Mi Vida Como Estudiante
Enviado por alexans • 4 de Marzo de 2014 • 1.485 Palabras (6 Páginas) • 5.259 Visitas
MI PASO COMO ESTUDIANTE
Hablar de mi vida como estudiante, es hablar en dos vertientes, la primera es aquella que nos forma como persona desde el seno familiar y que por una convicción dada desde esta perspectiva es estudiar. La otra vertiente es que una vez concluida tu preparación profesional, optas por seguir enriqueciendo tu quehacer docente, y ¿cómo? Eligiendo adquirir, enriquecer, modificar, los saberes que permitan contar con mayores y mejores elementos pedagógicos en mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje de los alumnos.
Pues bien, ingrese a una institución educativa que es el Preescolar a la edad de 5 años, en 1980, en San Juan del Río, Querétaro. Me gustaba asistir, ya que jugaba con mis compañeros, pero sobre todo, me gustaba que continuamente hiciéramos manualidades.
Aún recuerdo a la ranita René, hacerla con vasitos para gelatina y pintarla de verde, este es uno de mis recuerdos más significativos. Sin embargo, había algo que me impedía gozar en su totalidad la asistencia al Kinder, todas mis hermanas iban juntas a la primaria.
Todos los días acompañaba a mi mamá a dejar en la puerta de la primaria a mis hermanas, ellas se acompañaban, una a la otra, mientras yo me quedaba solo en la escuela. Y entonces, menciona mi mamá, que hacía “tremendos berrinches” para irme con ellas.
Así transcurrieron los días, hasta que llegó el momento de que una maestra de la escuela primaria vio mi berrinche y le refiere a mi madre que me inscriba en la primaria.
Cuando mi madre acude con el director de la escuela primaria, por el mes de diciembre de 1980, para solicitar la inscripción a primer año, como respuesta tiene una negativa, argumentando mi edad y el avance que ya tenían los niños en el grupo. Un tanto desilusionada, mi madre pide una oportunidad, (o más bien dicho presionada por mi obstinación a estar con mis hermanas), por lo que el director la manda con la maestra de primer año, mencionando que si ella acepta mi inscripción, me quedaba.
Es así que conocí a la maestra Eufrocina, una maestra demasiado exigente, con mucho control de grupo, (una niña de 5 años es lo que pudo observar) mediante el golpe en las manos con una regla. Acepta mi permanencia en el grupo, con la condición de aprenderme el abecedario y los números del 1 al 50, al entrar de vacaciones decembrinas.
Aunque un poco temerosa de lo que había visto, con ayuda de mi madre logre aprenderme el abecedario, no teniendo la misma suerte con los números.
Recuerdo aún como mi mamá todos los días me hacía repetir una y otra vez las letras, era mi primer reto que tenía que superar.
Ahora pienso, ¿que tenía yo que preocuparme por esas cosas?, pudiendo quedarme en el kínder y jugar con mis compañeros seguir pintando y recortando, pero ya estaba con mis hermanas, era grande como ellas.
Desde ese entonces he tenido que sortear uno que otro reto, ahora bien, creo que son oportunidades de aprendizaje y de crecimiento.
En ese mismo año escolar, con la llegada del 10 de mayo, para el festival de las madres, y viendo mi maestra mi desempeño escolar (que no era excelente) pero que me esforzaba día con día, (esto en palabras de mi madre), me pide que recita el poema SI TIENES UNA MADRE TODAVIA.
Recuerdo la estrategia de mi madre, día con día lo tenía que leer, pero ahora con nuevo ingrediente grabo mi lectura en un cassette, y el estar oyéndolo se quedó en mi memoria y hasta la fecha está presente, como una logro más adquirido.
SI TIENES UNA MADRE TODAVIA.
Si tienes una madre todavía,
da gracias al Señor que te ama tanto,
que no todo mortal contar podría,
dicha tan grande ni placer tan santo.
Si tienes una madre… sé tan bueno
que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
pues la que un día te llevo en su seno
siguió sufriendo y se creyó dichosa.
Así transcurrió mi vida de estudiante en la primaria, sin preocupaciones, participando en cada evento que podía, bailables, poesías, obras de teatro, tablas rítmicas, hasta llegue a ser “reina de la primavera”. Pero no tenía que descuidar mis calificaciones, ya que si lo hacia las maestras ponía a alguien más.
Haciendo una retrospectiva, y como les digo a mis hijas, la mejor época, es la de estudiantes, pues la mayor responsabilidad es cumplir con la escuela y su exigencia misma y la recompensa es el conocimiento adquirido, el aprendizaje en cada ciclo. También es la convivencia diaria
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