Trabajo Social

El Trabajo Social en sus diversos y amplios campos de acción que se puede desarrollar, se halla una cierta complejidad para demarcar su concepto y su especificidad, pero si nos adentramos en el aporte que hace a la sociedad podemos encontrar que en conjunto con el trabajo de otras profesiones se puede delimitar su marco de acción, es decir su aporte se identifica más en el trabajo en conjunto con otras disciplinas puesto que se establecen específicamente los roles y funciones de cada uno, podemos decir que el trabajo e intervención multidisciplinario puede evidenciar mejor el aporte a un realidad social o un problema social en específico que afecte a la sociedad.

“Todas las profesiones sociales abordan la multidimensionalidad de los elementos de lo social, pero gracias a su especificidad sus aportes se diferencian independientemente de las interacciones que se establezcan. Siempre lo abordan en forma diferenciada en la intencionalidad y en la perspectiva de su intervención, además de los elementos que priorizan para intervenir en un espacio determinado.” (Argueta, 2006)

El aporte del Trabajo Social y por ende su profesión va evolucionando en el tiempo en conjunto con la sociedad, los problemas y las contingencias van cambiando y evolucionando, desaparecen unas y aparecen otras, el sentido de bienestar social en el tiempo va evolucionando y cobrando otro sentido, por lo tanto el Trabajo Social va superándose a sí mismo. Por el constante dinamismo que presenta la sociedad, el aporte del Trabajo Social se debe ir acomodando a los requerimientos del ambiente, a través de esto podemos decir que el aporte de la profesión no es específico, sino que es dinámico, las funciones y roles son especificas y van evolucionando en el tiempo pero el aporte va relacionado con el constante cambio de los sujetos de acción que son las personas en su compleja comprensión, podemos decir por ejemplo que una misma acción en dos familias para cada una va tener un aporte distinto, ya que interfieren variables como la historia personal, cultura, aspectos económicos, intereses, etc. De esta forma su contribución además tiene que ir acompañada de principios y valores propios de la profesión, como la igualdad, autoaceptación, confidencialidad, respeto, entre otros. Y así generar un progreso en los sujetos de atención que por ende llevaría un progreso a la sociedad.

“A pesar de su aparente debilidad, la disciplina del Trabajo Social constituye una ventaja a la hora de operar en un mundo postmoderno, un mundo que no niega la ambigüedad, la pluralidad cultural, la diversidad y la contingencia permanente. En definitiva, un mundo que no niega su debilidad.”

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