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ISABEL LA CATOLICA


Enviado por   •  9 de Octubre de 2011  •  2.425 Palabras (10 Páginas)  •  943 Visitas

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Isabel I, La Católica

Reina de Castilla; nació en la ciudad de Madrigal de las Altas Torres, el 22 de Abril de 1451: murió un poco antes de mediodía del 26 de Noviembre de 1504, en el castillo de La Mota, el cual permanece en Medina del Campo (Valladolid).Fue la hija de Juan II, Rey de Castilla, con su segunda esposa, Isabel de Portugal. Tenía apenas un poco más de tres años de edad cuando murió su padre (1454), fue educada piadosa y cuidadosamente por su madre, en Arévalo, hasta los trece años. Su hermano, el Rey Enrique IV, se hizo cargo de ella junto con su hermano Alfonso en su corte; con el pretexto de completar su educación, pero en realidad - como Flórez nos platica- para prevenir que los dos niños regios sirvieran de modelo en el cual los nobles descontentos pudieran ridiculizar. Los nobles Castellanos habían estado incrementando constantemente su poder durante las repetidas largas minorías por donde la corona había pasado, y habían tomado ventaja de las debilidades de Reyes como Enrique II y Juan II. En esa época ellos habían alcanzado el punto de despojar completamente el trono de su autoridad. Ellos aprovecharon por si mismos la increíble imbecilidad y de las relaciones escandalosas entre Juana de Portugal, su segunda esposa, y su favorito, Beltrán de la Cueva. Derrotado en Olmedo, y despojado de su líder, el Infante Alfonso, quien murió - envenenado, como se creyó - el 5 de Julio de 1468, ellos solicitaron para obtener la corona para la Infanta Isabel, rechazando a la presunta hija del Rey, Juana, quien era llamada "La Beltraneja" por la suposición que Don Beltrán era su padre verdadero. En ésta ocasión Isabel dio una de sus más anticipadas pruebas de sus grandes cualidades, rechazando la usurpada corona ofrecida a ella, y declarando que mientras su hermano viviera nunca aceptaría el título de reina. El Rey, por su parte cometió la asombrosa tontería de reconocer a Isabel como su inmediata heredera, en la exclusión de Juana. Los Historiadores han estado generalmente complacientes a interpretar este acto de Enrique IV como una confesión implícita de su propia deshonra. Para ser estrictamente justos, sin embargo, esto no era así, porque aún cuando si Juana era su hija en realidad, como ella era la presunta jurídica, podía haber conducido a la violencia de los nobles, quienes solicitaron darle la corona a Isabel inmediatamente, y comprometerse con ellos a hacerla su heredera, como el hizo en la "Posada de los Toros" de Guisando (La Venta de los Toros), el 19 de Septiembre de 1468. Un año antes de esto, Isabel estuvo viviendo en Segovia, separada de la corte, la cual se asentaba en Toledo; después de la conclusión del pacto ella estuvo en disputa con su hermano, el rey a cuenta de su plan para el matrimonio de ella. En 1460 Enrique había ofrecido ya la mano de Isabel a Don Carlos, Príncipe de Viana, el hijo primogénito de Juan II de Aragon, y heredero, al mismo tiempo, del reino de Navarra. Este Enrique fue a pesar de la oposición del Rey de Aragón, quien deseó obtener la mano de Isabel (que incluyó con la corona de Castilla) para su hijo más pequeño Fernando. Las negociaciones fueron prolongadas hasta la infeliz muerte del Príncipe de Viana. En 1465 se hizo el intento de arreglar el matrimonio entre Isabel y Alfonso V de Portugal, pero la princesa había ya escogido a Fernando de Aragón por esposo y por lo tanto se opuso a esa alianza. Por la misma razón ella posteriormente rechazó casarse con Don Pedro Girón, Maestro de Calatrava, un miembro de la poderosa familia Pacheco, a quien el Rey solicitó conquistar por estos medios. Otros aspirantes para la mano de Isabel fueron Ricardo, Duque de Gloucester, hermano de Eduardo IV de Inglaterra, y el Duque de Guienne, hermano de Luis XI de Francia. Las Cortes fueron reunidas en Ocaña en 1469 para ratificar el Pacto de Guisando, cuando un embajador arribó de Portugal para renovar la petición de Alfonso V por la mano de Isabel. Cuando ella declinó esta alianza el rey fue tan lejos como pudo, para amenazarla con encarcelarla en el Alcázar de Madrid, y aún cuando temeroso de los adeptos de la Infanta le impidió a él llevar a cabo esta amenaza, exigió de su hermana una promesa para no entrar en ninguna negociación matrimonial durante su ausencia en Andalucía, adónde el estuviera en el momento de emprender un viaje. Pero Isabel, tan pronto como ella estuvo sola, se apartó con la ayuda del Arzobispo de Toledo y del almirante de Castilla, Don Fadrique Enriquez, hacia Madrigal y después a Valladolid, y desde allá envió a Gutierre de Cárdenas y Alfonso de Palencia en Busca de Fernando, quien había sido proclamado Rey de Sicilia y heredero de la monarquía Aragonesa. Fernando después de una jornada, la historia del cual lees como una novela, por sus peligros y su interés dramático, se casó con Isabel en el palacio de Juan de Vivero, en 1469. A la muerte de Enrique IV, Isabel, quien estaba entonces en Segovia, fue proclamada Reina de Castilla. Pero La Beltraneja había sido prometida de Alfonso V de Portugal, y Enrique, revocando el pacto de Guisando, le había causado a ella ser proclamada heredera de sus dominios. El Arzobispo de Toledo, el Marqués de Villena, el Maestro de Calatrava, y otros nobles, quienes en vida del padre de ella habían negado la legitimidad de La Beltraneja, ahora defendieron sus reclamos. Y así fue como empezó una guerra entre España y Portugal la cual duró cinco años, finalizando con la paz en 1479, cuando una doble alianza fue comprometida. La Beltraneja, sin embargo, abandonó sus reclamos, llevando el velo en el monasterio de Santa Clara de Coimbra (1480), y con ese suceso el derecho de Isabel al trono de Castilla llegó a ser indiscutible. Fernando mientras tanto había tenido éxito en el trono de Aragón, y así la unidad definitiva de la nación Española fue consumada en los dos monarcas a quienes el Papa Español, Alejandro VI dio el título de "Católico" al cual los Reyes de España aún sustentan. Isabel lució su prudencia y gentileza - cualidades que ella poseía en un grado rara vez igualado -- en el acuerdo que ella hizo con Fernando para el gobierno de sus dominios: Ellos debían mantener igual autoridad, un principio expresado en el plan o lema, "Tanto monta, monta tanto -Isabel como Fernando (Tan honorable es uno como lo es el otro - Isabel como Fernando)".

La unión armoniosa de las gentes y las coronas siendo así realizadas, era necesario para reducir el poder de los nobles, quienes habían adquirido una posición casi independiente de la corona y haciendo dificultoso un buen gobierno. Hacia este objetivo los soberanos Católicos dirigieron sus esfuerzos; entre las medidas que ellos tomaron podrían mencionarse brevemente: (1) el establecimiento de la Santa Hermandad (Santa Hermandad), una clase de fuerza militar permanente,

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