Un parque sin ruido

Un parque sin ruido

     Un día cualquiera, ¿ha pensado en salir en salir a un mundo donde no existan los niños? Esta situación, por supuesto, hipotética; supone a un mundo en teoría habitado por solamente por seres humanos adultos. ¿Qué pasaría con la sociedad sin el marketing?

    Es así como se puede percibir de manera más clara a un mundo que no haga uso del marketing en ninguna de sus naturalezas. El niño en un parque representa la vitalidad de una sociedad, así como el marketing el de la economía. La economía en el mundo se vería aminorada en todos los aspectos si no existiera el marketing, muy aparte que el marketing contribuye a la creación de muchos puestos de trabajo; éste dinamiza la economía aumentado el consumismo y direccionando a clientes con necesidades a productos o servicios que puedan satisfacerlas.

     ¿No ha sentido como la risa de un niño es contagiosa y hasta alegra el ambiente? Hoy en día la publicidad, echando mano de la estética y los estudios de mercado pueden dar a luz a una publicidad vistosa, bella; pero no solo hecha de forma, sino también de fondo; con un mensaje impactante y penetrante tanto como la sonrisa de un niño, que forma parte de la decoración de la vida misma.

     Es conocimiento general, que los niños son una fuente inacabable de verbo. A medida que envejecemos la transmisión de información entre nosotros disminuye. Cosa que el marketing detesta totalmente, es pues porque si podríamos darle un sinónimo simplón y entendible por todos, sería el de “información”, si nosotros podemos decir que una vida sin comunicación es inimaginable; piense en una economía que no pueda mostrar su producto, una economía que no sepa quiénes son su mercado ni cuántos son sus clientes.

     Es pues como el marketing en el transcurso del tiempo como ha ido calando en la mayoría sino en todos los aspectos de nuestra vida desde comprar un producto hasta la manera como nos damos a percibir por las personas que conocemos en el día a día, y como una flor o la risa de un niño pueden alegrar el ambiente de un parque, el marketing influye tanto en nuestra economía, en nuestra sociedad y en nuestra vida.

     De una manera u otra tal vez, aunque para algunas personas sea incómodo hasta abusivo la publicidad, ésta ya forma parte de la vida misma y la tarea que tenemos como personas en este mundo globalizado es encaminar ese marketing como lo haríamos con nuestros propios hijos, direccionándolos hacia un buen futuro por el camino correcto. Debemos hacer que la publicidad actual se vuelva una publicidad con ética, con fin de progreso, respeto al ambiente y mensaje contundente.

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