Felipe IV El rey católico
Enviado por Javi González Lorca • 27 de Septiembre de 2020 • Apuntes • 2.473 Palabras (10 Páginas) • 105 Visitas
Javier González Lorca, Historia; 3º A
FICHA DE LECTURA
- DATOS DEL LIBRO
Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, José (2005) Felipe IV. El hombre y el Reinado, Fernando Villaverde Ediciones, Madrid, 310 páginas.
- RESUMEN
1. El rey católico.
Nació el 8 de abril de 1605 en Valladolid, reinaría entre marzo del 1621 hasta su muerte el 17 de septiembre de 1665, en Madrid. Tuvo el reinado más longevo de la casa de los Austria. Su reinado coincidió con la culminación de una época de brillantez cultural, ejerciendo como gran mecenas o siendo intima la amistad y relación con artistas de nivel como Velázquez. Aun así, esta obra se centra más en el ámbito personal y psicológica del monarca y de su entusiasmo católico como monarca.
Antonio Cánovas del Castillo, que realizó un trabajo escrito y posteriormente publicado sobre la decadencia de los últimos Austrias se vería sorprendido cuando tras comprobar que la imagen documental de los reyes se repetía una y otra vez, desprendía una sorprendente verdad descubierta por este en el Archivo de Simancas, donde entre la multitud de documentos de este reinado se abrió paso la faceta insospechada de la dedicación de Felipe IV en los asuntos burocráticos del estado. Hay que distinguir dos etapas que se separan por una etapa crítica que trascurrió entre 1635 y 1640. La primera etapa el rey se dejó llevar por la guía del Conde duque de olivares, en la que destacaría la cosecha de éxitos militares en el problema de Flandes y donde se inicia la guerra de los 30 años. También coincide con una corte que estaba entregada a los placeres y fiestas reales donde se representaban lienzos conmemorativos de las victorias cosechadas, hasta que estas cesarían en 1635. Una época que el rey jugaría un papel personal animado por las fiestas y los excesos y que en el ámbito estatal se agravarían con el conflicto contra Francia. Unido al problema con los galos le vendría a partir de 1640 una serie de problemas como la ofensiva franca de la mano del cardenal Richelieu, el secesionismo en Cataluña y en Portugal y la caída del Conde Duque.
Se inicia la reconversión de Felipe hacia nuevos objetivos políticos, con influencia de entre otros de su consejera sor María de Ágreda con quien se entrevista el monarca para cuestionar sobre su preocupación por la ira de dios contra su reinado por los años de crisis posteriores a 1640. Esta alentaría a terminar con errores pasados y zanjar el destierro y expulsión del Conde Duque de Olivares. Quedan atrás los años de desfase y diversión del monarca, pasando a una rectitud y rigor guiado por la consejera, a quien le confesaría su temor por la llegada de la muerte, tras cuestionárselo a sí mismo como resultado de la pérdida de su heredero Baltasar Carlos.
Sor María guiaría espiritualmente al monarca, pero está aprovechando su particular relación sería usada también por nobles aragoneses para que sugiriese decisiones políticas al monarca para obtener beneficio en un segundo plano. Además, la convicción del cambio para no ofender a dios del rey es tan profundo que en 1649 toma como segunda esposa a su sobrina Mariana de Austria, destinada a casarse con su heredero fallecido, con el objetivo de evitar tentaciones con otras mujeres.
Si el 1634 fue su auge militar y político de la mano del conde duque de olivares, fue sin duda los tres primeros años de la década de 1650 los que de nuevo darían alas a la esperanza de la monarquía, con el nuevo matrimonio, la rendición de Barcelona y fin de la guerra catalana. Pero, aunque se llegaría al fin de la guerra con Francia tendría como consecuencia la abdicación de supremacía ante esta y se uniría al fallecimiento de nuevos herederos, hasta la llegada de quien sería rey, Carlos II.
2. El gobierno de la Monarquía en el reinado de Felipe IV.
El gobierno en la época de Felipe IV es delicado y difícil de llevar, pues este monarca tuvo en su reinado a disposición la España en la que efectivamente nunca se ponía el sol. De hecho, Felipe firmaba como rey de “España” o de “las Españas”. La función gubernamental del monarca se realizaba a través de Consejos, Juntas y secretarios. Especial importancia tenían los consejos, que eran un órgano de carácter consultivo que cuyo cargo es ocupado por una serie de personas elegidas a dedo por el Rey y que tienen una serie de poderes y competencias administrativas en distintos ámbitos.
Además de los consejos existían una serie de juntas, las cuales eran de menor cargo administrativo, que se adjuntaban al conjunto del régimen administrativo de la corona. Hay que señalar que este grupo de instituciones no se configuraron como una sola totalmente, pues entre las mismas instituciones había una evidente falta de comunicación que hacía que tuviesen un mínimo de coherencia funcional, pisando el terreno la una de la otra y provocando una fuga de capital y de tiempo de trabajo que se traduciría en más problemas cuando un mismo ministro pertenecía a varios consejos y la institucionalización, cuando cada por ejemplo Castilla tenía representantes en los consejos más importantes, buscando para su tierra el beneficio.
Un intento de Felipe por acabar con estas influencias seria la creación de la Secretaría del Registro General de Mercedes, con el objetivo de evitar la duplicación de poderes y concesiones de la corona en una persona. Pero de nuevo la falta de coordinación y ayuda entre Consejos territoriales provocó que esta medida también fracasara.
Para evitar la lucha entre consejos se crearía un sistema denominado Juntas de Competencias y órganos constituidos. Durante un tiempo existió una única Junta de Competencias con el objetivo de que las luchas internas acabaran, que acabaría con las disputas internas limitando el campo de acción de cada consejo, especialmente los de Castilla y Aragón, siempre en luchas por las concesiones entre ellas.
La composición del consejo estaba integrada por un presidente, un numero de consejeros, letrados de capa y espada (número variante según el consejo). También existía la figura de los secretarios y conjunto de oficiales o suboficiales de la institución, con poder representativo que tenían un papel de asistencia burocrático imprescindible, estos tendrían protagonismo sobre todo en el consejo de Inquisición.
Los secretarios dirigían el aparato burocrático de los sínodos, los cuales reunían una serie de pastores, cardenales de gran importancia y que así mismo estos tendrían una gran influencia en la corte. Existían multitud de grupos sinodiacos, a los cuales los monarcas podían realizar consultas o asesoramiento de varias maneras y sobre algún tema en particular.
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