Federico Froebel
Enviado por blanquiusquis • 13 de Mayo de 2013 • 2.071 Palabras (9 Páginas) • 415 Visitas
Federico Fröebel (1782-1852)
Introducción:
Augusto Guillermo Federico Fröebel (alemán), fue hijo de un pastor protestante. Su madre murió cuando apenas él tenía 9 meses. Tal vez su carácter introspectivo y su tendencia al recogimiento solitario, se debieron a esta difícil situación familiar. Esto le ayudó a considerar lo que es realmente un hogar, cuál es el papel de los padres y qué es la niñez.
Reflexionaba sobre sí mismo y meditaba sobre la vida espiritual e interna del hombre; fue un asiduo observador de la naturaleza: "destruía las cosas para investigar y conocer su naturaleza y propiedades", razón por la que constantemente era calificado por su propia familia como "niño malo".
Juventud e infancia:
Su situación familiar cambió, cuando se fue a vivir con el tío Hoffman (hermano de su madre). Ya como alumno regular, inscrito por su tío en la escuela de Stadt-Ilm, por primera vez tuvo conciencia de su libertad. No obstante, dicha etapa también terminó.
Volvió nuevamente a la casa paterna y dado su temperamento poco comunicativo, pensaban que era poco brillante y por lo mismo, incapaz de emprender elevadas tareas intelectuales. De esta manera, a sus 15 años fue a parar como guardabosques, época que supo aprovechar por las lecturas que hacía así como por el contacto directo que podía tener con la naturaleza.
Su formación filosófica: gracias a la herencia que le dejó su madre, pudo sostener sus estudios universitarios aunque solo por cuatro semestres, dados los escasos recursos de su modesta herencia.
Luego de la muerte de su padre y dedicado ya a trabajar, a sugerencia de un amigo filósofo, leyó la obra de Schelling: Bruno o el espíritu de la época que influyó profundamente en su pensamiento.
La lectura de esta obra le abrió un mundo nuevo: el de la especulación rigurosa sobre la naturaleza, el hombre y Dios. Otras influencias que recibe, en esta época de su vida, son las de los humanistas Novalis, Goethe, Wackenroder y Thieck, que le revelan la visión romántica de la producción poética alemana. El mismo amigo le presentó luego, al pedagogo Gruner, director y maestro de la Escuela Modelo de Francfort, quien le ofreció una plaza de maestro en su institución.
Podemos decir, que el doctor Gruner influyó en su formación pedagógica. Gruner era un antiguo discípulo de Pestalozzi y logró que Fröebel optara decididamente por la educación, después de navegar también por la arquitectura. Fue a Iverdun para encontrarse personalmente con Pestalozzi, allí recibió amplias explicaciones acerca del funcionamiento y organización de la escuela.
A su regreso fue nombrado profesor de la Escuela Modelo, con el encargo explícito de formular un nuevo plan de enseñanza para dicha institución. Pero lo más impactante, fue el encargo de enseñar a niños de 9-11 años, experiencia que resultó determinante en la vida de este humanista, pero que sólo duró tres años.
La influencia de Pestalozzi, en la Escuela Modelo, era notoria, la institución se regía por los principios pedagógicos de su doctrina. Esta experiencia, que terminó por algunas voces insidiosas, fue sustituida por otra en la que fungió como preceptor de los tres hijos de la familia Von Holzhausen.
En esta época se formuló una serie de preguntas que bien pueden enmarcarse en una filosofía de la educación. Interiorizó también la idea del trabajo humano, cuestión que le abrió todo un horizonte de nuevas posibilidades, con lo que queda situado como uno de los pioneros de la educación para el trabajo.
Como consideró que le hacía falta un conocimiento más hondo de la doctrina de Pestalozzi decidió trasladarse a Iverdun para empaparse de los principios educativos del maestro y ponerlos en práctica inmediatamente, con sus discípulos, y más tarde implantarlos en las escuelas de su patria. En efecto, Pestalozzi se convirtió en el amigo y consejero del futuro fundador del Kindergarden alemán prodigándole muchas muestras de su consideración y afecto; es en Iverdun donde aprende a valorar el juego infantil y juvenil al aire libre.
Más tarde descubriría que el juego llegaría a convertirse en uno de los cimientos principales de su pedagogía. En esta grata estancia, pudo Froebel juzgar el pensamiento de Pestalozzi con un sentido crítico, en especial algunos elementos de su doctrina que le parecieron inconsistentes.
Su valoración se encuentra apoyada en la detección de algunas de las carencias fundamentales de este sistema educativo, lo cual motivó un progresivo alejamiento de Pestalozzi, hasta obligarle a dejar Iverdun.
En 1811 decidió inscribirse como alumno de la Universidad de Gotinga para continuar sus estudios de filosofía. Ahora podía reflexionar sobre el origen y fin del hombre y su medio de expresión natural: el lenguaje. Allí se entregó por completo al cultivo del estudio y de su espíritu; aquí cristalizó una de las ideas que expresaría en La educación del hombre.
En Berlín continúo sus estudios, con lo que su formación filosófica se hizo más profunda. Formo parte de la lucha contra Napoleón, alli conoció a quienes serían sus discípulos y colaboradores, en esta lucha mostró su amor por la justicia, la paz, la verdad y el bien.
Principales tesis educativas:
Fröebel se trasladó a Keilhau para establecer el nuevo Instituto Educacional, escuela que pronto adquirió gran fama. Durante este tiempo contrajo matrimonio y allí fue donde maduró algunas ideas de tipo práctico; luego escribió: La educación del hombre, obra publicada en 1826 que contiene los principios filosóficos de su teoría pedagógica, alli desarrolla los diversos aspectos de su teoría sobre la educación.
Desde la introducción establece que el principio y fin de todo cuanto existe es Dios.
Sus principios filosófico-teológicos nos muestran a un Fröebel de un espíritu profundamente religioso que quería manifestar al exterior, lo que ocurría en su interior: su unión con Dios.
Fröebel se asienta en la fundamental unidad entre naturaleza, hombre y Dios que configuran las coordenadas de desarrollo de su metodología teológica-filosófica-educativa, De ahí que la gran tarea de la educación tenga por eje fundamental la contemplación de la naturaleza, del hombre y de Dios, llevando al hombre a conocerse a sí mismo, a vivir en paz con la naturaleza y en unión con Dios.
Para conseguirlo, hay que trazarse los siguientes objetivos:
1. La determinación de un ideal de vida que el profesor debe presentar como modelo a seguir y
2. El educando tiene que ser tratado de acuerdo con dignidad, dentro de un clima de comprensión y libertad.
De donde se
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