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Cuello Blanco.Crimen


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  2.226 Palabras (9 Páginas)  •  506 Visitas

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A finales del siglo XIX, en el Estado de Nebraska, Estados Unidos, nace Edwin H. Sutherland.

Resalta en su biografía, entre otras cosas, que su interés por la sociología nace de manera casual, ya que su profundo estudio por la historia, le lleva a tomar un curso de sociología. Desde entonces, su apego y dedicación por esta ciencia dio origen a sus investigaciones.

En la Universidad de Chicago, en 1913, obtuvo su PhD. en Sociología y, en 1939, presidió la Asociación Americana de Sociología.

Los trabajos realizados por este estudioso de los fenómenos colectivos del ser humano, han llegado a ubicarloo entre uno de los criminólogos más influyentes del siglo XX.

Es el autor del texto principal de la célebre obra titulada Criminología, la cual salió publicada en 1923. Además, destacan trabajos de gran importancia como 20,000 hombres sin techo (1936) y El ladrón profesional (1937). Sin embargo, la obra cumbre que lo consagró en el firmamento de los clásicos, y abrió un universo de tesis, antítesis, análisis y reflexiones a partir de su publicación, ha sido Criminalidad de Cuello Blanco, publicada en 1949.

Acuñó la expresión "cuello blanco" en un discurso ante la Asociación Americana de Sociología el 27 de diciembre de 1939, en donde describe este tipo de delitos como un delito caracterizado porque es cometido por una persona con un elevado nivel económico y social.

En sus investigaciones sobre la criminalidad de cuello blanco, llega a la conclusión de que la conducta desviada no puede enmarcarse sólo a disfunciones o inadaptación de los individuos, sino que es un proceso de aprendizaje de valores criminales que se puede dar en cualquier cultura.

Por lo tanto, esta conducta criminal también forma parte de ese proceso de aprendizaje continuo, donde el infractor infiere estrategias de supervivencia, códigos, y técnicas para desarrollar su cometido.

I.Aportes Principales

Los momentos históricos que vive Edwin Sutherland a lo largo de su vida, se convierten en coplementos importantes que despiertan su interés por describir un fenómeno social arraigado a nuestra cultura actual. Por tal motivo, debemos tener presente los acontecimientos que marcaron la vida del autor..

Como se apunta en su biografía, el Dr. Sutherland, comienza su vida a principios del siglo XX, y debemos decir que, durante la primera mitad de este siglo, las nuevas ideas revolucionarias lograron moldear el panorama político, económico y social del género humano. Estos lineamientos trajeron como consecuencia conductas que lograron crear un nuevo conocimiento basado en la relación del hombre con su nueva sociedad.

Un acontecimiento imporante a lo largo de este periodo se da a comienzos de la década del 30, en donde la población estadounidense enfrentó duramente los efectos de la gran depresión. Una de las características que trajo como resultado tal acontecimiento, fue la creación de las sociedades anónimas, que amparada en legislaciones de conveniencia, crean una égida que impide a las autoridades investigar profundamente las raíces de este tipo de delito.

Posteriormente, y en el justo momento en que salíamos de una segunda, infame y vergonzosa guerra mundial, el profesor Sutherland analiza a través de su obra, el perfil criminal de los hombres de negocios y el tipo de acto criminal que estos cometen. Para este periodo, ya la sociedad estadounidense vivía un desarrollo urbanístico sin precedentes, su crecimiento económico se encontraba en todo su esplendor; aunado a las grandes olas de inmigrantes que arribaban a suelo estadounidense con el ánimo de unirse a la segunda etapa de la Revolución Industrial; esta vez en suelo estadounidense.

Como consecuencia de estos cambios, la sociedad a la que pertenecía Sutherland, se convirtió en un caldo de cultivo que trajo consigo fenómenos relacionados a los actos de corrupción administrativa, prostitución, clientelismo político y negocios al margen de la ley.

Oportunidad que aprovechó el sociólogo para convertir su propia sociedad en un laboratorio que le permitió investigar la conducta delictiva a la que se refirió como delito de cuello blanco y delito de cuello azul.

A partir de entonces, se crea un conocimiento nuevo. Esta vez alejado de las teorías de autores como Lombroso, para quien las características físicas y la marginalidad estaban ligadas directamente con el criminal y el crimen. Sutherland, al contrario, rompe con la idea tradicional en cuanto a los parámetros utilizados desde entonces para la descripción de la delincuencia y del delincuente.

La tesis que propone el profesor Sutherland demuestra que la actividad criminal no está relacionada necesariamente con situaciones de índole mental ni tampoco con condiciones sociales como la pobreza. Su interés se ubica en la parte más alta de la pirámide: en los hombres de negocios. Sujetos que no eran tomados en consideración al momento de recoger las muestras para los estudios criminales.

El profesor Sutherland establece que “Normalmente los hombres de negocios no son pobres, no son débiles mentales, no les faltan facilidades recreativas organizadas y no sufren de las otras patologías sociales y personales”. (Citado por la Revista “Nómadas: Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas – 37 (2013.1 – en su sitio web).

Sin embargo, debemos recalcar que la contribución del profesor Sutherland no sólo se da en el campo de la Sociología Criminal, sino que hace grandes aportaciones a la criminalística y al derecho. Con relación a este último, apunta en sus interesantes obras, que los actos criminales siempre se llevan al área penal, sin embargo, los órganos de justicia al igual que los estudiosos de otras disciplinas, deben incluir en sus variables de investigación el área de lo civil que es donde se dirimen las conductas criminales de los hombres de negocio.

El profesor Sutherland indicaba que “los criminólogos que han formulado teorías de la delincuencia recogen sus datos de entrevistas personales con los delincuentes en los juzgados de lo penal, las comisarías y las prisiones, o de estadísticas de delincuencia que se basan en hechos relativos a esos delincuentes…”(Ibídem). Además, describe la diferencia encontrada entre los hombres de negocios y los ladrones profesionales, trastocando con su análisis las teorías basadas en la subjetividad. Tal como se indica en la siguiente cita, el criminal de cuello blanco culpa al sistema y a la vez, aprovecha el hueco que deja la justicia, y, en derecho se apropia de lo que no

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