitucional de 1936 sienta las bases de la intervención estatal en diversas actividades de la economía. La Ley 109 de 1936 y el Decreto 1606 de 1937 marcan el inicio de la injerencia creciente de la Nación en el desarrollo del sector eléctrico y en general de los servicios públicos domiciliarios. Con dichas normas nace la regulación tarifaria para lo cual se crea el Departamento de Empresas de Servicios Públicos. La ley 26 de 1938 autoriza a la Nación para construir plantas y proveer el servicio eléctrico. Al amparo de esta norma se constituyen HIDROLEBRIJA, la CHEC y CHIDRAL. La ley 80 de 1946 crea el Instituto Nacional de Aprovechamiento de Aguas y Fomento Eléctrico – ELECTRAGUAS- que impulsaría la creación y desarrollo de las electrificadoras departamentales: entre 1947 y 1958 se crearon las de Huila, Santander, Norte de Santander, Tolima, Boyacá, Nariño, Cauca, Atlántico, Magdalena, Córdoba, Cundinamarca, Chocó y Antioquia.
La reforma constitucional de 1954 marca otro hito de importancia en el desarrollo de los servicios públicos al permitir la creación de establecimientos públicos con personería jurídica. A su amparo se constituyó la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca – CVC- y se transformaron en entidades autónomas de los gobiernos municipales las Empresas Públicas de Medellín y la Empresa de Energía de Bogotá, entre otras. Las empresas eléctricas obtuvieron así autonomía presupuestal y financiera que les permitiría contratar créditos avalados por la Nación con la banca multilateral la cual tendrá, en las décadas siguientes, un papel fundamental en el desarrollo del sector eléctrico colombiano.
Durante las décadas de los 70’s y 80’s se produjeron varios hechos internacionales que afectaron la situación financiera del sector: recesión mundial de la economía, aumento en el precio del petróleo y crisis de la deuda internacional. Entre 1970 y 1990 se interconectó el país y se construyeron los grandes proyectos - San Carlos, Chivor, Betania, Guatapé, Guavio, etc.- que hoy abastecen la demanda nacional: vale decir, el 47% del Sistema de Transmisión Nacional y el 57 % de la capacidad instalada actual. Pero este gran desarrollo de la infraestructura física no estuvo acompañado de un esquema adecuado de financiación que garantizara su sostenibilidad.
En la década de los 90’s Cesar Gaviria, en el extenso texto de su plan de desarrollo, "La Revolución Pacífica", el sector eléctrico no merece más de cuatro o cinco párrafos, con un enfoque más bien tradicional. Paradójicamente, bajo su gobierno se adoptaría la reforma de más hondo calado y más imprevisibles consecuencias del sector eléctrico colombiano.
Gaviria continuó, desde la Junta Nacional de Tarifas, la política de ajuste tarifario iniciada por Barco. La crisis del acueducto de Barranquilla alertó a su gobierno sobre los problemas estructurales del sector de los servicios públicos. La constituyente del 91 se vio literalmente inundada de propuestas de reformas para el sector y la constitución que de allí salió consagró todo un capítulo a la materia y ordenó su desarrollo legislativo. El racionamiento eléctrico que se extendió entre el 2 de marzo de 1992 y el 1 de abril de 1993 fue el catalizador de un proceso de reforma que se había anunciado en el Documento Conpes del 21 de mayo de 1991, Estrategia de Reestructuración del Sistema Eléctrico. Las leyes 142, de servicios públicos, y 143, ley eléctrica, hicieron su tránsito por el Congreso prácticamente sin oposición.
Las leyes 142 y 143 sometieron a las empresas estatales de servicios públicos a un juego riesgoso del que no todas saldrían vencedoras. Hablemos sólo de estas últimas. ISA, que se resistió inicialmente a la escisión, dio paso a dos empresas, ISA de transmisión, que se posiciona actualmente por toda América Latina, e ISAGEN, la tercera empresa generadora del país, con proyección internacional. Ambas se han transformado en empresas mixtas, cotizadas en bolsa y que pagan cumplidamente los dividendos a sus accionistas. Más tarde, de ISA, surgió XM, que vende su experticia como operadora de sistemas eléctricos. De la Empresa de Energía de Bogotá surgieron EMGESA y CODENSA, en las que Bogotá está asociada con el capital extranjero y que se han ganado el respeto y el aprecio de su clientela y del país. La Empresa de Energía de Bogotá, que conservó los activos de transmisión, es hoy cabeza de un sólido grupo empresarial dominante en el transporte de gas y con presencia en otros países de América Latina. En fin, está EPM, que conserva su liderazgo en el sector eléctrico colombiano e incursiona exitosamente en Panamá y Guatemala.
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