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Felipe IV


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2012  •  3.021 Palabras (13 Páginas)  •  343 Visitas

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Felipe IV de Francia, llamado el Hermoso (Fontainebleau, 1 de julio de 1268 - 29 de noviembre de 1314), rey de Francia y de Navarra, de la dinastía de los Capetos.

nfancia

Nacido en Fontainebleau el 1 de julio de 1268, fue el segundo hijo del rey Felipe III el Atrevido y de su primera esposa Isabel de Aragón.

Personalidad

Tuvo como preceptor a Guillermo de Ercuis, antiguo capellán de su padre en su juventud. Tanto sus enemigos como sus admiradores lo apodaban "El Rey de Mármol" o "El Rey de Hierro". Se destacó por su personalidad rígida y severa. Uno de sus más acérrimos opositores, el obispo de Pamiers Bernard Saisset, dijo de él: «No es un hombre ni una bestia. Es una estatua». Felipe el Hermoso levantó mucha polémica a lo largo de su reinado. El Papa Bonifacio VIII lo trató, por ejemplo, de «falsificador».

Matrimonio y descendencia

El 14 de agosto de 1284 se casó en la catedral de Notre Dame, en París, con la reina Juana I de Navarra, lo que le confirió el título de Felipe I de Navarra, rey de Navarra y conde de Champaña.

De este matrimonio nacieron 7 hijos:

Luis el Obstinado (n. 4 de octubre de 1289 - m. castillo de Bois de Vincennes, 5 de junio de 1316), rey de Francia y Navarra a la muerte de sus padres de 1314 a 1316. Casado con Margarita de Borgoña y con Clemencia de Hungría, padre de Juana II de Navarra y de Juan I de Francia

Margarita (1290 - 1294). Estuvo comprometida con el rey Fernando IV de Castilla pero su muerte prematura frustró el matrimonio.

Blanca (1293 - 1294).

Felipe el Largo (1291 - Longchamps, 3 de enero de 1322), conde de Borgoña por su matrimonio con Juana de Borgoña (1307) y conde usufruto de Poitiers (1311), sucedió en el trono de Francia a su sobrino Juan I, de quien era regente. Fue rey de Francia como Felipe V desde 1319 a 1322. Estableció la Ley Sálica o Ley de los Varones, eliminando de la sucesión del trono en la línea principal de los Capetos a su sobrina Juana.

Isabel "la Loba de Francia" (París, 1292 - Roseing, 22 de agosto de 1358), casada con Eduardo II, rey de Inglaterra(1284-1327). Madre de Eduardo III de Inglaterra quien comenzó la Guerra de los Cien Años

Carlos el Hermoso (Clermont, 1294 - Castillo de Bois de Vincennes 1 de febrero de 1328), conde de la Marche (1314), sucedió a su hermano Felipe V en el trono de 1322 a 1328 como Carlos IV de Francia.

Roberto (1297 - St.Germain-en-Laye, 1308).

Reinado

La muerte de su hermano mayor, Luis, envenenado a los 11 años de edad (1276), lo convirtió en el heredero de su padre, al que sucedió a su muerte (5 de octubre de 1285). Fue un rey piadoso, aficionado a la caza y orgulloso de la grandeza de su linaje (promovió la canonización de su abuelo Luis IX de Francia). Supo rodearse de consejeros y coadjuntores competentes que compartieran sus ideas y gracias a ello fortaleció el poder central del rey de Francia, tanto nacional como internacionalmente. Entre sus consejeros, cabe destacar la figura de Enguerrand de Marigny. Esa política hizo evolucionar a la Monarquía. Fortaleció la Corona, sobre todo en el aspecto financiero, con la institución de un tribunal de cuentas y la sustitución de las prestaciones militares personales de los vasallos por impuestos en dinero destinados a contratar mercenarios. La expulsión de los judíos en 1306 respondió también a móviles económicos.

En cuanto a su título de Rey de Navarra, al morir en 1305 su esposa Juana, pasó el título al hijo de ambos Luis I de Navarra.

Saneamiento de las finanzas del reino

Para sanear las finanzas del reino de Francia, compró el Quercy a los ingleses por un pago de 3.000 libras. Atacó injustamente a quienes tenían dinero, lo que implicó a los religiosos de la Iglesia Católica, los lombardos, los judíos y los templarios.

Para obtener el paso del ejército francés, a fin de evacuar la Guyena, Felipe prometió a su hermana, Margarita de Francia, en matrimonio al rey Eduardo I de Inglaterra. Después, comprometió a su propia hija Isabel de Francia, con el heredero inglés resultante de la primera unión (el futuro rey Eduardo II de Inglaterra).

El conflicto con el Papa Bonifacio VIII

Desde el principio del reinado de Felipe el Hermoso (Philippe le Bel) se habían producido conflictos entre los señores eclesiásticos y los oficiales reales por el ejercicio de todo tipo de derechos sobre los hombres y las tierras, que en general se resolvieron en favor de la jurisdicción real, a pesar de las protestas de los obispos y del Papa. El nuevo Papa Bonifacio VIII, elegido el día de Nochebuena de 1294, se propuso hacer valer su plenitudo potestatis sobre los reyes y en 1296 promulgó la epístola decretal o bula Clericis laicos en la que prohibía a los soberanos cualquier exacción fiscal sobre el clero sin autorización pontificia, bajo pena de excomunión. La bula papal provocó un breve período de tensión con el rey Felipe que pronto se solucinó mediante un compromiso.1 Bonifacio VIII, que entonces tenía otras preocupaciones como los conflictos con los aragoneses de Sicilia y los Colonna, se encontraba en la penuria y cedió pronto. Las bulas Romana mater (febrero de 1297) y Etsi de statu (julio de 1297) hicieron que el rey ganara la causa. Este último documento contenía una renuncia formal a las pretensiones emitidas en la epístola decretal Clericis laicos, en defensa de los bienes eclesiásticos contra la arbitrariedad de los reyes[cita requerida].

A finales del verano de 1301 la detención del obispo de Pamiers Bernard Saisset por orden del rey bajo la acusación de traición desencadena un gravísimo conflicto con el Papa Bonifacio VIII, porque la detención constituía una clara violación de los privilegios eclesiásticos, ya que únicamente el Papa podía juzgar a un obispo. El motivo inmediato del arresto fue forzar a una solución del conflicto por la jurisdicción de Pamiers que enfrentaba al Conde de Foix, que tenía el apoyo del rey, y a la Iglesia que contaba con la intervención del Papa que había puesto esa diócesis bajo su protección directa. Sin embargo el objetivo último tenía mucho más calado pues pretendía arrancar a Bonifacio VIII el reconocimiento de la jurisdicción suprema del rey sobre todos sus súbditos, incluidos los miembros de la alta jerarquía eclesiástica, es decir, un reconocimiento de la superioridad absoluta del rey sobre el Papa en el interior de su reino.1

El 24 de octubre en Senlis, ante Felipe y su consejo, se presentaron los cargos contra el obispo, cuya gravedad, según el rey, justificaban su intervención: Saisset habría intentado arrastrar

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