Sor Juana Ines De Cruz
Enviado por Keikuro • 6 de Mayo de 2014 • 670 Palabras (3 Páginas) • 329 Visitas
Nació Juana Inés de Asbaje y Ramírez también conocida como sor Juana Inés de la Cruz en la hacienda de san miguel Nepantla, jurisdicción de Amecameca (Edo. De México), el 12 de noviembre de 1651, Hija natural del capitán español Pedro Manuel de Asbaje y de la criolla, Isabel Ramírez de Santillana. Su nombre, antes de tomar las órdenes religiosas, era Juana de Asbaje y Ramírez.
Era solitaria de temperamento, la niña pasaba largas horas ojeando los libros de la bien surtida biblioteca de su abuelo. A los 3 años de edad aprendió a leer escuchando las lecciones que recibían sus 2 hermanas mayores, en la escuela de una profesora de primeras letras de Amecameca.
A los 8 años, Juana Inés comenzó a escribir versos e inicio su carrera literaria con una “loa al santísimo sacramento”, que se representó en la iglesia parroquial de la cercana población de Amecameca. Tendría 10 años cuando concibió su deseo de imposible realización: inscribirse en la universidad de México. Como allí no admitían mujeres, rogo a su madre que le permitiera asistir disfrazada de muchacho. La madre, que no podría luchar con una niña precoz, además de tener que educar a sus otras hijas y cuidar la hacienda, envió a Juana Inés al lado de sus tíos que Vivian en la ciudad de México.
De naturaleza belleza y talento, pronto adquirió fama en la corte del virreinato de la nueva España del siglo XVII. Hasta ella le llevaron su ingenio y sus conocimientos, pues llego noticia a ellos a los virreyes, el marqués de mancera y su esposa. Enterados del prestigio de Juana Inés la designo dama de honor de la virreina Leonor María Carreto, marquesa de mancera.
El 14 de agosto 1667 a la edad de 16 años entro en el convento de san José, de las carmelitas descalzas. A los 3 meses los insólitos ayunos y rigores a que se hallaba sometida, quebrantaron la salud de la joven, quien volvió a la corte virreinal. Una vez que Juana Inés recupero su salud, su confesor le aconsejo que ingresara en la orden de san jerónimo concepcionista, más liberal. Como esta orden no imponía a las religiosas demasiadas obligaciones, le daría ocasión de dedicarse a las letras y a las ciencias. Por tanto, el 24 de febrero de 1669, la joven profeso como monja concepcionista en el convento de san jerónimo.
Fue contadora y archivista de ese convento y dos veces nominada como priora, cargo que no acepto. Llego a reunir 4 mil libros y muchos mapas e instrumentos musicales. Entre los escritos en prosa que se han conservado cabe señalar la carta Respuesta a sor Filotea de la Cruz, seudónimo de Manuel Fernández de la Cruz, obispo de Puebla. En 1690, éste había hecho publicar la Carta atenagórica, en la que sor Juana hacía una dura crítica al «sermón del Mandato» del jesuita portugués Antonio Vieira sobre las «finezas de Cristo», acompañada de una «Carta de sor Filotea de la Cruz», en la que, aun reconociendo el talento de la
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