Reportaje de Muhhamad Ali

Muhammad Ali es reconocido a nivel mundial por ser el mejor boxeador en todos los tiempos. Tuvo grandes peleas dentro del cuadrilátero, pero también tuvo importantes batallas fuera del ring; su lado activista luchó contra el gobierno de los Estados Unidos, y la principal fue contra el racismo, así lo aseguró The New York Times.

El ex pugilista de estilo ortodoxo siempre tuvo un gran carisma para burlarse de sí mismo, lo cual hizo que su carrera, fama, popularidad e historia incrementara, aunque posteriormente la bomba estalló y no permitió que la burla hacia la raza de color, en la que él era perteneciente, continuara.

Disputa fuera del ring

El primer golpe letal de Ali fue la negativa al reclutamiento obligatorio de los ciudadanos norteamericanos para ir a la Guerra de Vietnam, en 1960. Muhammad asegura que la oposición de juntarse con el ejército estadounidense fue  porque ningún vietnamita lo había llamado “nigger” (una manera despectiva de llamar a los negros), además de recalcar que él no mataría gente inocente, según la agencia Associated Press (AP). Tal vez por eso el conflicto bélico fue ganado por los norvietnamitas.

En su batalla por la igualdad de razas, asistió a Gran Bretaña para luchar en el ring contra Henry Cooper, reconocido como ‘Sir’. Cuando Muhammad subió al enlonado tenía en la cabeza una corona, haciendo burla a la monarquía inglesa, según se muestra en el documental ‘El hombre detrás de la leyenda’ dirigida por Claire Lewins.

Previo a la contienda, el estadounidense había dicho que noquearía al nacido en Londres en el sexto round, y así fue. Hace once años, en 2003, el periódico Boxing News afirmó que en el cuarto asalto Cooper derribó a Ali, posteriormente el entrenador del de raza de color, Angelo Dundee, comunicó que su luchador necesitaba nuevos guantes y hubo una pausa. Después se comprobó en el mismo diario que nunca hubo ese cambio de manoplas, solamente fue para ganar tiempo y que el oriundo de Louisille, Kentucky, recobrara energía para posteriormente derrotar a su rival.

Durante el periodo que se le retiró su licencia para boxear por no ir a la guerra, la revista Squire le propuso que modelara y así fue, pero todo llevaba efecto para recuperar su imagen con la sociedad norteamericana, quien le llegó a llamar cobarde por negarse a defender al país. Ali posó como martír en 1965; se mostró con seis flechazos, lo cual comunicó que él era el valiente, bajo su tez de dolor y angustia. Dijo que su principal lucha no era contra Vietnam, sino contra las distinciones sociales.

Fue nuevamente el querido por la nación, en especial por la raza negra y antes de  que se subiera al cuadrilátero para combatir a George Foreman, le fue notificado que un niño pequeño de tez blanca padecía leucemia y que su sueño era conocerlo. Entonces en el filme previamente citado, Muhammad fue a visitarlo y lo primero que le comentó al infante fue “voy a vencer al George y tú vas a derrotar al cáncer; vas a ganar la batalla más importante y obtendrás el mayor premio que es la vida”.

La sorpresa fue que el menor no alcanzó a llegar al 30 de octubre de 1974, día de la pelea contra el nacido en Marshall, Texas; ‘The Greatest’ decidió no ir al entierro y mandó a su asistente, quien le comunicó las últimas palabras del niño que fueron: “En el cielo le diré a Dios que lo conocí para tener un mejor lugar”. Muhammad sí derrotó a George.

Es así como las luchas de Ali traspasaron el cuadrilátero para convertirse en uno de los activistas más seguidos a nivel mundial; y su repercusión fue tal que fue el elegido por el Comité Olímpico Internacional y el de Estados Unidos para prender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, como premio de consolación por todos los maltratos que sufrió por el gobierno de las barras y las estrellas.

Reconoció al activismo

Hace dos años, el 3 de octubre de 2013, Muhammad rindió homenaje a las personas que han librado sus propias luchas por la paz, justicia social, el no racismo y las obras humanitarias.

...