Maria Arguedas (ensayo)
Enviado por Chieko • 23 de Agosto de 2012 • 1.567 Palabras (7 Páginas) • 418 Visitas
El gran José María Arguedas
Los escritores peruanos –sin que esto sea una generalización o diatriba– antes que dedicarnos a escribir bien y ser artífices de la palabra creando y divulgando siempre nuestras creaciones y ser además promotores de lectura en nuestra sociedad, somos hombres muy apasionados a realizar homenajes póstumos a otros. Lo que no está mal pero no es nuestra única tarea ni debemos distraernos en aspectos no relevantes si es que a eso vamos. En esa línea los centenarios continúan y el de Arguedas se acerca.
Y ésta es una invitación para que por todos leamos y releamos con ojo crítico los interesantes estudios de Arguedas hechos por distinguidos escritores, catedráticos e investigadores, entre ellos: Francisco Carrillo, Tomás G. Escajadillo, Ricardo Gonzáles Vigil, Alberto Escobar, Mildred Merino de Zela, Joaquín de Montezuna de Carvalho, Luis Alberto Ratto, Emilio Adolfo Westphalen, Jhon V. Murra, Mario Vargas Llosa, Humberto Collado Román, Humberto Collado Román, Roland Forgues, entre otros.
Su pensamiento y acción deben valorados y ser analizados, a mi entender, de manera objetiva y desapasionada; vale decir no sólo con Encuentros y Congresos de escritores, sino además y fundamentalmente con: congresos de antropología, concursos literarios, de ensayo y folklore que honren su literatura y pasión artística, con recitales de música, pasacalles, con talleres literarios, muestras de teatro, cine, conferencias y lecturas de sus obras en lugares públicos y centros educativos, todo esto sin excesivos apasionamientos ideológicos y políticos.
Soy contrario a la sobreestimación o subestimación ideológica y política del pensamiento arguediano. Prefiero lo literario y su obra monumental como legado eterno. Creo que la mejor manera de honrar el pensamiento de José María Arguedas es valorarlo en su exacta dimensión literaria, científica, académica y humana.
Según el investigador Rodrigo Montoya nuestro escritor nunca fue un militante organizado de izquierda. Pasó por la izquierda, en un momento fugaz de su vida en 1931, y fue una experiencia muy dolorosa para él. Desde 1931 hasta 1964 anduvo solo en un combate aislado. Su propia vida en familia está marcada por un sino de gitanismo, tragedia y fatalidad. En ese sentido lo que se debe valorar sobretodo en José María es el discurso, sus aportes antropológicos, su apostolado y su literatura de gran respeto por la cultura quechua y por la cultura indígena en general, que estuvo sustentado en la práctica por un reconocimiento y valoración. Con Arguedas y su literatura el Perú y Latinoamérica se han fortalecido en su alma e identidad cultural.
Es verdad que José María Arguedas es un creador genial, irremplazable, vital, multidimensional, reformador de una nueva nacionalidad, gran apasionado en la trincheras del arte y la reflexión, lo que nos obliga en el Centenario de su nacimiento que estamos próximos a conmemorar (cuidado que su centenario real no es el 2010 sino el 2011, pues nació el 18 de enero del 1911) a entenderlo en toda su complejidad y entender al Perú como totalidad social, donde lo indígena, lo campesino, lo andino, lo cholo, no sea politizado, exacerbado, excluido, minimizado o ignorado.
¿Dónde debe ser homenajeado Arguedas?
En todo el Perú, y fundamentalmente en todos los centros educativos y culturales, independientemente de otros homenajes y recogimientos nacionales e internacionales. Bien merecido los tiene. Un lugar vital es Andahuaylas, ciudad donde nació, pero no es la única, ni debe serlo. Asimismo está Lima, ciudad donde vivió, estudió, trabajó intensamente y falleció. La universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Agraria fueron centros rectores de su saber y su pensamiento. Vemos lo que dice de San Marcos:
“Cuando ingresé a la Universidad de San Marcos de Lima, en 1931, encendido mi espíritu por la revista Amauta y la promesa de un mundo mejor para todos los hombres, revisé la literatura que se había escrito sobre el Perú andino. La encontré inauténtica, pero ella me sirvió de guía. Ahora admiro y respeto a sus autores. Prometí, entonces revelar el mundo que ya había vivido. Prometí ofrecer la imagen veraz de ese mundo” (1).
Al referirse a la revista Amauta se refiere sin duda a José Carlos Mariátegui, le preocupaba que el movimiento dirigiera sus miras a comprender ante todo el problema de nuestro tiempo que no radica en saber cómo ha sido el Perú, “sino en saber cómo es el Perú”. Y Arguedas elabora esa visión compleja a través de su obra literaria (2).
También se propone otras ciudades que no pueden permanecer ajenas a este trascendental homenaje a Arguedas en su Centenario, ellas son Huancayo, Cuzco y especialmente Ayacucho, lugares donde estuvo
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