Un Panorama de la Clase Política en México

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Universidad Autónoma del Estado de México

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Facultad de Química

Licenciatura en Ingeniería Química                          

Aspectos Socio-Económicos de México

Un Panorama de la Clase Política en México

Por:

Hinojosa Gutiérrez Guadalupe

Grupo 65

Profesor:

Ignacio B.M.

Toluca, México; 22 de mayo del 2017.

Introducción

En México, un tema muy discutido es el de la clase política, sobre todo por la creciente inconformidad de los ciudadanos que no nos sentimos protegidos por el poder que nos representa.

El presente trabajo está enfocado a dar una idea general de lo que significa para mí la clase política en México y cómo influye la toma de decisiones del pueblo sobre el desarrollo de nuestro país.

Para hacer este análisis debemos detenernos un momento a reflexionar y preguntarnos ¿existen diferencias significativas en la forma de actuar y de hacer política de las diversas fuerzas que hoy conforman nuestra clase política? o ¿los representantes de los partidos están realmente interesados en la resolución de problemas nacionales como la inseguridad, la pobreza, la falta de crecimiento económico y la inestabilidad social, o el foco de su interés es el poder, con los privilegios que de él se derivan, así como la satisfacción de sus intereses como grupo?

Son dos preguntas que parecen sencillas, pero abarcan un contexto muy amplio en cuanto a su respuesta, pues ya no se trata solamente de la clase política, sino de todos los que estamos involucrados en elegir a los integrantes de esos grupos.

Un Panorama de la Clase Política en México

La clase política es un grupo especial y organizado que monopoliza el poder político y participa en la toma de decisiones, es la que gobierna y se distingue del resto de las personas al gozar de las ventajas del poder y controlar el acceso a esa élite de manera burocrática.

De forma ideal, la clase política es la encargada de velar por los intereses de los ciudadanos, mantener un gobierno organizado y funcional capaz de dar resultados positivos y en pro de la población, brindando las mejores oportunidades a todos los pueblos. Sin embargo, sin necesidad de ser politólogos, sociólogos o especialistas en el tema, podemos observar nuestro entorno y concluir, sin temor a equivocarnos, que lo que aquí se describe es una utopía.

Empezando por reconocer que en México la democracia es vana y casi nula, que nuestra cultura política no está al servicio ni cuidado del bienestar de la ciudadanía y mucho menos orientada al desarrollo nacional, pues lo que se ha venido manejando en nuestro sistema político desde hace muchos periodos es “hacer más rico al rico y miserable al pobre”.

Estoy consciente de que la mayoría de los mexicanos no se interesan en la política, no se informan, no participan, no cuestionan, no saben o no quieren darse cuenta que el poder es una propiedad relacional que se ejerce y es el pueblo, en términos de democracia, quien posee el poder, es quien toma las decisiones y quien tiene en sus manos la alternancia en esa clase política.

Sonará repetitivo, pero nuestro país es merecedor de un cambio y lo sabemos, el sistema político está tan corrupto que cualquiera que ingrese a esta élite con una firme intención de hacer el cambio, desistirá en el camino o cuando obtenga el poder se habrá distanciado bastante de su propósito original.

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