Luis Fortunato Iglesias

Biografía

Luis Fortunato Iglesias (28-12-1915 / 08-08-2010)

Nació en Tristán Suárez provincia de Bs. As. La madre campesina, el padre herrero, ambos gallegos; el menor de sus hermanos.

En su pueblo no había libros, lo cual acompañaba a su padre a los trabajos con la intención de leer lo que encontrara. La búsqueda desesperada de libros había sido una trauma en su infancia y cuando ingresó a la Escuela Normal de Lomas de Zamora tuvo a su alcance toda la literatura, enamorándose de lo que seria su profesión.

En 1935 era el único hombre que ser había recibido en Tristán Suárez y allí fue maestro de 1º grado durante dos años. En una época en el que el país vivía gobiernos conservadores, él se resistió a las imposiciones y desde sus inicios en la tarea docente se mostró mucho mas entusiasmado por probar nuevos modelos de la enseñanza.

En un reclamador discurso que realizo en un acto del 25 de mayo sorprendió a las autoridades conservadoras de la institución y lo enviaron a la Escuela Rural Nº 11 (1938-1957) como castigo (por dificultades políticas) ya que ser un escritor y conservador “de la escuela y del maestro”, lo consideraban “un elemento peligroso”.

En 1958 fue ascendido a Inspector en Jefe, donde se preocupo por estimular a los directores de la escuela donde se distinguían. Brindaba oportunidades de crecimiento y desafíos. Docente activo, comprometido con su labor y dueño de un espíritu fuertemente democrático y humanista.

Fue un hombre justo, un humanista, que dedicó toda su vida a la pedagogía y que desarrolló sus enseñanzas en una escuela rural. En su juventud, compartió con artistas, escritores, pintores, el grupo Lilulí, que se reunía todas las semanas en un bar de la ciudad de Buenos Aires para discutir sobre temas de filosofía, arte, literatura. El era “el” maestro de ese grupo.

En 1961 comenzó a dirigir el periódico *Educación Popular* que se hizo conocido en toda América latina y tenía a los más destacados pedagogos y filósofos entre sus colaboradores. Era un diario de “agitación pedagógica político-educativa”. Y al poco tiempo de su creación, en 1962, el maestro estuvo preso en la cárcel de Caseros, durante un mes. Desde allí escribió el editorial “Los tanques y la pedagogía”, en referencia al momento que estaba viviendo el país y por su propia situación. Era sin lugar a dudas un maestro rebelde, por demostrar sus ideas con sentido de dar inquietudes… ¡un idealista!

El “Maestro Iglesias” falleció el domingo 8 de agosto de 2010, a los 94 años, será siempre recordado por ser creador, innovador y batallador incansable por una educación pública inclusiva y de calidad.

Su metodología pedagógica

Sus primeras prácticas como docente las desarrolló en el Gran Buenos Aires. Más tarde, fue destinado en 1938 a la Escuela Rural Nº 11, de Tristán Suárez, donde se vio obligado de hacerse cargo de la total carencia de medios materiales y pedagógicos, a inventarlos todos. Se desempeñó como maestro en una zona tambera, donde los niños trabajaban como boyeros. Allí, el maestro Iglesias dictaba clases a alumnos de todos los grados.

Ocurre un día una anécdota en la que un padre campesino lo visita en la escuela y manifiesta su disconformidad respecto a la enseñanza de tareas agrícolas en la escuela primaria, reclamando mayor atención a las tareas típicamente escolares como la lectura y el cálculo. La visita del campesino hizo que Iglesias pensara en la enseñanza rural como la construcción de un espacio con múltiples materiales, atractivos visuales, actividades e intereses para los niños; fundamenta su propuesta en un ideario de igualdad y solidaridad que refiere a las dificultades de los niños campesinos para concurrir a la escuela por las grandes distancias propias del medio rural y por su alternancia con largas jornadas de trabajo, que por lo general determinan que el niño campesino aprenda a un ritmo mas lento que le niño de ciudad, así como que tenga mayor dificultad para retener los conocimientos, Iglesias detectó una gran singular riqueza en su capacitación sensorial de la naturaleza y en su posterior recreación de ésta a través de juegos y dibujos, lo cual se convirtió en el instrumento central de su metodología.

Los “cuadernos de pensamientos” son dibujos y colores en todas sus formas que se usan intensamente como medio autoconductores que despierta potencialidades del aprendizaje, inician búsquedas, plantean problemas, exigen juicios y provocan el diálogo. Casi sin que se de cuenta lleva al niño a dibujar frases, palabras y letras (es una herramienta tan natural de todos los días). Rompió con todas las líneas y abría caminos, eran frases y dibujos que el niño realizaba en su casa. De ahí aprendían las descripciones, comparaciones, a expresarse, exploraban las vivencias… por voluntad, por querer. Solo el maestro, desde dentro de la obra, está habilitado para intervenir con la mayor sutileza pedagógica, procurando ayudarlo a expresar con claridad y fluidez.

Uno de los aspectos que merece destacarse en la pedagogía de Iglesias es la organización del aula como un espacio múltiple del saber, donde se presentan elementos de aprendizaje, museo, taller, laboratorio de conocimientos que los niños van construyendo.

El aula se articula en áreas o rincones….

…y tanto el material didáctico se presentaba en forma de guiones, y se reúnen materiales de desecho par que los niños vayan construyendo por si mismos y con sus manos desde los cuadernillos, títeres, monografías, y cualquier otro elemento para poder expresarse y aprender.

Encontrando la posibilidad de buscar satisfacer a sus propias necesidades culturales estableciendo así un espacio de intercambio que amplia la alfabetización.

El instrumento capital de la metodología de enseñanza de Luis Iglesias son “Los guiones Didácticos”. Se trata de un conjunto de materiales didácticos organizados

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