Valores En La Industria

Valores en la industria

Los valores están presentes desde los inicios de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido las cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través del tiempo.

El proceso de valoración del ser humano incluye una compleja serie de condiciones intelectuales y afectivas que suponen: la toma de decisiones; la estimación y la actuación. Las personas valoran al preferir; al estimar; al elegir unas cosas en lugar de otras, al formular metas y propósitos personales.

Aunque los valores son individuales y cada persona tiene una percepción única del mundo, como vivimos en sociedad existe una serie de valores «sociales» que favorecen la convivencia entre las personas dentro de un mismo entorno; ejemplos de estos pueden ser la puntualidad, el respeto, la responsabilidad, etcétera.

En la industria cada empresa es como una subsociedad con intereses únicos y determinados, y la finalidad principal es propiciar el mantenimiento y desarrollo de la empresa, y por consiguiente aumentar las ganancias obtenidas. Las empresas funcionan en base a los clientes que tienen, y para satisfacer la demanda de los clientes, ésta cuenta con trabajadores que cubren diversos puestos y que hacen funcionar a la compañía.

Los valores en la industria son similares o los mismos que aquellos aceptados por la sociedad ya que se compone de las mismas personas parcialmente, sin embargo cada empresa puede tener necesidades específicas con una jerarquía distinta a las demás. Para una empresa de envíos, lo principal podría ser la responsabilidad al manejar el paquete, honestidad de mantenerlo íntegro, y puntualidad para que el cliente esté satisfecho; habrá empresas en las que la superación personal y la competencia sean valores principales, mientras que en otra lo que se busque sea el trabajo en equipo.

En conclusión lo que importa para tener un buen funcionamiento en una empresa es buscar satisfacer los valores tanto de los trabajadores como de los clientes. Al hacer esto, se garantiza un buen funcionamiento por parte de los primeros y el deseo de consumir por parte de los segundos.

Por ejemplo: Cuando una empresa toma en cuenta los valores de sus empleados sin dejar de lado los propios, lo que sucede es que los integrantes de la empresa adquieren un sentido de pertenencia; esto es, sienten que la empresa en la que trabajan es como su familia, y consecuentemente se desarrolla un sentido de lealtad hacia la misma, y un deseo por protegerla y enriquecerla. Y cuando se tienen en cuenta los valores del cliente (como en el ejemplo anterior de mensajería) lo que se logra es que el cliente esté satisfecho con el servicio, y muy probablemente si lo vuelva a necesitar recurra a la misma empresa.

En definitiva si los valores concuerdan, es mucho más sencillo lograr un buen desempeño

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