Pensamiento Crítico, Ético y Educación (Fernando Savater)
Enviado por Mike Garcia • 8 de Febrero de 2016 • Apuntes • 6.668 Palabras (27 Páginas) • 440 Visitas
Pensamiento Crítico, Ético y Educación (Fernando Savater)
Hace un siglo, señala Scott Peck (1993), los mayores peligros que nos acechaban provenían de agentes externos: los microbios, las inundaciones, el hambre, o algún lobo al cruzar el bosque por la noche. Hoy en día, los mayores peligros -la guerra, la contaminación o la inanición- surgen de nuestros propios sentimientos y motivaciones: la codicia y la enemistad, la negligencia y la soberbia, los fundamentalismos religiosos, el narcisismo y el nacionalismo.
En el pasado, el estudio de los valores pudo haber sido un tema de reflexión para decidir la mejor forma de llevar adelante una "vida decente". En el presente, se ha convertido en una cuestión de supervivencia.
El problema que nos ocupa es los valores por los cuales las personas hacen sus elecciones, y en este asunto aparece la característica que posiblemente nos distingue más del resto de las especies: el libre albedrío, esa extraordinaria capacidad de elegir que poseemos los seres humanos. ¿Cuál es la naturaleza de esta capacidad para escoger entre lo que nos conviene y lo que no; entre lo que nos hace bien o nos hace daño, entre el bien o el mal; entre ser bueno o inescrupulosamente egoísta? ¿Qué es lo que nos motiva cuando elegimos algo? Es claro, por ejemplo, que muchos hombres de razas, culturas y nacionalidades diferentes sienten la intensa motivación del dinero. Esto es tan evidente que a la especie humana se le identifica como homo economicus. Pero los actos motivados únicamente por cuestiones económicas no son necesariamente buenos, es más, a menudo son a todas luces perversos y, en ocasiones, lisa y llanamente criminales. Scott Peck señala que a menos que accedamos a renunciar al móvil del lucro personal en aras de principios más nobles, nuestro futuro como humanidad se vislumbra sombrío.
Tales principios más nobles son una cuestión de valores, o como dicen los filósofos, materia de la ética. Si queremos que nuestra especie sea verdaderamente homo sapiens, es decir, que tenga la inteligencia necesaria para saber sobrevivir, no nos basta con seguir siendo simplemente homo economicus, sino llegar a ser homo ethicus.
El asunto de los valores pertenece al campo de la ética y merece analizarse con la mayor amplitud y claridad de pensamiento y de lenguaje; con profundo discernimiento y disciplina rigurosa. ¿Por qué? Porque la conducta ética es, por fuerza, conducta consciente. La capacidad de tener un comportamiento ético va de la mano con la capacidad de efectuar dicho autoanálisis. Prácticamente todos los actos malignos de este mundo los cometen personas muy seguras de saber lo que hacen.
La reflexión ética nos posibilita tomar decisiones multidimensionales, en vez de decisiones unidimensionales y simplistas. Pensar sólo desde el punto
de vista lógico nos lleva a tomar decisiones únicamente lógicas; si respondemos sólo desde un punto de vista emocional o intuitivo nuestras elecciones serán únicamente emocionales o intuitivas, pero si nos percatamos de que existen diversos modos cognoscitivos, se nos abre la posibilidad de arribar a decisiones que sean a la vez lógicas, emocionales e intuitivas.
En una palabra, dicho conocimiento nos permite integrar diferentes modos de saber o, por así decirlo, pensar con ambos hemisferios del cerebro. Si queremos pensar y conducimos con integridad es preciso aprender a integrar nuestras distintas maneras de percibir el mundo, a modo de poder observarlo con una visión multidimensional. La conducta ética es comportarse con integridad, debido a que nos obliga a tomar conciencia de los distintos enfoques que utilizamos al hacer juicios de valor.
Cabe resaltar que en la base del razonamiento ético está presente el pensamiento crítico, lo cual pone de relieve John Kenneth Galbraith cuando afirma "las democracias actuales viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes. Dado que una democracia es una ley de mayorías y que uno puede sospechar que los ignorantes son mayoría, obviamente la influencia de los ignorantes es de temer, porque son ellos los que pueden dejarse llevar por el demagogo y sus promesas disparatadas; los que pueden oponerse a las formas positivas de regeneración o de remordimiento del Estado. El peso de la ignorancia es verdaderamente peligroso, sobre todo porque en esas democracias hay muchos políticos interesados en mantener en la ignorancia a los ignorantes, porque se esta manera se aprovechan del hecho de que haya ignorancia para mover sus programas, sus proyectos o simplemente para evitar críticas que les pudieran ser perjudiciales".
La ignorancia a la que se refiere Galbraith no es el ignorar datos como por ejemplo, la capital de Argentina o el nombre de la montaña más alta de algún país, no, se trata de una ignorancia que se refiere a la incapacidad de pensar y de comprender lo que otros dicen, la incapacidad de hacer explícitas nuestras demandas sociales a los demás y de comprender las demandas que otros nos hacen; ese es el tipo de ignorancia realmente peligrosa porque provoca que algunas personas vivan supeditadas a lo que saben o dicen otros.
Las élites mundiales y las nacionales que manejan la información, que obtienen los máximos beneficios porque tienen acceso a los datos de primera mano, que comprenden las cosas sólo desde el punto de vista del que las fabrica y las orienta, supeditan a los otros que simplemente se dedican a solicitar y a recibir, a ir recogiendo lo que los demás quieren darles.
Se crea así una educación de varias velocidades. Por una parte existe una educación de cinco estrellas, como los restaurantes, destinada a una élite privilegiada que puede pagársela, con una serie de sofisticaciones y desarrollos extraordinarios; pero por la otra parte lo que hay es una educación que ha ido
degradándose poco a poco hasta llegar a ser una especie de fast food education, una "macdonalización" de la educación al más bajo nivel, en el que simplemente se enseña a la gente a obedecer, a no morder y a trabajar en lo que le manden hacer. Esto significa realmente la reproducción de las clases en el peor sentido de la palabra.
Por el contrario, la educación debe ser el elemento igualador por excelencia en la lucha contra la fatalidad. Por medio de la educación se lucha contra esa fatalidad social que hace que el hijo del pobre siempre tenga que ser pobre, que el hijo del ignorante siempre tenga que ser ignorante. La educación rompe ese cerco y hace que el hijo del que no sabe pueda saber, y que el hijo del que sólo puede trabajar en labores meramente serviles o casi esclavizantes pueda optar a puestos mejores en la sociedad. Si no logramos este tipo de educación estamos contribuyendo a mantener una división permanente, perpetua, infranqueable, de clases.
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