ACTUACIONES EDUCATIVAS EN AULAS HOSPITALARIAS ATENCIÓN ESCOLAR A NIÑOS ENFERMOS
Enviado por insaarrk • 2 de Febrero de 2018 • Ensayo • 1.722 Palabras (7 Páginas) • 171 Visitas
ACTUACIONES EDUCATIVAS EN AULAS HOSPITALARIAS
ATENCIÓN ESCOLAR A NIÑOS ENFERMOS
El siguiente ensayo ha sido realizado a partir de la lectura del libro de Guillén, M. y Mejía, A. (2002). Actuaciones educativas en Aulas Hospitalarias. Atención escolar a niños enfermos. Ed. Narcea.
El verdadero poder de una persona reside en su nivel de formación e información, y el proceso para conseguirlo no debe interrumpirse por situaciones que salgan de la “normalidad”.
“La Carta Europea de los Derechos de los niños y las niñas hospitalizados” dice expresamente que todos los niños/as enfermos tienen derecho a recibir tratamiento en su casa o en un centro de salud, a ser hospitalizados de forma gratuita, a recibir información sobre su enfermedad y su tratamiento de forma que pueda comprenderla, a recibir una atención individualizada siempre con el mismo profesional de referencia, a negarse a que lo sometan a pruebas para investigar o estudiar su enfermedad, a que sus padres o las personas cuidadoras reciban ayuda psicológica o social por parte de personal cualificado, a seguir estudiando durante su permanencia en el hospital,…
Las Aulas Hospitalarias se crean para atender el derecho que todo niño tiene a recibir una educación general, incluso cuando sea necesaria su hospitalización.
En las Aulas Hospitalarias el niño o niña enfermos encuentran el clima propicio para desarrollar sus inquietudes pese a la enfermedad que padecen. Es el lugar donde encuentran nuevas posibilidades de trabajo, amistad y de compartir con otros niños que sufren iguales o parecidas circunstancias. Y sobre todo encuentran a unos profesionales sanitarios y educativos cuyo único objetivo es su recuperación y que no pierda contacto con el mundo educativo y social.
Las Aulas, cuentan con un espacio dentro del hospital destinado a atender a los niños ingresados en Pediatría, aunque la actuación se extiende a todos aquellos servicios del Hospital donde hay niños.
El Aula debe ser un espacio abierto y flexible donde el niño puede acudir libremente y ausentarse siempre que lo requiera su asistencia médica y sanitaria. Todas las circunstancias que rodean al niño hospitalizado: angustia, ansiedad, desmotivación, aburrimiento, etc., se deben tener en cuenta a la hora de trabajar con él. La finalidad más importante de estas Aulas es ofrecer al alumno un lugar donde pueda continuar el normal desarrollo de sus actividades escolares, sin experimentar ningún retroceso en su nivel académico.
El Ministerio de Educación o Consejería de Educación, en el caso de las CC.AA. con competencias transferidas en esta materia, es el responsable de la organización y funcionamiento de las unidades escolares en instituciones hospitalarias, dotándolas del profesorado necesario, del material para su funcionamiento y del presupuesto económico suficiente para la adquisición y renovación del mismo. Por su parte el Instituto Nacional de la Salud habilita los espacios necesarios en los centros hospitalarios para el funcionamiento de las unidades escolares y asume los gastos derivados de la infraestructura, mantenimiento y conservación de su equipamiento y de la dotación de equipos informáticos y audiovisuales.
El maestro de estas aulas debe estar preparado para actuar en un medio educativo diferente, para el que no ha tenido formación previa. En esta atención no debemos olvidar dos fundamentos básicos: la relación con los padres y con el personal sanitario. En cambio la relación de los maestros con los profesionales de la medicina depende en gran medida del tipo de hospital donde se desarrolla su labor.
En los Hospitales Generales, la población infantil y adolescente en edad escolar se encuentra diseminada por todo el centro, dependiendo de la patología que ha motivado su ingreso. El maestro deberá relacionarse con un grupo muy amplio de profesionales sanitarios, con turnos rotatorios y que muchas veces no comprenden la tarea del educador. En cuanto a la información precisa sobre el estado de salud del niño ingresado, habitualmente es facilitada por el personal de enfermería de planta o supervisor/a.
