El Peor De Mis Profesores

MI PEOR DE MIS PROFESORES

Los estudiantes tienen muchos profesores durante a lo largo de su vida escolar. La licenciada Carrillo de quinto grado era encantadora, entusiasta y amable; aprendí mucho en ese año, por otra parte, mi profesor de sexto grado era terrible; pase el año entero odiando la escuela. Sin embargo, el no fue el peor de mis profesores. El peor de mis profesores fue el licenciado Amaluisa, mi profesor de estudios sociales de sexto curso ya que tenía cuatro de las peores cualidades que un profesor pudiera tener.

El licenciado Amaluisa llegaba siempre tarde a clases y aunque los estudiantes debían estar siempre estar puntuales, el profe Amaluisa aparentemente sentía que podía entrar a cualquier momento al aula y a veces el no aparecía en lo absoluto. El inspector venia al aula y decía que tuvo una cita médica y sin ninguna otra explicación se iba. Yo calcule que perdimos 45% de sus clases durante el año escolar. Al principio los estudiantes estaban encantados cuando el profe Amaluisa estaba ausente y nosotros teníamos la hora entera para pasar chismoseando, no hacer nada, o hacer deberes de otra materia. Como el año escolar continuaba nosotros comprendimos que estaríamos en serios problemas en el día del examen porque no estábamos aprendiendo nada, por supuesto, que nuestros padres no estaban enterados de la situación.

Además de estar ausente mucho tiempo, el profe Amaluisa nunca hizo un trabajo cuando estaba en el aula. El profe Amaluisa nos enviaba muchos trabajos para hacer, recuerda una vez tuve que esperar mes y medio para que nos regresara un deber de investigación que lo había hecho en tres días. A ello se suma que sus correcciones no eran convincentes de que hacia su trabajo ya que el escribía el mismo comentario en el papel de todos diciendo (necesita más trabajo reescriba). El nunca nos dijo que estaba mal, de algún modo su clase era muy fácil y cualquier deber que hacíamos, sea brillante o pura basura todos recibíamos el mismo comentario. Nosotros consideramos comprarle un regalo era un sello diciendo “necesita más trabajo reescriba” para ahórrale el esfuerzo de escribirle en todos nuestros trabajos.

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