Vida de estudiante Nosotros, el estudiante en la vida actual, la verdad es que no la tenemos tan fácil
Enviado por Ana Suriel Navarro Hernández • 17 de Mayo de 2017 • Ensayo • 1.674 Palabras (7 Páginas) • 280 Visitas
Vida de estudiante
Nosotros, el estudiante en la vida actual, la verdad es que no la tenemos tan fácil.
Estamos acostumbrados a ponernos por debajo de lo que realmente somos, diciendo “yo sé que no sé nada” cuando intentamos hablar con un adulto, porque el intento por sí solo ya te reduce, porque ellos han olvidado el punto de vista que tenían cuando tuvieron 16 años y han olvidado como pensaban, como sentían y olvidaron la manera en la que veían el mundo; y esto provoca que nos ven como algo que está muy bajo, que no sabe nada, que es incorrecto… pero pienso que la verdad es que no te pueden decir que tu forma de pensar está mal, porque cada uno piensa, siente y vive diferente.
Los adultos tienen miles de responsabilidades y han aprendido a tenerlas, nosotros estamos en la etapa de aprender a tenerlas, y la verdad es que se siente que se vienen miles de cosas encima…
En realidad, pienso que la vida es así, los adultos son con los adolescentes a como los adolescentes son con los niños: como saben más, el menor “no sabe ni lo que hace” o “no sabe lo que le va a venir después”.
Normalmente nos dicen que disfrutemos la vida, que somos jóvenes y que disfrutemos eso, pero la verdad es que cuando la disfrutamos de verdad y a nuestra manera, nos dicen inmaduros.
Y ya me he cansado de eso.
Y también he de contarle y recordarle a quien me lea tal vez un poco de lo que vivió, y si no, enseñarle al menos, lo que yo siento. Y por una vez, espero que no me digan “tú no sabes nada”, porque esto es mi pensamiento, así que abre la mente.
He de empezar a contarles la vida diaria de un estudiante promedio. Una historia real la cual no es como la que te venden en las películas, que los populares se creen la moda y los marginados sufren, o que los grandes se burlan de los pequeños, no. La verdad es que con lo que he aprendido, sé que uno tiene más cosas con las que preocuparse para estar con tonterías así.
Todo el ciclo empieza cada domingo, cuando dices que ya te vas a ir a “dormir” para descansar e ir feliz de la vida y sin sueño al día siguiente y que vas a ‘aprender todo lo que se pueda’, aunque de todos modos, te quedarás hablando con tus amigos hasta tarde y al día siguiente estarás como zombi, como todo estudiante. Y al momento en el que decides que de verdad ya te irás a dormir porque estás cansado y te convences (resignas) de que tendrás que levantarte cansado, con frío, que tendrás que meterte al baño semi-dormido y que tendrás que intentar despertarte al menos durante las primeras dos lecciones del amado día lunes, te acuerdas que tienes una tarea para el día siguiente… y decides hacerla en algún recreo.
Cuando el bendito sonido/pesadilla suena en la mañana, justo en la hora en la que más te gustaría dormir, te arrepientes de haberte quedado despierto hasta tarde porque estás cansado, y decides que llegarás a dormir o que te dormirás más temprano (pero nunca lo haces). Te levantas gracias a la fuerza de voluntad que sacaste desde quien sabe dónde y te metes al baño congelándote.
En el momento en que por fin estás listo y se te dispersa un poco la niebla del sueño, recuerdas que tienes que comer para sobrevivir la mitad de la mañana, así que te comes una tostada porque el tiempo no te alcanza para más (y tu madre no se explica cómo no te alcanza hora y media y te lo remarca todos los días).
Así que te vas al colegio con una tostada y media taza de café en el estómago, corriendo para no llegar tan tarde como siempre, pero no lo logras y cuando llegas al aula que más lejos de la entrada estaba, entras y ves que el profesor está mirándote con cara de “otra vez, tarde” y además notas que te tocó la silla más mala que hay (con suerte) o que no tienes silla en absoluto, así que tienes que ir a donde el profesor que te acaba de mirar con cara de decepción y decirle que no tienes silla y que tienes que ir a buscar una, y como de todos modos él se tiene que terminar de acomodar, te dice que sí, y duras por lo menos 10 minutos dando vueltas como tonto por todo el colegio buscando una sencilla silla incómoda para lograr sentarte.
Cuando por fin estás acomodado, empiezan las clases y como el profesor piensa que tu mano tiene súper poderes y resistencia extrema, dicta como si la vida se le fuese en eso. Pero de alguna manera y gracias a la práctica, sobrevives; sin tomar en cuenta que al rato sientes que el cerebro quiere salir corriendo. Y en eso se va más de la mitad del día.
Viene el recreo en el que si quieres hablar con
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