Cotador Y/o Trazador Textil
Enviado por AXEL1234567890TN • 31 de Agosto de 2014 • 817 Palabras (4 Páginas) • 266 Visitas
Podemos comparar esto con el famoso mito de Platón, El Mito de la Caverna. Platón relata la existencia de unos hombres que desde su nacimiento se encuentran atados de piernas y cuello, en el interior de una oscura caverna. Prisioneros no sólo de las sombras oscuras propias de los habitáculos subterráneos, sino también de su campo de visión, de manera que tienen que mirar siempre adelante debido a las ataduras sin poder nunca girar la cabeza. La luz que ilumina el antro emana de un fuego encendido detrás de ellos, elevado y distante. Nos dice que imaginemos entre el fuego y los prisioneros un camino elevado a lo largo del cual se ha construido un muro, por este camino pasan unos hombres que llevan todo tipo de objetos o figuras que los sobrepasan, unos con forma humana y otras con forma de animal; estos caminantes que transportan objetos, a veces hablan y a veces callan. Los cautivos, con las cabezas inmóviles, no han visto nada más que las sombras proyectadas por el fuego al fondo de la caverna -como una pantalla de cine en la cual transitan sombras chinas- y llegan a creer, faltos de una educación diferente, que aquello que ven no son sombras, sino objetos reales, la misma realidad. El interlocutor de Sócrates, Glaucón, afirma que está absolutamente convencido que los encadenados no pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los objetos. Debido a la obnubilación de los sentidos y la ofuscación mental se hallan condenados en tomar por verdaderas todas y cada una de las cosas falsas. Seguidamente, Sócrates se pregunta qué pasaría si uno de estos cautivos fuese liberado y saliese al mundo exterior. Pues, tendría graves dificultades en adaptarse a la luz deslumbradora del sol; de entrada, por no quedar cegado, buscaría las sombras y las cosas reflejadas en el agua; más adelante y de manera gradual se acostumbraría a mirar los objetos mismos y, finalmente, descubriría toda la belleza del cosmos. Asombrado, se daría cuenta de que puede contemplar con nitidez las cosas, apreciarlas con toda la riqueza coloreada y en el esplendor de sus figuras. Y si el prisionero liberado, volviera a la obscura caverna para comunicar su descubrimiento, ¿le creerían? No, sino que se reirían de él, diciendo que la ascensión le ha perturbado. Incluso, afirma Sócrates, que si intentase desatarlos y hacerlos subir por la empinada ascensión hacia la entrada de la caverna, si pudiesen prenderlo con sus propias manos y matarlo, le matarían; así son los prisioneros: cómodos en su engaño y violentos.
Esto se puede comparar con las palabras que le dice Morfeo a Neo en el momento de elegir su camino:
“Son las mentes de los mismos que intentamos salvar. Pero hasta que no lo hagamos, siguen formando parte de ese sistema y eso hace que sean nuestros enemigos. (…) Muchos de ellos están tan habituados que lucharían para protegerlo.”
También se puede ver el mundo paralelo a la realidad
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