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Flora Tristan


Enviado por   •  13 de Julio de 2015  •  2.718 Palabras (11 Páginas)  •  246 Visitas

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Una vida complicada

Hola, me llamaron Flora, tengo 7 años y hace 3 años y 2 meses que murió mi padre dejándome a mi madre, mi hermano menor y a mí sin su compañía. Luego con el pasar de los días también me di cuenta que no solo nos dejó sin su compañía, sino en la pobreza porque mis padres nunca se casaron legalmente y él no dejó ningún testamento, por esta razón fuimos obligados a vivir en el campo a las afueras de la ciudad de Paris.

Estoy sentada en una roca junto a mi hermano, él juega con una ramita mientras yo recuerdo mi anterior vida, llena de lujos, de visitas de personajes elegantes y extraños, como ese hombre de baja estatura que visitaba a mi padre del cual se escuchan rumores que en este momento se está gestando una revolución en su tierra natal allá, allá muy lejos en América.

Veo correr hacia mí a mi mejor amigo, él tiene 7 años igual que yo, pero soy más alta, él es muy gracioso y me he reír a pesar de mi tristeza; cuando está más cerca, me levanto y voy hacía él sin mi hermano.

-Hola- dijo

-Hola Alejandro – respondí

-¿Cómo has estado el día de hoy, mi querida amiga?-

-Bien, aunque esta mañana tuve mucho trabajo

-Que mal…-

Nos vamos a caminar con dirección al rio Senie, pero me acuerdo que dejé a mi hermano, así que le grito que se vaya a casa con mamá.

A Alejandro lo conozco hace 2 años, él es la única persona que me escucha, me comprende y me apoya, nos llevamos 3 meses de diferencia, tiene ojos y piel clara, la verdad es que es muy lindo. Casi todos los días lo veo en el rio Senie, trabajando en una finca o en esa peculiar casa de la señora Thérèse, que nos enseña lo básico, como leer, escribir, un poco de geografía, de historia, de religión, de música, en fin ella siempre trata de mantenernos informados.

En el rato que pasamos juntos nos contamos lo que nos pasó durante el día, es una gran rutina, así transcurrieron los años nos veíamos, jugábamos.

Un día cuando yo tenía 13 años pasó algo maravilloso en mi vida, estábamos Alejandro y yo junto al rio sentados mirando el paisaje que nos rodeaba, él se puso muy nervioso, se paraba, volvía y se sentaba, caminaba, me rodeaba hasta que por fin me dijo:-Eres la persona más bella, inteligente y buena que conozco. Gracias a ti mi vida tiene sentido, me gustas, me gustas mucho y espero siempre poder estar a tu lado.-

Yo estaba muy alagada por sus palabras, pero me sentía un tanto confundida, no sé cuánto tiempo pasó, pero al final le respondí:- A mí también me gustaría pasar mi vida junto a ti ya que a mí también me gustas desde que te conocí.-

Luego Alejandro me cayó con un beso, un beso que nunca olvidaré, un beso cálido que me mostró lo que sentía por mí, me sonrojé y seguimos conversando, tratando de olvidar por un segundo lo que había pasado.

Hoy semanas después de mi primer beso, estoy sentada en el comedor de mi casa, desayunando con mi madre y mi hermano, al terminar le digo a mi madre que voy a salir.

-¿A dónde?- pregunta mi madre

-Al rio –respondí

-¿Con quién?-

-Con mi mejor amigo, Alejandro-

-¿Quién?-

-Mi mejor amigo, con el que siempre estoy-

-¿Quién?, yo no conozco a ningún amigo tuyo.-

-Mariano, tú hace unos días nos viste venir del rio.-

-No, tú venías sola- responde mi hermano

-¿Sola?, todo el tiempo estaba con Alejandro.-

-Hija, creo que ese amigo tuyo es producto de tu imaginación.-

-No, no, no puede ser posible...-

Salgo corriendo de mi casa, escuchando gritar a mi madre algo que no entiendo. No sé a dónde me dirijo, pero mi corazón si, a un lugar donde puedo hacer lo que yo quiera, donde realmente soy yo, donde solo existo yo, ese rio donde todo lo bueno de mi vida ha pasado, bueno eso creía…

Estoy sentada en posición fetal, con mi cabeza entre mis piernas llorando, derramando unas lágrimas que no valen la pena derramar, ya que no va a hacer que Alejandro vuelva.- ¡No lo puedo creer!- me digo a mi misma-No puede ser que todo lo que pasé con él haya sido una gran mentira, producto de mi imaginación. No, no, no, el beso…. Ese gran beso no fue más que una gran mentira que mi mente inventó para que yo fuera feliz. No, no puedo más…-

Despierto gracias al frio que hace, me levanto del pasto y me dirijo a mi casa, desde esta noche no volveré a ver a los hombres igual.

Todos los días no hago más que trabajar e ir a la casa de Thérèse. El año siguiente cambia un poco mi rutina ya que mi hermano se empezó a enfermar y a mí me toca cuidarlo, tiene tos y fiebre todo el tiempo y ya casi no come. El 3 de Mayo de 1817 no resiste más y muere con tan sólo 9 años; desde ese día mi madre y yo decidimos devolvernos a París para tener una nueva oportunidad. Yo empiezo a trabajar en un taller litográfico a la edad de 15 años.

Ya es 1825, tengo 22 años, estoy casada con un señor 12 años mayor, su nombre es Andre Chazal, con él tengo 3 hijos, Alejandro, en honor a mi amigo imaginario, Ernest y una hermosa bebé llamada Alise. Me casé el 3 de febrero de 1821, gracias a los ruegos que me hizo mi madre, para que me casara porque él me amaba y era dueño del taller donde trabajé, la verdad es que yo nunca he estado verdaderamente enamorada de él y de otro lado se escuchan rumores de que me ha estado engañando. A mi madre no la volví a ver desde mi matrimonio, ya que mi esposo no me deja salir mucho de la casa, y sólo escucho cosas de que está trabajando en la casa de la familia Lasserre, pero no es seguro.

Hoy he decidido divorciarme, irme, irme con mis hijos a vivir en un lugar donde seamos felices; pero sé que no va a ser una tarea fácil, después de 2 meses me he separado de mi esposo, el problema es que la sociedad no lo acepta. ¿Por qué las mujeres tenemos que ser sumisas de nuestros esposos?, mi esposo me quitó a mis dos hijos e intentó quitarme a mi hija, pero no lo dejé, me estoy escapando de él y de las críticas de la sociedad, digo que soy soltera pero no puedo por mi hija, digo que soy viuda, pero siempre aparece alguien que me conoce y cuenta mi verdadera historia.

Dejando mi orgullo atrás he decidido volver a empezar, volver a empezar estando con mi familia y la única que sé que me queda es mi familia paterna que vive en Perú. Así que el 18 de julio de 1829, le escribo a mi familia contándoles mi situación. Soy la hija de Mariano Tristán y necesito ayuda emocional y económica ya que mis padres nunca se casaron legalmente y por lo tanto yo no soy reconocida como su hija legítimamente

4 años después en 1833, encuentro a mi tío Mariano que me acepta como su sobrina y me convence de viajar al Perú. Y el 7 de abril mi

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