Stalin
Enviado por selvin_11 • 1 de Diciembre de 2013 • Tesis • 522 Palabras (3 Páginas) • 299 Visitas
El 21 de diciembre de 1879, en Gori, una ciudad que entonces habitaban unas
5.000 personas cerca de Tiflis, Georgia, a sólo cuarenta kilómetros de la capital de
Osetia del sur, con un costado en el Mar Negro y otro en las montañas del Cáucaso,
Vissarion Dzhugashvili y Ekaterina Geladze tuvieron un hijo al que llamaron José.
Mientras en Moscú Alejandro II ejercía de zar sobre toda la inmensa geografía de
Rusia, en la esquina georgiana aquel invierno fue muy duro: la nieve descendió de
las cumbres de la montañas y en la primavera el deshielo inundó de barro los
caminos, que quedaron impracticables. El rio Aragva que recorría la aldea se
desbordó, anegando los campos, arruinando las cosechas y ahogando el ganado.
No hubo feria y, en un pueblo tan aislado, el desabastecimiento vació las
despensas. No hacía mucho que una epidemia de peste había sembrado el luto
entre los vecinos de Gori y el año anterior le correspondió el turno a la disentería.
El padre era un artesano zapatero muy pobre que curtía el cuero y las pieles,
analfabeto e hijo de esclavos que labraban los campos en la aldea de Didi-Lilo.
Antes de José el matrimonio había perdido ya a dos hijos a causa de la miseria en
que el zarismo había sumido a todas las inmensas poblaciones de su imperio.
Aquí aparece una de esas falsificaciones que se ha convertido en una constante en
las múltiples biografías del bolchevique georgiano: su padre sería un alcohólico que
golpeaba con frecuencia a su hijo, lo que explicaba la especial sicología bárbara de
Stalin y sus brutales métodos de gobierno. En efecto, el padre de Stalin era
alcohólico y murió de una puñalada en una pelea de borrachos, pero la leyenda de
las palizas no tiene un ápice de verdad. En una entrevista Stalin desmintió este
extremo de forma expresa, pero sus palabras nunca tuvieron demasiado eco. En su
vida privada Stalin solía contar con admiración que su madre era una mujer severa
y enérgica y que, cuando era pequeño, era ella quien le zurraba y zurraba también
al padre por sus borracheras. Nada fuera de lo común.
Su madre, sirvienta, también hija de siervos, aportaba los escasos recursos
económicos con la esperanza de que el joven José se instruyera. Stalin comentaba
de ella que era una mujer inteligente. Se refería a las cualidades de su espíritu, no
a su instrucción, pues apenas sabía estampar su firma y nunca aprendió a hablar el
ruso. Quedó viuda pronto, y se hizo más severa aún. Había tenido muchos , pero
todos los demás hijos murieron de pequeños. Únicamente sobrevívió José. Se
trataba de una mujer mUy devota y soñaba con que su hijo se hiciera sacerdote.
Mantuvo su fe hasta
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