Federico Froebel y la invención del jardín de niños

Federico Froebel y la invención del jardín de niños

El pensamiento de Froebel estuvo fuertemente influenciado por sus orígenes religiosos. Nacido en un pequeño pueblo en Turingia, fue hijo de un ministro luterano. Separado de su padre Froebel fue criado por una madrastra que no le agradaba y vivió una niñez solitaria y aislada. Durante los dos años que estudió las plantas y los árboles, llegó a interesarse profundamente por el crecimiento orgánico y adquirió el sentido del orden y la armonía de la naturaleza que más tarde permearía su filosofía educativa. Conoció las ideas de Kant, Goethe, Schiller y otros pensadores y escritores alemanes. Conoció a Anton Gruener, quien había sido discípulo de Pestalozzi y dirigía la Escuela Modelo de Frankfurt, Gruener le sugirió convertirse en maestro y en 1805 Froebel fue a Yverdun a estudiar durante dos semanas el modelo escolar de Pestalozzi. Froebel criticó el programa y métodos de enseñanza de Pestalozzi por ser “incompletos” y “parciales”, y además los consideró “superficialmente trabajados” y “mecánicos”.

En un intento por corregir este desequilibrio, froebel llevó a cabo un experimento educativo rousseauniano, viviendo aislado en un ambiente natural con tres alumnos. Durante muchos años siguió estudiando y finalmente en 1816, a los treinta y cuatro años tuvo la oportunidad de poner en prácticas sus eclécticas ideas educativas. Cuando su hermano mayor falleció, su viuda ofreció pagarle a Froebel por educar a sus tres hijos. Asistían a la pequeña escuela, que Froebel valientemente llamaba el “Instituto Educativo Alemán Universal”. En 1837 abrió su primer jardín de niños. La denominó “Anstalt fur Kleinkinderpflege” (institución para cuidar a los pequeños). La nueva institución llamó la atención y empezaron a llegar maestros para estudiar con Froebel, quien eventualmente abrió otros dos jardines de niños en Frankfurt. Pero Froebel no estaba satisfecho con el nombre de su nueva creación. Froebel, gritó hacia las montañas y el eco de su voz se escuchó ¡KINDER-GARTEN será el nombre de la nueva institución.

El nombre kindergarten –jardín de niños- era la perfecta metáfora romántica para describir la nueva institución educativa para los pequeños que ayudó. Froebel escribió: “en nuestro jardín de niños, nuestro kindergarten, lo hará la más noble de todas las criaturas en crecimiento: los hombres (es decir los niños, gérmenes y retoños de la humanidad) serán cultivados de acuerdo a las leyes de su propio ser, de Dios y de la Naturaleza”.

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