Descartes
Enviado por Mike216 • 16 de Octubre de 2014 • Síntesis • 495 Palabras (2 Páginas) • 173 Visitas
Si Descartes pudo resumir su filosofía en el famoso aforismo: “Pienso, luego existo”, bien puede decirse que la importancia del lenguaje se puede resumir completando el postulado cartesiano así: “Hablo, luego pienso y existo”. El lenguaje es elemento básico del ser humano. Y así puede ampliarse también otro dicho célebre el de Buffon: “El estilo es el hombre”, para decir: “La palabra es el hombre”. Fue la palabra lo que constintuyó la principal diferencia entre el más evolucionado de los antropopitecos y los primeros hombres, esta especie distinta, única en realidad, que piensa hablando y habla pensando.
El pensamiento del niño se desarrolla no sólo a medida que aprende a hablar sino por medio de las palabras que va aprendiendo de labios de su madre y de los que lo rodean. Cada palabra nueva pone a su disposición un precioso instrumento de expresión y de ejercicio y desarrollo de su raciocinio. El hombre es un ser social, y es el lenguaje el que primero lo constituye miembro de una comunidad humana, y el vínculo con que ésta lo hace parte activa de sí misma.
Si, pues, la lengua viene a ser sustancia de la existencia e identidad del ser humano, se convierte también en sustancia de la existencia e identidad de un pueblo y de una nación. Son varios los elementos que forman la nacionalidad, pero quizá el más importante es su lengua. En ella se concreta su modo de pensar, y, más todavía, su modo de ser, su idiosincrasia. La lengua de un pueblo es como su alma misma. No sólo conservarla sino defenderla de elementos extraños que la corrompen y desvirtúan, en una palabra, que la prostituyen, se convierte así en deber y tarea de cuantos la hablan y la aman.
Decía bien Oliver Wendell Holmes: “Toda lengua es un templo en que el alma de los que la hablan se guarda como algo sagrado”. Pero eso no debe entenderse como que la lengua fuera una estructura fija o una reliquia intocable depositada para siempre en un nicho hermético, y como que la defensa de la lengua fuera plantar ante él guardias que impidan que alguien se acerque y lo profane. La lengua es un organismo vivo, que se renueva y crece, porque es parte de la vida de los que la hablan. Cuando cesa de hablarse, deja de crecer. Se convierte en “lengua muerta”, y de entonces es más, en pieza de museo filológico, sólo para estudio de eruditos que indaguen el pasado.
Las lenguas crecen por el uso constante, evolucionan al par que evoluciona la comunidad que las habla. Crecen, ante todo, por el aumento de su vocabulario y el afinamiento de sus formas expresivas, a fin de adecuarse a los cambios y novedades que el progreso humano trae consigo. Crece creando nuevos vocablos; remozando, vigorizando y devolviendo al uso de los antiguos que hayan dejado de usarse; adoptando vocablos y formas de expresión de otras lenguas vivas, asimilándolos y nutriéndose y enriqueciéndose con ellos.
...