En los Hospitales Materno-Infantiles la labor educativa se percibe como algo más cotidiano, lo cual facilita la labor educativa.
La metodología utilizada se basa en el juego, en su sentido más amplio, como forma primera de relación. A través del juego se inicia el primer contacto que permite predecir en qué medida les ha afectado el ingreso. Mediante el juego se ponen de manifiesto las conductas más espontáneas, se elimina el recelo al aula y sobre todo se evita el rechazo a la persona adulta extraña. El tipo de juego varía en función de la edad y puede variar desde la utilización de juegos didácticos, juegos de desarrollo de inteligencia, juegos de rol, etc. hasta los más tradicionales como el parchís, damas, ajedrez, oca, monopoli, etc.
Es necesario actuar y tratar al niño, en el aula, como si de un colegio “normal” se tratara, introduciendo aquellas variantes que por motivos de salud, características de la patología, etc. sean necesarias.
Se debe impartir un tipo de enseñanza individualizada y personalizada.
Se deben fomentar conductas de relación con el grupo de iguales. Al mismo tiempo el niño observa la situación de sus otros compañeros que participan, juegan, estudian, etc. a pesar de encontrarse en un medio extraño.
Las actividades programadas deben estar sujetas a revisión periódica, eliminando, modificando o ampliando las mismas según la rentabilidad y aceptación por parte de los alumnos.
La distribución de actuaciones durante la jornada escolar se realiza de la siguiente manera:
- Contactar con el servicio de Admisión para localizar los nuevos ingresos infantiles-juveniles producidos el día anterior.
- Preparación del trabajo diario. Es necesario prever cómo se va a distribuir en función de los niños ingresados, si todos pueden acceder al aula o no, si hay encamados, preparación del material a utilizar, etc.
- Visita a los nuevos ingresos para realizar la primera toma de contacto y valorar si pueden asistir al aula o necesitan atención individualizada. Consultar al personal sanitario para que nos informen de la patología, tiempo previsto de hospitalización, etc.
- Atención individualizada a los encamados, aislados, infecciosos, etc. Se procurará trasladar el material imprescindible para la realización de actuaciones concretas con ellos, así como el necesario para el tiempo libre y de ocio.
- Actuación directa con los alumnos que pueden desplazarse hasta el aula. Al abandonar el aula, los niños, además de actividades de carácter curricular, se llevan a sus habitaciones juegos didácticos, tradicionales, lecturas, etc. para su tiempo libre y de ocio.
- Realización de entrevistas y contactos con padres, tutores de centro de origen, compañeros de Aulas Hospitalarias, realización de proyectos y grupos de trabajo, contactos con la Administración Educativa, asociaciones colaboradoras, etc. Estas actuaciones no se realizan diariamente.
La jornada escolar, es continuada, de 9 a 15 horas, siendo los momentos más largos, en cuanto al tiempo empleado, los relacionados con la atención directa a los alumnos, tanto encamados como los que asisten a clase.
Como en todos los centros escolares, en las Aulas Hospitalarias también se lleva a cabo una evaluación donde se controlan:
- Los alumnos. Se evalúan los aspectos curriculares, psicológicos (adaptación a la situación de hospitalización, grado de afectación y aceptación de la patología, etc.) y relacionales (con el profesor, con los compañeros, con los padres, etc.).
- La labor educativa. Se evalúan los objetivos, metodología, actividades, recursos empleados y grado de adecuación al alumno y al medio en que nos encontramos. En este apartado también se evalúa la coordinación con los tutores de los centros de origen, con el personal sanitario, padres, compañeros de otras Aulas Hospitalarias, etc.
- Otros colectivos. En este apartado se evalúa el grado de participación de médicos, personal de enfermería, profesores tutores, padres, etc. en la vida del niño, a nivel social, afectivo y académico desde el momento del ingreso hasta que es dado de alta.
La evaluación se lleva a cabo mediante observación diaria, contactos periódicos con padres, tutores, personal sanitario, etc., teniendo en cuenta la patología de cada alumno, mediante el registro de lo observado en fichas-informes e intercambio de información con el tutor y maestros de otras aulas hospitalarias.
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