VIDAS DESPERDICIADAS – LA MODERNIDAD Y SUS PARIAS. BARCELONA, PAIDOS, 2005
Enviado por Jhoseph Castellanos • 3 de Junio de 2016 • Ensayo • 2.400 Palabras (10 Páginas) • 501 Visitas
VIDAS DESPERDICIADAS – LA MODERNIDAD Y SUS PARIAS. BARCELONA, PAIDOS, 2005
BAUMAN, ZYGMUNT
RESUMEN
En los inicios del libro, el autor nos anuncia que estamos atravesando una crisis de “la industria de la eliminación de residuos humanos”. Con una seria explicación nos muestra que el panorama ha cambiado radicalmente. Según lo relatado en ‘Vidas desperdiciadas’, los ‘desechos humanos’ son aquellas personas excluidas, aquellas que no encajan en el modelo de convivencia que se ha ido implementando en gran parte del mundo moderno cuyo diseño no se ha podido determinar exactamente por quiénes.
En el libro se hace una reflexión sobre el mundo contemporáneo y la producción de los residuos humanos. El deseo de Zygmunt Bauman es ayudar a ver esos aspectos “invisibles” a los cuales nos ha acostumbrado la vida globalizada e individualista de esta sociedad contemporánea. Muestra en forma abierta su mirada y nos hace detenernos en esos aspectos fundamentales de la vida común que compartimos todos aquellos que estamos vivos en este momento, en el aquí y el ahora de este tiempo y espacio.
Cuando se habla de vidas desperdiciadas (o desperdicios humanos) dolorosamente se hace referencia a todas aquellas personas a veces a civilizaciones enteras, que no tienen a su alcance ningún medio para sobrevivir, y son tratados como miserias.
Se nos hace un planteamiento sobre el capitalismo, la globalización y la modernidad, y las consecuencias que estos sistemas tienen o pueden tener. Según el autor, el mundo moderno se ha dedicado a crear un inimaginable sistema de producción de residuos humanos, sí, de “residuos humanos” no de “recursos”, aparte de la obsolescencia propia de los recursos tecnológicos se ha aumentado la velocidad de la obsolescencia de productos y sistemas productivos.
En concreto, Sygmunt Bauman ahonda en la situación de inmigrantes, refugiados, desplazados del mundo, buscando un futuro económico, jóvenes y no tan jóvenes sin perspectivas de futuro, se juegan la vida para llegar a lugares y países donde se someterán a los cargos que se les presenten, obligados por guerras, hambre, los sin tierra se exponen a cualquier cosa, con sus rostros de miseria buscan donde enraizarse para sobrevivir, sin embargo, el dolor de sus vidas se lleva por dentro y de ahí las estadísticas que muestra el libro sobre el crecimiento de las depresiones en los últimos años.
Con los cambios en las grandes potencias ya no se puede hacer lo que hasta hace pocos años realizaban los países mas desarrollados, al depositar en sus colonias o en tierras de menor desarrollo a aquellos habitantes que consideraban “desechables” por cualquier motivo y presenta como ejemplo el traslado en Francia hacia Nueva Caledonia de personas conflictivas , o hacia finales del siglo diecinueve donde trabajadores de la industria tuvieron que ir de Gran Bretaña a Canadá para que sus puestos fueran ocupados por agricultores arrancados de sus tierras.
Y entonces se plantea la pregunta : qué pasaría si empezaramos a pensar en las personas como “residuos humanos”? Lo que plantea el sociólogo autor es precisamente eso, analizar, cuestionarnos, enfrentarnos a la realidad que no queremos ver, queremos mirar a otro lado y no aceptar el hecho inquietante por decir lo menos. La modernidad y sus parias.
Con la globalización, como lo sostiene el autor, "la construcción del orden y el progreso económico tienen lugar por todas partes” y sí, tiene razón, por todas partes de producen los mal llamados “residuos humanos”, son expulsados en cantidades cada vez mayores, los cuerpos visibles de la humanidad residual: “refugiados”, “desocupados”, “pobres”, “inmigrantes ilegales”.
Un sistema centrado en el consumo, que promueve la obsolescencia precoz de los objetos para dinamizar la producción, era inevitable que mas tarde o mas temprano se encontraría con el problema y la pregunta: que hacer con los residuos? Cuando no se puede o no se quiere reciclar? Solo que este “residuo” es mas profundo, toca lo mas profundo de la sociedad : el se humano. Entonces se trata de una metáfora, de un eufemismo decir que se trata de “refugiados” en realidad, según el autor se trata de “residuos humanos”.
Es posible que no sea agradable reconocerlo, pero todos somos conscientes que el consumo de masas en la época en la que vivimos en el mundo desarrollado se basa, fundamentalmente, en comprar a cualquier precio nuevos productos y tirar, o para los mas cuidadosos guardar por si acaso, aquellos productos que quedan obsoletos o inútiles después de haber hecho las compras. Tan solo en la tecnología los televisores de plasma suplieron a los antiguos y ya casi no hay casa que se respete que tenga aún ese tipo de artefacto, cada vez se pueden realizar mayores opciones y estaríamos muy pasados de moda si no participamos y pertenecemos a ese club imparable de poseer lo mas “moderno” y los residuos materiales nos asfixian porque ya no hay donde meterlos.
Utilizando un lenguaje irónico y citas literarias de autores de la talla de Jorge Luis Borges, el autor en su libro, nos brinda un ensayo que, a pesar de recurrir a un pesimismo que nos muestra por momentos los horizontes más catastróficos, nos hace mirarnos como sociedad, reflexionar sobre algunos de los fracasos sociales del mundo moderno. Es muy posible que no encontremos ninguna solución mágica a la situación de los ‘residuos humanos’, pero por lo menos nos confronta con la realidad, nos obliga a mirar de frente un problema real, al menos el toque de atención está más que dado, especialmente a aquellos que defienden per se y a ultranza los avances, de la globalización y de la producción de riqueza en Occidente.
Quién de nosotros puede quedar libre de culpa, acaso alguna vez no hemos tirado móviles sin Internet después de comprar nuevos smartphones y de ese modo , casi con la misma frivolidad olvidamos que la exclusión social genera otra ‘basura’ que, al igual que un viejo teléfono, no suele ser bien aceptada en nuestros entornos más cercanos.
El autor argumenta para hacernos entender la forma en que los gobernantes introducen en su agenda política el terror como base de gobierno, que países del mundo moderno que antes eran poseedores de un gran poder económico y lo han perdido, y al ver que ese poder ahora lo gozan fuerzas internacionales y que, como consecuencia de la desregularización del mercado laboral o de la globalización, no son capaces de garantizar el Estado del Bienestar- deben apoyarse entonces se apoyan en nuevas fórmulas para legitimar su autoridad, su razón de ser entonces, es utilizar la doctrina del terror.
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