Vida De Jose.
Enviado por catherine19 • 4 de Mayo de 2014 • 1.636 Palabras (7 Páginas) • 258 Visitas
1) ¿Qué ayudo a José a rechazar las proposiciones inmorales de la esposa de Potifar?
Otra parte de nuestra herencia espiritual es la gran cantidad de información exacta y valiosa de tiempos pasados que hallamos en la Biblia. Por ejemplo, pensemos en Abrahán, Isaac y Jacob. Estos patriarcas y sus familias debieron conversar sobre cómo agradar a Jehová. Por eso no sorprende que José rechazara una proposición inmoral y así evitara “pecar contra Dios” (Gén. 39:7-9). En el siglo primero, las tradiciones cristianas se transmitían oralmente o mediante el ejemplo, como las pautas sobre la Cena del Señor que el apóstol Pablo dio a las congregaciones (1 Cor. 11:2, 23). Hoy día, las instrucciones necesarias para adorar a Dios “con espíritu y con verdad” forman parte de su Palabra escrita (lea Juan 4:23, 24). Aunque todo el mundo puede beneficiarse del conocimiento bíblico, nosotros somos quienes más lo valoramos
16 Eso es precisamente lo que había hecho José, como vemos en el pasaje que habla de su servicio en casa de Potifar. Cuando la esposa de aquel egipcio trató de seducir a José, aún no estaba escrito ningún libro de la Biblia ni se habían dado los Diez Mandamientos. No obstante, él reaccionó diciendo: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Génesis 39:9). El motivo principal por el que respondió así no era el deseo de complacer a sus familiares, ya que estos vivían lejos. Lo que más quería era agradar a Dios, ya que conocía la norma divina: el matrimonio es una unión en la que solo hay lugar para un hombre y una mujer que forman “una sola carne”. Además, tuvo que haberse enterado del incidente de su abuela Rebeca con Abimélec. Cuando este rey descubrió que era una mujer casada, comprendió que ningún hombre de su reino debía unirse a ella, pues quien lo hiciera cometería un pecado y acarrearía culpa a su pueblo. Y Jehová dio su bendición, lo que reveló su punto de vista acerca del adulterio. Sin duda, el conocimiento que tenía José de estos asuntos contribuyó a que la voz de su conciencia resonara aún con más fuerza y lo moviera a rechazar la inmoralidad sexual (Génesis 2:24; 12:17-19; 20:1-18; 26:7-14).
2) ¿Cómo puso José un buen ejemplo para los que hoy sufren injusticias o adversidades?
Jehová puede cambiar por completo las circunstancias de aquellos que le temen. Cuando sufrimos adversidades, es sabio depositar nuestra confianza en Jehová y serle fieles.
3) ¿Qué base tuvo José para mostrar misericordia a sus hermanos?
4) Con el tiempo, ¿Cómo cumplió la tirbu de Benjamín la profecía de Génesis?
Al proteger al pueblo de Dios, Ester y Mardoqueo cumplieron otra profecía de la Biblia. Más de doce siglos antes, Jehová había inspirado al patriarca Jacob para que profetizara sobre uno de sus hijos: “Benjamín seguirá desgarrando como lobo. Por la mañana se comerá el animal prendido, y al atardecer dividirá el despojo” (Génesis 49:27). En la “mañana”, o comienzo, de la historia de los reyes de Israel hubo valientes guerreros —como el rey Saúl y otros— que eran descendientes de Benjamín y defendieron al pueblo de Dios. Y durante el “atardecer” de la nación de Israel, cuando ya no había reyes sobre el trono, otros dos descendientes de la tribu de Benjamín, Ester y Mardoqueo, vencieron a los enemigos de Jehová. Puede decirse que se repartieron el despojo porque recibieron todo lo que pertenecía a Hamán.
5) ¿Qué nos enseña Éxodo 3: 7-10 acerca de Jehová?
Como vemos, Dios no cerró los ojos ante el sufrimiento de sus siervos ni hizo oídos sordos a sus súplicas, sino que se compadeció profundamente de ellos. De hecho, afirmó: “Conozco bien los dolores que sufren”. Con respecto a las palabras “conozco bien”, cierta obra de consulta explica: “Esta expresión indica compasión, delicadeza y ternura”. En efecto, lo que Jehová le dijo a Moisés demuestra que Dios se interesa de corazón por su pueblo.
Desde luego, Dios no se limitó a condolerse o sentir lástima, sino que se sintió impulsado a hacer algo por ellos. Así, se propuso liberarlos de Egipto y llevarlos “a una tierra que mana leche y miel” (versículo 8). Con ese objetivo, Jehová le dijo a Moisés: “Saca [...] de Egipto a mi pueblo” (versículo 10). Este cumplió fielmente con su misión y, en el año 1513 antes de nuestra era, lideró la liberación de Israel.
Jehová no ha cambiado desde entonces. También hoy sus siervos fieles pueden confiar en que Dios ve su situación y escucha sus peticiones de ayuda. Sin lugar a dudas, conoce bien los dolores que sufren. Y, como en el pasado, no se limita a sentircompasión, sino que actúa y los ayuda. ¿Por qué? “Porque él se interesa” profundamente por sus siervos (1 Pedro 5:7).
A todos nos llena de esperanza saber que Jehová es un Dios tan compasivo. Aunque somos imperfectos, él nos ayuda a ser santos —es decir, limpios y puros— en cierta medida y nos da su aprobación
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