FILOSOFIA
Enviado por rosirimontilla19 • 4 de Febrero de 2015 • 3.144 Palabras (13 Páginas) • 184 Visitas
Así como existen millones de personas en el mundo que tienen formas diferentes de pensar y que deben ser respetadas, de la misma manera cada cultura desarrolla un uso del lenguaje de acuerdo a su identidad, espacio geográfico e idiosincrasia.
Seguramente has notado que tu manera de hablar no es igual a la de otra persona que habla español, pero que vive, por ejemplo, en otro estado de Venezuela; y tampoco es igual a como habla una persona que vive en otro país. ¿Habla de la misma manera una persona que vive en Valencia y una que vive en Mérida?, ¿habla de la misma manera una persona que vive en Venezuela y una que vive en Argentina?
La lengua es un código de comunicación compartido por todos los hablantes de una misma comunidad lingüística. Es decir: todos los habitantes de una comunidad lingüística cuentan con los elementos necesarios para poder comunicarse entre ellos, pero cada uno la hablamos a nuestra manera.
Es evidente que en la misma época histórica y en el mismo territorio coexisten diferentes variedades lingüísticas La procedencia geográfica del hablante, su origen social y la situación comunicativa dan lugar a la aparición de tres tipos de variedades lingüísticas. Estas variedades tienen su origen en cuestiones sociales: el nivel sociocultural, el medio, la edad, el sexo o la profesión.
El término variedad es una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma. Con el uso del término variedad se pretende evitar la ambigüedad y falta de univocidad de términos como lengua o dialecto, ya que no existen criterios unívocos para decidir cuándo dos variedades deben ser consideradas como la misma lengua o dialecto, o como lenguas o dialectos diferentes.
En tal sentido, se presentará a continuación, de forma clara y precisa lo que son las Variedades Lingüísticas, y sus diferentes tipos, como lo son las Variedades Geográficas, Variedades Naturales y Variedades Sociales, aplicadas en todo acto de comunicación, de acuerdo al lugar en que vive el hablante, a su edad y a su grupo social donde también influye el nivel de educación.
Asimismo, se estudiarán las características y superestructuras de la Narración y la Descripción. Donde se destacará que el acto de narrar es un modo de transmitir vivencias y experiencias entre pares, y que lejos de ser una labor para especialistas, representa por el contrario un hecho intrínseco a la capacidad de comunicación del ser humano.
Por su parte, se analizará la importancia de tener en cuenta que toda descripción resulta inevitablemente subjetiva, ya que se encarga de representar mediante el lenguaje (escrito u oral) aspectos parciales de cómo una persona observa e interpreta la realidad. El punto de vista de quien describe, sus necesidades y sus conocimientos previos acerca de la materia en cuestión son algunos de los muchos factores que influyen en el resultado.
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS
A través del habla de los interlocutores que participan en un acto de comunicación lingüística, se pueden determinar muchas clases de variedades. Dichas variedades son elementos lingüísticos de carácter léxico, sintáctico y fonológico que señalan el lugar de origen o la procedencia geográfica, la edad, el sexo, el grupo étnico, la clase socioeconómica, el nivel de instrucción de los hablantes. El vocabulario, la pronunciación y la sintaxis se convierten, por esta razón, en marcadores de divisiones que se cultivan activamente y que sirven para hacer las distinciones más sutiles entre los emisores. Estos elementos son llamados por los sociolingüistas Variedades, y se pueden clasificar en Geográficas, Naturales y Sociales.
Estas variedades lingüísticas de carácter léxico hacen referencia al uso diferenciado de la lengua en los hablantes de un mismo idioma. Sucede que aunque tengamos un código común (el castellano, por ejemplo), existen diferencias entre nosotros cuando nos comunicamos.
Las diferencias pueden estar relacionadas con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en la escritura. De esta forma, cuando escuchamos hablar a alguien, podremos suponer en qué región reside (si en la zona Metropolitana o la zona rural, por ejemplo), de qué grupo etáreo forma parte (es un niño, un adolescente, un adulto, un anciano) y qué nivel educativo tiene.
VARIEDADES GEOGRÁFICAS. Los cambios de este tipo pertenecen a la variación diatópica y consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma lengua debido a la distancia geográfica que separa a los hablantes. Así, por ejemplo, en España le dicen cerillas al objeto que en América se denomina fósforos.
A estos cambios de tipo geográfico se les llama dialectos. Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido negativo, pues, ha sido común llamar dialecto a lenguas que supuestamente son “simples” o “primitivas”. Hay que tener presente, ante todo, que todas las lenguas del mundo, desde el punto de vista gramatical, se encuentran en igualdad de condiciones y ninguna es más evolucionada que otra. Por eso, es ilógico afirmar que una lengua es mejor que otra.
Los dialectos son, entonces, la forma particular con la que una comunidad habla una determinada lengua, hay que tener presente que los dialectos no presentan límites geográficos precisos, sino que, al contrario, se ha visto que estos son borrosos y graduales. Por lo que se puede señalar que, se les llama Variedades Geográficas porque sirven para diferenciar a las personas como hablantes de una región establecida. Dependiendo del lugar donde vivamos, el lenguaje cambia y, no solo se trata del llamado “acento”, sino también de las palabras que utilizamos. A veces, conversamos o nos desplazamos a otro lugar y notamos que hay cosas que se dicen diferentes, aunque estemos utilizando la misma lengua.
VARIEDADES NATURALES. Aunque nadie nos haya dado una clase sobre los usos de la lengua, sabemos, por nuestra experiencia de vida, que no podemos utilizar el lenguaje de la misma manera en todas las situaciones; es decir, si me voy a dirigir a una persona mayor, no le voy a hablar con la misma confianza con la que me dirigiría a un amigo o amiga. Por ejemplo, la edad y el sexo son factores que condicionan también nuestra forma de expresarnos.
Los jóvenes siempre han intentado distinguirse de sus mayores. Lo hacen en la forma de vestir, en la forma de relacionarse y, por supuesto, también lo hacen en la forma de hablar.
En cualquier comunidad se observan diferencias
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