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Aprende a escuchar


Enviado por   •  23 de Mayo de 2016  •  Apuntes  •  908 Palabras (4 Páginas)  •  120 Visitas

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Aprende a escuchar

Años tras ver cada cicatriz que había dejado en mi alma, me di cuenta de que todo lo que me habían dicho era cierto, cada refrán, cada levantada de voz, todas aquellas sabias palabras de mi madre fueron más que puros balbuceos. Aún sentía todo el peso de mi pasado atormentándome, no sabía qué hacer, la voz no se iba y poco a poco me consumía hasta que yo cumpla sus deseos. Noches sin dormir, mañanas atormentadas, años martirizados por algo inexistente de poco conocer, y no contar con alguien a quien decírselo, porque mi madre me dejo tengo su recuerdo en mi mente aun, en poco tiempo se extinguirá al igual que mis pocos recuerdo de lo que alguna vez tuve y aquella voz me hizo dejar. Nadie podía sentir empatía de mí, ni siquiera yo mismo, porque no sabía lo que tenía, y tampoco lo quería dejar ir, me hacía daño estaba claro, pero no tenía con nadie quien más hablar, estaba solo, acompañado de alguien sin existencia y pudriéndome en mi propio mundo. No tenía nada propio, seguía viviendo en donde nací, y solo porque tuvieron compasión, y me dejaron conservar esta casa. Salía poco, estaba alejado de las personas reales, no podía tener una mascota, ya había intentado y aquella voz me hizo botarla sin compasión alguna, tengo sospechas de que quiere que estemos solo él y yo,  el abrumándome y yo desesperado por cumplir sus órdenes cosa que no podía dejar de hacer, si no dormir no sería una opción durante meses. Una voz fuerte y ronca se había apoderado completamente de mi persona, llenándome de angustias, tristezas, desesperación y sobre todo una desconfianza a todo y todos ¿Qué es esto? ¿Así debe vivir uno? No comprendo aun el porqué de lo que escucho, pero cada noche me arrepiento de hacer lo que me dice, de golpearme, de intentar hacerle daño a los demás, no lo entiendo, pero si es tan doloroso averiguar lo que tengo, prefiero negarlo y no verlo. Últimamente sentí que me vigilaban, pero tengo miedo, así que he decidido ver películas antiguas de mi madre y mías me siento y observo como era antes me veo radiantemente feliz ¿Por qué ya no? Me veo reír, jugar con otros niños, besando a mi madre y cosas que niños de esa edad hacen ¿Realmente ese era yo? ¿O era otro juego mental? Los videos continuaron recordándome cosas perdidas en algún lugar de mi mente, pero mi mente me empezó a gritar, a insultar, a minimizarme un poco más fuerte que otros días y no podía hacer nada, me pare y grite, no sabía que decía o si podía parar, sin embargo gritaba como intentando sacar a aquella voz de mi ser. Tire todo lo que estuvo a mi alcance, tazas, cubiertos, platos hasta mi viejo televisor y quedo hecho trizas, quería parar pero no podía, seguía tirando todo y rompiéndose como consecuencia, la voz me mortificaba no hubiese algo que deseara más que parara de insultarme. La voz me decía que fuera al sótano, yo luchaba contra mi propio cuerpo pero salí perdiendo como siempre; no me acercaba a ese lugar desde hace mucho, mucho antes de empezar a tener que soportar a mi “amigo” la voz. Subí sin cuidado, tropezándome y golpeándome, haciendo que gimiera de dolor, al llegar tire todo, todas las cajas que habían ahí, era lo que alguna vez mi madre tuvo que nunca me atreví a tocar, rompí todos sus recuerdos estaba estallando en lágrimas pero no podía parar, tenía grabaciones de ella y la voz me hizo prender todas a la vez para que estallara más, me dolía, escuchaba su risa, sus comentarios y sus gritos, ahí fue cuando me di cuenta de que yo no era el único que gritaba más de lo debido, los gritos de la grabación me hicieron tomar el control de mi cuerpo un rato y salir de la casa en la cual me refugié todos estos años. Corrí sin pensar en un rumbo, solo corrí, al voz no me dejaba en paz me gritaba que regresara pero yo seguía corriendo, tropezándome con rocas, cayéndome en la pista, no había nadie en las calles fue de lo único que me percate, no sabía que día era ni qué hora era, tan solo sabía mi nombre y que quería que el estruendo se fuera de mi cabeza. Llegue a un lugar grande, estaba cansado y atónito nunca había estado en un lugar así, grite de dolor, mi cabeza explotaba y “mi amigo” no podía callarse ni un solo segundo. Una persona se acerco a mí, rápidamente me aleje, no sabía qué hacer, la voz me decía que lo golpeara y corriera de ahí devuelta a casa, pero yo ya no quería volver, con algo ilumino mis ojos, me estaba cegando, la voz me dijo de nuevo que lo golpee, pero yo no quería, ya era bastante haciéndome daño a mí mismo, como para dañar a alguien, sobre pasaba todos los limites. Aquel señor hizo que su mano se posara en mi hombro, la voz me decía que me iba a golpear, que corra, pero cuando estaba por hacerlo, la persona me dijo algo que nunca olvidare “escúchame, yo te ayudare” y en ese momento, mi mente se despejo totalmente, yo necesitaba ayuda, y la iba a aceptar así aprendería a escuchar a quien realmente debía.

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