Violencia Y Televisión

Industrias culturales/Televisión y violencia

La televisión es uno de los medios masivos más consumidos globalmente, tiene una enorme capacidad de penetración, de difusión de valores y generación de consumo. Es un medio de información que pareciera imprescindible para cualquier familia; sobre todo de la cultura occidental.

Los contenidos televisivos son, claramente, una gran influencia en muchos aspectos de la vida de los consumidores: el cómo visten, que productos consumen, sus aspiraciones, forma de pensar; es de gran influencia en la manera de vivir.

El autor Enrique Guinsberg, en el texto Television y Violencia arroja una serie de cifras relacionados con actos violentos transmitidos por televisión en los estados Unidos que resulta ser alarmante, ya que desde que una persona es pequeña, es decir en la infancia, comienza a tener contacto con los productos culturales a través de la televisión; es por ellos que crecen con la idea de que es algo normal y cotidiano.

A esta edad existe una carencia total de criterio para poder saber que es correcto y que no, de este modo se sienten identificados con este comportamiento y por consecuencia los niños comienzan a imitar actos violentos generando así el comienzo de un circulo vicioso que parece imposible de controlar.

La publicidad es un factor muy importante en el consumo de los productos culturales que forman parte de nuestra vida. Es un elemento que nace desde la misma cultura.

La violencia ha sido un tópico muy explotado en la televisión y la publicidad acrecienta la demanda de los programas y la transforma en una de las principales industrias culturales.

Este término fue utilizado por primera vez por Theodoro Adorno y Max Horkheimer en la obra Dialectica de la Ilustración, pero se debe aclarar que la publicidad en si también es considerada una industria cultural; es por ello que la publicidad envuelve a la cultura y viceversa.

Una obra de alta cultura se hace a través de una inspiración y suele ser un trabajo único; sin embargo a consecuencia de la globalización, los productos culturales se reproducen en serie ya que deben responder a la demanda de los consumidores lo que los convierte en baja cultura. Esta crítica es hecha por la Escuela de Frankfurt.

La violencia se ha convertido en un producto de alta demanda y que se reproduce en serie. Las consecuencias son visibles, los actos de violencia cada vez son más “normales” en la sociedad y los adoptamos como parte de la cotidianidad sin pensar en la responsabilidad que tenemos como consumidores; ya que ese es el principal problema, reflexionar acerca de que el problema no es el producto, sino el consumidor.

Bibliografía: Kurnitzky, Horst. (2000) Globalización de la violencia. México. Colibrí.

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