Moctezuma
Enviado por ManuCamacho • 30 de Noviembre de 2011 • 1.265 Palabras (6 Páginas) • 591 Visitas
Esc. Sec. Ofic. No. 0973
“Lic. Isidro Fabela Alfaro”
Alumno:
Manuel Camacho Mondragón
Profre:
Jesús Estrada Bravo
Proyecto de HISTORIA II
Tema:
Fecha de entrega:
25-Enero-2010
Ciclo escolar 2009-2010
Netzahualcóyotl (Príncipe Poeta):
(1402-1472)
Netzahualcóyotl (Coyote que Ayuna) entendiéndose el ayuno como forma de sacrificio. Fue el Tlatoani de la ciudad-estado de Tezcuco en el México antiguo.
Nació el 28 de abril de 1402 en donde actualmente es el municipio de Texcoco en el Estado de México y murió el 1472.
Fue el sexto hijo del señor de los chichimecas llamado Ixtlilxóchitl (Flor oscura)
señor de la ciudad de Texcoco, y de la princesa mexica Matlalcihuatzin, hija del tlatoani azteca Huitzilíhuitl, segundo señor de Tenochtitlán. Al nacer, le fue impuesto el nombre de Acolmiztl (Felino Fuerte) pero las tristes circunstancias que rodearon su adolescencia hicieron que se cambiara el nombre por el de Netzahualcóyotl.
A principios del siglo XV el mayor centro de poder era la cuenca de Azcapotzalco capital de los tepanecas. El señorío tepaneca bajo Tezozómoc tenía tintes tiránicos, y después de un relativo fracaso militar, mediante una conspiración palaciega logró expulsar de Texcoco y eventualmente, dar muerte a Ixtlilxóchitl, padre de Netzahualcóyotl. Tiempo después éste tuvo la oportunidad de participar en una alianza con los mexicas, que además de vengar la muerte de su padre, logró derruir el poder tepaneca.
Una vez que recuperó el trono, Netzahualcóyotl gobernó Texcoco con valor y sabiduría. Así mismo, ganó reputación de sabio y obtuvo una justa fama como poeta. Su amplia formación intelectual se traducía en una elevada sensibilidad estética y un gran amor por la naturaleza, que quedaron reflejados no sólo en la arquitectura de la ciudad, sino también en sus manifestaciones poéticas y filosóficas. Netzahualcóyotl llegó a construir un jardín botánico adornado con hermosas pozas de agua y acueductos en Tetzcotzingo, donde eran habituales las reuniones de poetas e intelectuales. Algunos historiadores han manifestado que aun cuando los acolhuas profesaban el politeísmo, él comenzó a desarrollar la idea de un dios único, al cual llama Tloquenahuaque.
Guerra chichimeca:
En 1418, los tepanecas sitiaron la ciudad de Texcoco durante 30 días. Bajo la amenaza de muerte lanzada por Tezozómoc, el rey Ixtlilxóchitl de 54 años, errante y furtivo, tuvo que abandonar su palacio. Mientras las huestes de Tezozómoc rastreaban los alrededores de la ciudad para encontrar al rey y príncipe texcocanos, éstos se refugiaron en las cuevas de Cualhyacac y Tzinacanoztoc, rodeados de unos pocos leales. No pudiendo ocultarse allí por mucho tiempo, Ixtlilxóchitl ordenó a su hijo que se adentrara en el bosque, mientras él y unos pocos hombres trataban de detener sin éxito el avance de sus captores. Sin embargo, éstos anticiparon su ataque y lo sorprendieron en el bosque. El príncipe Netzahualcóyotl, oculto entre las ramas de un árbol, fue testigo de cómo su padre luchó hasta caer abatido por las lanzas tepanecas.
A partir de entonces y durante los siguientes dos años, Netzahualcóyotl enfrentó los momentos más duros y amargos de su vida, en los que tuvo que hacer acopio de valor, cautela y astucia, para poder eludir el acoso y las asechanzas de sus perseguidores. Clandestinamente, recorrió varios poblados con el fin de conseguir aliados y mantenerse informado de los planes del rey usurpador.
Un tiempo se mantuvo encubierto en Tlaxcala, donde pudo pasar inadvertido disfrazado de campesino. De ahí se trasladó a Chalco y se incorporó como soldado al ejército de los chalcas, pero fue descubierto y encerrado en una jaula. Toteotzintecuhtli, el soberano de esa ciudad, lo condenó a muerte para congraciarse con el tirano Tezozómoc. Sin embargo, Quetzalmacatzin, hermano del gobernante chalca, se compadeció de Netzahualcóyotl y lo ayudó a escapar, cambiando sus ropas y ocupando su lugar en la jaula. Netzahualcóyotl pudo salir de Chalco y regresar a Tlaxcala sin ser reconocido; mientras tanto,
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