Un extracto de la historia
Enviado por pucho1996 • 13 de Junio de 2013 • Ensayo • 2.265 Palabras (10 Páginas) • 260 Visitas
Además de ganarme su confianza, empezaba a ver que ella me quería también, se le notaba en la mirada, situación que me alegraba y agradaba. Por lo cual la invité a comer una tarde calurosa, ella me aceptó totalmente.
Ya era la hora cero, fui a verla a su casa. Iba con una chaqueta de cuero que me regaló mi papá, y bien perfumado, para poder así ganarme su interés. Se demoró unos 20 minutos en salir, pero tenía paciencia, la esperaba ansiosamente en que salga.
Cuando salió, el corazón me comenzó a latir a 1000 por minuto, ella salió con un pantalón Jean azul, una blusa de color café claro, casi como un color beige, y además una chaqueta. Ese día fue el que me di cuenta en que me encantaba su aroma, me encantaba el perfume que se había puesto. Me saludó e hice lo mismo, estaba entusiasmado por este día, que lo estaba esperando desde el momento en que la conocí.
La llevé a caminar por el parque que había cerca de su casa, conversando de todos los temas posibles, tenía tanto en común con Catalina que yo mismo me sorprendía, luego de caminar la llevé a un pizzería, en el cual pedimos una lasaña de carne cada uno. Comía con una elegancia única, que me enamoraba mucho más.
En el momento en que estábamos comiendo salió el tema del imbécil de Pedro, yo no quería hablar palabra alguna acerca de ese tema, dice que debo de disculparme, que ella no quiere destruir una amistad por su culpa. En mi mente pensaba: “Mucho que me importa la amistad de Pedro, para mi él es como ni haber”. Pero no le podía decir que no iba a hablar con Pedro, tenía que soltar una mentira piadosa para poder liberarme de aquel tema.
La cita iba perfectamente bien hasta que hubo un momento en que no teníamos de que hablar, los temas por los cuales sabemos hablar se estaban acabando, por no decir que se nos acabaron totalmente. El silencio en ese momento fue demasiado incómodo, creo que duró menos de dos minutos, pero parecía como si hubiera sido una eternidad. Exactamente fue ahí cuando me sentí decepcionado, que no iba a poder.
Hasta que ella comenzó a hablar, sobre un tema que yo no quería toparlo en la primera cita, pero me alegro que lo haya topado.
Me comenzó a decir que disfrutaba mucho el tiempo conmigo, algo que es lo que yo adoro y espero cada día, con esto que me dijo me quedé pasmado, era algo de lo que quería yo también decirle eso, pero no había topado el tema, ya sea por nervios, por rechazo, o cualquier otra situación, pero me sentí dichoso al saber que sí, era efectivo que disfrutaba el tiempo conmigo, y era otra cosas de las que ya les había comentado.
Nos acabamos la comida que habían servido, entonces decidimos partir a su casa. Había disfrutado bastante el tiempo que había pasado con ella, fue la mejor cita que he tenido en toda mi vida.
Al llegar a su casa toco el momento de despedirnos, le dije lo muy bien que he pasado el tiempo con ella esa noche, me dijo que también ha disfrutado bastante, entonces me besó.
Capítulo 5
El noviazgo
Después de aquella noche en la que me besó, todo fue mejorando en nuestra relación, a tal punto que salíamos más a menudo, disfrutábamos bastante el tiempo que estábamos juntos, para mí era eterno y para ella también así que éramos tal para cual.
Hasta que un día 14 de febrero, me acuerdo claramente cuando los colibríes cantan ritmos de amor, donde las flores están en el mejor auge, y los chocolates están en venta continua. Ese día marcaría por completo mi vida, porque ese fue el día en el que marcaría mi vida.
Este día me convertiría en el enamorado de la señorita con la que tanto esperé estar, Catalina. Fue el día más magnífico de mi vida, comenzamos a caminar todo el día por los atardeceres y nopales.
Posteriormente llegarían las anécdotas tan hermosas que pasamos juntos, como aquella vez que nos fuimos a escalar una montaña los dos solos, y me enamoraba aún más de ella.
Para mí ella era lo mejor que me había poder pasado, era simplemente la mujer que soñé, el carisma que tiene, su sonrisa, todavía su sonrisa me ilumina la vida, me hace sentir alguien completo, por dios como me encanta su sonrisa, si hay algo que pudiera pedir por el resto de mi vida, sería poder verla todos los días a cada momento, cada minuto, cada segundo, cada instante de mi vida por siempre sonreír.
Sus ojos, ni hablar de sus ojos parece que los mismos ángeles hubiesen bajado a hacerlos, son tan perfectos, que me pierdo en su mirada cada vez que la veo, es como si sus ojos estuvieran siempre clavados en mis pensamientos.
Ni hablar de su pelo, ese pelo extremadamente lacio, me encanta, es como si alguien con un poder sobrenatural hubiese planchado ese fino y sedoso pelo, que por cierto me encanta, en su totalidad.
Su piel morena, tiene el color perfecto para una piel, su piel tiene un bronceado perfecto.
En las noches pensaba en ella, en la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida, su forma de ser, su personalidad su todo, sinceramente se sobran las palabras para decir todo lo que me gusta de ella.
Estaba con la mujer perfecta, y no tenía que desaprovechar. Cada semana la llevaba a comer en distintos lugares, lo que ella quería. Era todo un caballero con ella, me encantaba serlo, sobre todo con ella. Con mi querida Catalina el tiempo pasa más rápido, es como si nos quisieran acelerar el tiempo para que no estuviéramos juntos.
En resumidas cuentas, no me merecía estar con ella ya que es una mujer completa, era mi alma gemela.
Capítulo 6
La propuesta
Pasaron 6 años de un hermoso noviazgo, en estos 6 años pasaron bastantes cosas como por ejemplo: Pedro y yo arreglamos las diferencia que teníamos, aunque aún todavía no me cae el pesado ese; además Pedro se hizo el mejor amigo de Catalina, algo que no me gustaba pero ya le tenía que pasar, la quería bastante como para prohibirle una amistad aunque no fuese la mejor que se pueda conseguir. Estoy estudiando Ing. Civil en la universidad, Catalina en cambio está estudiando Arquitectura, nos iba de lo mejor en la universidad a los dos, como estábamos en los primeros ciclos, teníamos algunas materias juntos, era perfecto.
Como las cosas iban demasiado bien entre nosotros y yo la adoraba, con 21 años tomé la decisión más a la ligera, un 26 de abril le pedí matrimonio, era una fría noche, lluviosa
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